«La magia de la ópera es el directo, pero verla en el cine animará a muchos a ir al teatro»
El barítono castrillonense David Menéndez estará hoy en el Valey, donde se proyectará el 'Hamlet' que interpretó en el Campoamor en 2022
David Menéndez tiene hoy mariposas en el estómago. No paran de revolotear de un lado a otro porque esta tarde este barítono castrillonense estará, ... a las 19 horas en el Centro Cultural Valey de Piedras Blancas, para participar en un coloquio muy especial, junto al director de la Ópera de Oviedo, Celestino Varela. Ellos dos asistirán –rodeados de público– a la proyección del 'Hamlet', de Ambroise Thomas, que se pudo disfrutar hace dos temporadas en el Teatro Campoamor. En aquella ocasión él se metió dentro de la piel del protagonista y hoy revive aquella experiencia profesional que, según confiesa, fue «la mejor» de su vida.
Eso son palabras mayores, pero tiene motivos para pronunciarlas. «El primer recuerdo que tengo chulo fue cuando me ofrecieron hacer esa ópera», rememora. «Era una obra que a priori no encajaba dentro de mi repertorio y que yo no tenía previsto hacer nunca». Eso provocó que se tuviera que pensar una, dos y tres veces si decir que sí. «Les pedí que me dejaran ver bien la partitura porque es un rol con unas exigencias vocales e interpretativas muy importantes», explica. Pero, tras muchas reflexiones, se lanzó a aceptar el reto y empezó la aventura de «buscar lo que podía aportarle yo a ese personaje».
Lo buscó y lo encontró, después de mucho estudio. «Yo tenía una idea bastante clara del papel de Hamlet que iba a hacer, pero Ambroise Thomas le da una vuelta y eso hizo que yo pudiera ponerle mis sentimientos. Él reacciona a determinadas cuestiones de la misma manera que habría reaccionado yo».
«Fue la mejor experiencia de mi vida. Era una obra que a priori no encajaba dentro de mi repertorio»
Igualmente, no fue un camino fácil porque, según revela este barítono, fue «uno de los personajes que más tardé en madurar en mi vida». Tenía muchas aristas porque «la ópera dura tres horas y el personaje está casi siempre en escena», lo que conlleva «un gran esfuerzo a nivel vocal y momentos en los que estás en escena, aunque no cantes», indica. «La preparación de la voz fue como la de un deportista de élite, con el hándicap de que es una obra en francés, un idioma en el que hay muchos sonidos y vocales que no tenemos en castellano y que uno los tiene que aplicar al canto».
Fue entonces «un entrenamiento largo y duro», que dio lugar a una ópera que fue un éxito de crítica y de público. Ahora, con esta iniciativa de proyectarla en el Valey, en su tierra, a David Menéndez le asalta la timidez. «Lo primero en lo que pienso es en la vergüenza que voy a pasar esta tarde viéndome a mí mismo cantar rodeado de gente», se ríe. «Yo no estoy acostumbrado a eso, a veces estoy obligado a escucharme, pero lo hago en la absoluta soledad».
Dejando de lado ese bochorno inicial, el barítono siente «una gran alegría» de estar en casa porque, en la época en la que él creció en Castrillón, «no había un auditorio y ahora lo hay. También hay una escuela de música y encima tienen la sensibilidad de acercar la ópera hecha en Asturias al público», celebra. Eso sí: él asume que «no es lo mismo ver un partido de fútbol por la tele que ir al campo» y, por eso mismo, reivindica el valor de los coliseos. «Yo creo que la magia de la ópera está en el directo, pero este primer paso de verla en el cine puede animar a muchos al ir al teatro».
Y, mientras unos y otros van cogiéndole el gusto a disfrutar de la ópera, David está estudiando «un 'Romeo y Julieta' también en francés», al que se tiene que incorporar en cuestión de una semana y 'El barbero de Sevilla', «que estará en octubre en Oviedo» y que supondrá otra vuelta a casa.
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