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Familia y amigos de Ramos llenaron el jardín del tanatorio de El Lauredal.

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Familia y amigos de Ramos llenaron el jardín del tanatorio de El Lauredal. Arnaldo García

Música y poesía para despedir a Julio Ramos

Una amplísima representación del PSOE gijonés pasado y presente acompañó a la familia del cantautor y compositor asturiano

Aida Collado

Gijón

Domingo, 6 de agosto 2023, 22:00

No podía ser de otro modo. Hubo poesía y hubo música. El jardín del tanatorio Noega fue testigo este domingo de la emocionada despedida de la familia y amigos de Julio Ramos al cantautor fallecido el sábado a los 74 años. Un adiós al que se suman miles de asturianos que durante casi seis décadas de dedicación musical han crecido y vivido con sus canciones. Y que reunió, siendo como era socialista de carné, a una buena representación del partido en Gijón, empezando por su secretario general, Monchu García, quien, junto al féretro, se dirigió a los asistentes.

También lo hizo el concejal José Ramón Tuero, quien guió un acto en el que, cómo no, sonaron las canciones de Ramos. Tampoco faltó belleza en las palabras que brotaron de la voz de la poeta Carmen Yáñez, viuda de Luis Sepúlveda. Y entre los asistentes, más socialistas: un emocionado exedil José María Pérez, junto a Soledad Saavedra; Pedro Sanjurjo, Marina Pineda y el exsecretario general de UGT Justo Rodríguez Braga, entre otros.

Ramos -Julio, Julín o Xulio, dependiendo de quien se dirigiese a él- fue una de las voces que fundó el llamado Nueu Canciu Astur, tras darse a conocer a nivel nacional con los que quizá fueron sus temas más comerciales y que le convirtieron en uno de los nombres recurrentes y victoriosos de los festivales musicales de finales de los sesenta y los setenta. Estaba en pleno despegue cuando decidió regresar a casa este ovetense y orgulloso carbayón que, a la vuelta, se instaló en Gijón para recorrer sus escenarios, cantando y componiendo ya en asturiano. En agosto de 1975 participó en el mítico concierto en la Panerona del Muséu del Pueblu d'Asturies, junto a Carlos Rubiera y Avelino López, donde se sentaron las bases del Nueu Canciu Astur.

Quizá su trabajo más trascendente fue el ecléctico 'Esparabanes', muestra del rock progresivo que para muchos representaba. Fue una vida dedicada a la música y, en los últimos años, a la lectura, a su esposa Inés, a sus hijos y a sus nietos, que este domingo le lloraron como la figura inolvidable que fue.

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