Ana Botín, en 'Planeta Calleja': «Los bancos no hemos desahuciado a nadie desde 2012»
La presidenta del Banco Santander ha compartido con Jesús Calleja su faceta laboral y personal
Este miércoles, 'Planeta Calleja' acogía a Ana Botín, presidenta del Banco Santander y una de las mujeres más importantes del mundo según la revista Forbes. El viaje del leonés junto a ella arrancaba en Copenhague (Dinamarca) para dar comienzo a su travesía hacia Groenlandia, una de las zonas más afectadas por el cambio climático. El objetivo sería conseguir avistar la masa de hielo que cubre más del 80% de superficie la región.
«Este puede que sea el 'Planeta Calleja' de los más curiosos, por no decir de los más extraños. Estoy en un banco esperando a Ana Botín, casi nada», arrancaba Jesús Calleja el programa. «Estoy sorprendido porque en 'Planeta Calleja' he tenido muchos invitados, pero estoy con Ana Botín, la mujer más poderosa de España. Casi la mujer más poderosa del planeta», continuó el presentador ya en presencia de la presidenta del Banco Santander.
Ya en el avión, Botín desenfundó su bolsa de trabajo y estuvo avanzando ciertas tareas, algo que desconcertó por completo a Calleja. «Es importante ocuparse. Puedo hacer desde aquí más de lo que crees». Ella confirmó levantarse a diario a las 05.30 de la mañana y en verano a las 08.00, además de acostarse antes de las 22.00. «Las horas que se duermen de 10 a 12 valen el triple de lo que duermes desde la medianoche», explicó.
Ana Botín se refirió también a su salida del banco en 1999 y su relación con su padre. Dijo que lo más importante de su trabajo es la capacidad de cambiar la vida de las personas: «El impacto que puedes tener es enorme». «Los bancos no hemos desahuciado a nadie desde 2012», comentó Botín al aventurero y presentador Jesús Calleja.
Su infancia
La banquera quiso hablar sobre una etapa crucial de su vida: la infancia. «Mi mayor influencia ha sido mi madre más que mi padre. Nos educó de una forma muy avanzada para entonces. Nos envió fuera a estudiar. Quería irme antes de los 13 años, no me importaba. Luego tenías momentos malos, pero soy bastante aventurera. A mi madre siempre la sentía muy cerca, estaba siempre así. Con 15 me fui a Inglaterra, hice todo muy rápido. Me fui a Alemania un año, luego en Estados Unidos estuve 9 años. Viví fuera de España hasta los 30», relató. De hecho, su sueño no pasaba por el mundo de los números, sino por el de las letras. Y es que, aunque deseaba ser periodista, el testimonio de una tía que se dedicaba a ello le hizo replantearse su futuro y se decantó por la Economía. «En la universidad, en los 80, todo el mundo quería trabajar en bancos, y me entrevistaron en Harvard, pero no estaba planificado», explicó.
«Necesitamos a los hombres, porque son los que mandáis en el mundo»
Mientras iban cumpliendo etapas de la aventura, Botín se sentía más cómoda para ir revelando algunos detalles de su vida, como la importancia de su marido en su carrera. «Yo no podría haber hecho nada de lo que he logrado sin Guillermo. Una de las cosas más importantes es que un acuerdo que nos hicimos cuando nos casamos, y era que todo lo compartíamos al 50%. Y siempre lo cumplió. Sin ello, no podría haber hecho mi trabajo. Es una de las cosas que hay que cambiar, que la mujer asume más responsabilidad que el hombre. Y al hombre le cuesta decir que sí en caso de necesidad de la mujer. Y Guillermo siempre lo cumplió», explicó.
Otro detalle ha sido el ascenso meteórico que ha tenido su carrera. Botín criticó el sistema burocrático europeo y acusó de que este excesivo papeleo podía suponer una pérdida de competitividad frente a otras potencias, como China o Estados Unidos. Además, también se volvió a definir como feminista: «La cuestión es cómo se entiende ser feminista. Para mí, es apoyar la igualdad de oportunidades. Intenta juzgarme por lo que he hecho, no por lo que soy. Por eso me sorprende que ciertas personas digan que no puedo ser feminista. Lo que de verdad me ponía de los nervios era que mi padre me mandara callar. Si alguna vez interrumpo, era porque siempre me sucedía y no podía decir lo que pensaba. Era muy frustrante. También tuve jefes fantásticos, hay excepciones, pero, para cambiar la situación de la mujer, necesitamos a los hombres, porque son los que mandáis en el mundo», sentenció.