Las primeras cuentas del Liberbank

Aunque todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo, el Liberbank Oviedo Baloncesto se encuentra cerca de asegurarse su presencia, por octava temporada consecutiva, en la segunda división del baloncesto nacional. Con un balance de seis victorias y cinco derrotas, los azules son quintos en la clasificación de la LEB Oro y dependen de sí mismos para lograr el objetivo principal de la permanencia.

Para ello, a falta de cinco jornadas para el final de la primera fase de la nueva LEB Oro, el equipo que dirige Natxo Lezkano necesita sumar la victoria en tres de los compromisos que le faltan -Palencia, Cáceres, Valladolid, Tizona y Coruña- y así no depender de terceros.

Desde el seno del club se muestran cautos, ya que entre sus próximos rivales, empezando por el Palencia, al que se medirán el viernes, se encuentran los tres rivales que les preceden en la tabla -Coruña, Palencia y Valladolid-. Mientras, el Cáceres es el actual colista de la categoría y el Tizona pugna, junto a Melilla y Ourense, por alcanzar la quinta plaza del Liberbank, la última que da acceso a la lucha por el ascenso a la ACB y que, además, asegura la permanencia.

La situación en la que se encuentra el conjunto ovetense era impensable para muchos a principio de temporada, tras un verano de grandes cambios en la plantilla, con la marcha de jugadores que tenían contrato en vigor, como Álex Reyes, Nick Washburn, Devin Wright y Matti Nuutinen, y con la continuidad únicamente de la campaña anterior de Óliver Arteaga. Además, las situaciones provocadas por la pandemia hicieron que la pretemporada fuese bastante atípica, con la llegada, a cuentagotas, de los jugadores a la ciudad.

Otro hecho que no ofrecía muchas esperanzas fue la trayectoria del año pasado, cuando se firmó la peor temporada desde que el equipo milita en la LEB Oro. Solo el final prematuro de la competición, a consecuencia de la pandemia, salvó a los carbayones del descenso de categoría. Una campaña 2019-2020 que también quedará marcada por convertirse en la segunda ocasión en la historia del club en la que se destituyó a un entrenador. Se puso fin a las cinco temporadas de Javi Rodríguez en el banquillo, primero como asistente de Carlos Marco y luego como máximo responsable.

Además, la pretemporada tampoco ayudó para tener buenos augurios al ganar solo uno de los cinco partidos disputados. Un triunfo que se produjo ante un equipo de LEB Plata, el Zornotza, mientras que los duelos ante rivales ligueros, precisamente conjuntos a los que se medirán en las últimas jornadas -Valladolid, Tizona y Coruña-, acabaron con derrota de los de Lezkano.

La presencia del técnico de Portugalete en el banquillo es uno de los valores más importantes que tiene el Liberbank, que puede soñar con cotas mayores en una temporada condicionada por la covid, en la que los ovetenses tuvieron dos largos periodos de inactividad deportiva a consecuencia del aplazamiento de partidos por positivos.