Mulero revela su sinfonía visual en blanco y negro

Pero a quienes gusten de estas delicias audiovisuales realizadas con auténtico mimo pueden repetir sin problemas, porque el show en su tiempo de vida ha ido evolucionando e incorporando nuevas músicas e imágenes. «Este es el tercer proyecto audiovisual en el que ando metido, estar en cosas distintas me aporta a nivel de motivación y, después de tantos años en esto, es súper importante», apunta el dj y productor, acostumbrado más que a los teatros a llenar los clubes con la música techno que le ha llevado a recorrer medio mundo y le ha posicionado entre los mejores. «Son imágenes que rodaron Javier Bejarano y Nazare Soares, está muy enfocado hacia el blanco y negro, la cámara lenta, un rollo muy cinematográfico», anota Mulero. Mucho grano en cada fotograma, mucha imagen ralentizada contrapuesta con otras fijas. Está rodado con cámara de ocho milímetros buscando esa mirada al pasado, a ese cine artesanal, tan opuesto a la producción actual: «Es justo todo lo contrario que hace todo el mundo hoy», revela.

Pero no es que haya querido ir a la contra, sino buscar un elemento que le distinga de otros artistas. «Me apetecía tirar por ahí, soy fan de la fotografía, me gusta mucho el blanco y negro, y a raíz de ver un trabajo de Javier Bejarano en un cementerio de Londres le dije 'qué te parece si nos juntamos, tengo esta idea'», relata Mulero, que tenía la música ya compuesta en su mayoría antes de aunar conceptos en el show audiovisual.

Lo cierto es que este espectáculo le ha permitido mantener el contacto con el público en estos meses en los que los clubes de música electrónica han permanecido cerrados. Los teatros sí le han abierto las puertas y eso le ha ayudado a pasar un periodo vital extraño en el que no ha parado de crear, al tiempo que ha podido descansar de su trajín habitual de avión en avión. «No me he aburrido, yo siempre estoy trabajando en el estudio, y sí que echo de menos la guerrilla, el tema club, pero por otro lado me ha venido bien para descansar físicamente», señala.

Pero no niega que hay ganas de volver a batallar: «Me apetece movimiento, contacto con el público, con 'Monochrome' todo es más lejano, todo el mundo está sentado, falta esa energía que la música más de pista te aporta». Ya tiene planes de trabajo en Alemania, Polonia y otros países, pero todo va a depender de la evolución de la pandemia. «Volver al ritmo que había antes yo supongo que será ya para el año que viene».

La normalidad tardará más en instalarse en las pistas de baile, pero cuando lo haga no faltará banda sonora. «Me planteé que si íbamos a estar un año sin salir, iba a hacer infinidad de música y he preparado trabajos míos, para otros sellos discográficos, ahora estoy con la producción de Fasenouva», relata. Sus dos sellos han seguido editando y la música no se detiene: «No se nos va a ver por los clubes, pero sí nos van escuchar». Él ya tiene listos varios maxi singles enfocados a la pista. Eso sin olvidar los proyectos audiovisuales: «Me encanta compaginarlo».