Les cigarreres vuelven a bailar en Tabacalera
El músico candasino Pipo Prendes grabó en la fábrica, acompañado de sus trabajadoras, el videoclip de la canción que les ha dedicado
'Amanece Cimavilla, les cigarreres se dejan sentir; hay algarabía en las calles y en Tabacalera, un mismo latir'. Comienza así, con esta imagen en ... la que casi se puede imaginar a un grupo de mujeres subiendo al barrio alto, la letra del 'Vals de les cigarreres', la canción con la que Pipo Prendes ha querido homenajear a las trabajadoras de la fábrica de tabacos de Gijón. Y algunas de ellas, hace tan solo unos días, se volvían a juntar dentro de esas paredes que tantas veces las vieron pasar para protagonizar, con su baile y su presencia, siempre ligada a la fábrica, el videoclip que acompañará a la música del compositor candasino.
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«Estoy encantado de estar en Tabacalera», confesaba a este diario el músico durante la grabación. «Me apetecía mucho hacer un videoclip y dejar plasmada la canción con imágenes». Dicho y hecho. Se puso manos a la obra, consiguió reunir dentro del edificio a varios músicos y, cómo no, a las mujeres de las que habla la letra. A su convocatoria respondieron un buen número de aquellas trabajadoras que tan profunda huella dejaron en la historia de Cimavilla. «Son unos recuerdos muy buenos, porque pasábamos aquí la vida. Igual llorábamos, que reíamos, que cantábamos, que nos enfadábamos y nos amigábamos», dice ahora una de ellas, Isabel Fano Álvarez. «A veces venías un poco triste y como hablábamos, nos cuidábamos unas a otras. Si volviera a nacer, volvería a ser otra vez cigarrera», añade María Pérez.
La historia de estas mujeres está indudablemente conectada con la ciudad de Gijón, pero quizá menos conocida es su relación directa con la ciudad de Candás. «En 1840 hubo una galerna terrible», cuenta Prendes. «Habían salido embarcaciones a la mar con la mar bella, pero les pilló el temporal allá. Se convirtió en una galerna que acabo con el drama de 90 marineros muertos» en aquella villa marinera del siglo XIX donde la población quedo drásticamente menguada. «Gijón y Tabacalera tuvieron la deferencia de, a muchas viudas de aquellos marineros, acogerlas aquí y darles trabajo», explica, «pensando en lo que suponía la mujer trabajadora en 1840».
Agradecido y emocionado confiesa que, por todo esto, sentía casi «una deuda con Tabacalera y con Gijón», a quienes ahora ha podido decir «gracias, porque acogisteis a candasinas y a gente de Candás aquí, en aquellos tiempos tan difíciles». En la llegada de tantas mujeres, dicen, está el origen de la frase 'Gijón ye un barrio de Candás'. Y es que su llegada a Cimavilla, tan poblada por aquel entonces, no tuvo que dejar indiferente a ninguno de sus habitantes. «Había una deuda con Gijón y me encanta que a través de la música podamos medio arreglarla». Con la música y el baile, que ha vuelto a traer la alegría. Ya lo dice la canción: ahora, 'les cigarreres ríen, que la tristeza la llevó el mar'.
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