Derrota cruel y polémica del Unicaja en Melilla

El Unicaja Banco Oviedo cayó en Melilla en un extraño partido en el que firmó un gran segundo cuarto, dejó de defender tras el descanso, tuvo el encuentro perdido, reaccionó a lo grande y se perdió en un final cruel y polémico con un tiro libre fallado por Oliver Arteaga y una acción anterior que pudo haber sido decisiva, una canasta de Kamba que los árbitros no dieron como válida.

Hervé Kabasélé comenzó el partido sobrevolando el pabellón norteafricano a ritmo de estratosféricos mates. Una bandeja con la zurda de Frey le daba la primera ventaja al OCB con el 7-8, pero los locales se mostraban muy acertados en el triple. Mejoró la defensa ovetense para equilibrar el choque (15-15), aunque se manifestaban ciertos problemas en el rebote defensivo.

Tras un primer cuarto de tanteo, el Unicaja salía enrachado con un parcial de 0-9, que hacía que el mierense Arturo Álvarez, técnico azulino, pidiera tiempo muerto (19-27). Arteaga se mostraba muy superior a los pívots melillenses, haciendo estragos en la pintura rival. El Melilla se agarraba a los puntos de Rakocevic para evitar la rotura de partido, pero el cuadro carbayón mantenía su fluidez en ataque, regalando un baloncesto primoroso por momentos, bajo la batuta de ese mariscal llamado Harald Frey (23-33). Un pequeño parcial en contra lo cortó Natxo Lezkano con el preceptivo minuto de reflexión. Frey contestó a lo vikingo, con un «hachazo» de 3 puntos. Otro triple de Kamba servía para mantener al Unicaja con una renta más que interesante cuando el partido se acercaba al intermedio. Un mate del alero congoleño rubricaba un sensacional segundo cuarto de los pupilos de Natxo Lezkano (32-41).

El Unicaja vio cómo en apenas 3 minutos el adversario le recortaba terreno hasta ponerse a tan solo 4 puntos (39-43). En esos momentos de crisis apareció la muñeca privilegiada de Jeff Xavier, con dos triples, para destapar el túnel en el que se había metido el equipo ovetense y obtener algo de luz. El caboverdiano sostenía al OCB en el apartado ofensivo, pero se necesitaba volver a apretar en la faceta defensiva si se quería tumbar a un pegajoso Melilla. Un triple sobre la bocina de Kamba cayó como agua bendita para terminar el cuarto con una renta de 2 puntos (57-59).

El último acto comenzaba con Arteaga dejando fuera de juego al ex OCB Barro por personales. Pero el Unicaja había dejado de defender, con tan solo dos faltas cometidas en 12 minutos del segundo tiempo, dando alas a un Melilla que no desaprovechaba las oportunidades gracias a los Chapela, Llorca o Mazaira. Por si esto fuera poco, Kamba se llevaba una técnica por protestar en un flagrante error arbitral. El alero congoleño se enrabietó y contestó con un triple, pero Rakocevic y Mazaira seguían con sus muñecas ardiendo (72-66).

Quedaban 4.30 por delante y el encuentro se había puesto muy cuesta arriba. Un arreón de la mano de un bravo Mathieu Kamba acercó al Unicaja a tan solo 3 puntos tras un 2+1 (77-74). Xavier la enchufó desde más allá de 6,75 para poner la igualada en el marcador. Llorca anotó en una jugada que arrancó con posible falta en ataque sobre Kamba. Con 9,4 segundos por delante Lezkano pidió tiempo muerto para preparar la última jugada. Xavier se jugó un triple algo forzado, pero en el rebote ofensivo hubo personal sobre Arteaga mientras Kamba anotaba un palmeo. Pudo ser una carambola decisiva, pero los árbitros no dieron validez al palmeo de Kamba, dejando la cosa en dos tiros libres para el «center» canario, que tan solo anotó el primero. Aunque Kamba se hizo con el rebote largo y se la jugó in extremis, la bola no entró y la victoria se esfumó en un partido que dejó la sensación de que podía haberse ganado mucho antes.

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