Nada es lo que parece
Miguel Barrero construye en 'La otra orilla' una historia en torno a las relaciones entre la realidad y la ficción
Miguel Barrero (1980) siempre acierta a la hora de elegir los temas para sus novelas. En esta ocasión el escritor asturiano ha decidido construir su ... historia en torno a las relaciones (como él dice, «a menudo confusas») que se establecen entre la realidad y la ficción. Para sostener esta propuesta el autor utiliza un motivo principal, que gira alrededor de Dante Alighieri y su Comedia, y un motivo menor referido a los cuatro años que su abuelo permaneció emigrado en Buenos Aires y de los que ninguna referencia tiene la familia, más que un nombre de mujer susurrado en la confusión de la demencia. El protagonista y narrador es un joven escritor español que ha sido invitado a Buenos Aires para impartir una conferencia y unos talleres precisamente sobre este asunto de realidades y de ficciones.
El escritor recorre la ciudad pantagruélica y arisca de Buenos Aires y nos da cuenta de su vértigo cotidiano, de sus ruidos, de su carácter imprevisible o de su Palacio Barolo (edificio emblemático que nació de una ficción y cuya existencia alimenta el misterio de esta historia). A través de los nueve círculos el protagonista descubre, al igual que le ocurriera a Dante, un aquelarre de personas que nunca son lo que parecen ser, que enmascaran su realidad con ficciones diversas, que desprecian la verdad en un juego desmedido de espejos sin reglas.
La otra orilla, de Miguel Barrero
Galaxia Gutenberg. 2023.
232 páginas, 18 euros.
Por la mente del protagonista pasan muchas cosas: conjeturas, suposiciones, argumentaciones, temores, sospechas, dudas, aspiraciones, extravíos, hipótesis desaforadas o divagaciones sin término. Y todo ese diálogo interior conforma el cuerpo principal de la novela, que discurre por los caminos de la confusión y el enredo manteniendo sin desfallecimientos la intriga y tributándole al lector una emoción contenida en un «encadenamiento de trampantojos» por el que el joven escritor se deja llevar como «un insecto que se ve atrapado en una tela de araña» en una pretendida búsqueda sin sentido que parece derivar por momentos en una especie de baile de disfraces.
Por momentos es como si la vida se hubiera convertido en un purgatorio y sin posibilidad de redención. Hubo quienes buscaron la fuente de la edad, incluso el arca de Noé o el becerro de oro, y los personajes de esta historia buscan la puerta del purgatorio redentor alumbrados por la obra de Dante, en la que, según ellos, se contienen los códigos o las señales para desvelar el secreto o el misterio de ese tránsito. Barrero trata el lenguaje con delicadeza, pericia y respeto, a la manera que lo hacían los mejores escritores de antes. Evita la adjetivación inútil y sus frases son largas y envolventes y utiliza esta circunstancia de manera inteligente como herramienta efectiva de persuasión. Tal vez la otra orilla no sea Buenos Aires, ni siquiera el Purgatorio de Dante, tal vez la otra orilla sea aquella en la que cada uno es lo que parece ser, no una orilla de realidad, tampoco de ficción, sino la orilla de la verdad.
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