La querencia asturiana de la gran voz de José Bros
El cantante barcelonés vuelve a triunfar en el Campoamor con su 'Pasión lírica'
No es casualidad que Bros, premio lírico del Teatro Campoamor al mejor cantante de ópera en el 2006, haya elegido Oviedo para inaugurar 'Pasión ... lírica', su nueva gira con el pianista Mario Álvarez, con canciones, arias de ópera y romanzas de zarzuela. El Campoamor constituye para el tenor catalán un talismán. El coliseo ovetense fue testigo de sus éxitos en galas como 'Desde el corazón', 'Non ti scordar di me' o 'Eternamente Bros', y de sus continuados triunfos en ópera desde que debutó en Oviedo en 1993 con 'Fausto', y zarzuela. Los bises en una representación lírica son 'rara avis' ya que con la repetición interrumpen la acción. Pues bien, Bros bisó dos veces en el Campoamor. Una con el aria de Nemorino 'Una furtiva lacrima', y la otra con la romanza de Leandro 'No puede ser', de 'La tabernera del puerto'. Ayer, al final de la segunda parte, Bros manifestó su contento y su agradecimiento por volver a cantar en Asturias. Reveló, pese a ser muy reservado, que vivía «un momento luz» por haberse casado hace un mes. A su mujer le dedicó una de las propinas, 'Canto porque estoy alegre'.
Mario Álvarez es desde hace más de treinta años pianista repetidor de la Ópera de Oviedo. Además de constituir uno de los engranajes de la ópera, Mario es un pianista seguro, con alma y muy completo, como acompañante de la voz y como solista. Fue muy alabado por el propio Bros y se nota que tiene sutileza y experiencia.
Comenzó el recital con dos de las más hermosas canciones de Paolo Tosti, 'Vorrei moriré' y 'L'ultima canzone'. En estas obras mostró el cantante un fraseo perfecto, redondo, y una manera muy expresiva de coronar el canto.
De la poesía de Tosti, Bros nos llevó al belcantismo de Donizetti, con el aria 'Una furtiva lagrima'. En los últimos años el cantante afronta con Puccini papeles líricos de mayor densidad dramática. Ayer, escuchamos el aria del primer acto de Manon Lescaut 'Donna non vidi mai', uno de los momentos culminantes de la gala.
Con el 'Lamento de Federico' de Cilea, y el aria de 'El corario' de Verdi 'Tutto parea sorridere' finalizó la parte italiana del recital.
En la segunda parte, tras dos piezas de Massenet, pulcramente interpretadas, Bros nos introdujo en la música española. Empezó con la hermosa canción de Toldrá 'Maig', evocación lírico impresionista del mes de mayo para abordar tres grandes romanzas de zarzuela: 'Bella enamorada', de 'El último romántico', Soutullo y Vert, 'De este apacible rincón de Madrid', de Doña Francisquita, y 'No puede ser', uno de sus grandes éxitos en el Campoamor revivido ayer.
Al dedicado a su mujer añadió más bises: 'La matinata de León Caballo' y 'No puede ser', lo que levantó al público de sus asientos. La manera de vocalizar, la facilidad en el agudo y una voz más densa que la del Bros joven siguen siendo de una emotiva fuerza y pasión.
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