Fernando Sierra
«La forma de trabajar del club y de los equipos hace que se haya ido pudiendo alimentar el primer equipo siempre con cantera de calidad»
Las jugadoras del Telecable Hockey han sido responsables de que el hockey asturiano se haya colgado grandes honores. Paciente, sereno, a Fernando Sierra ( ... Oviedo, 1970), el indiscutible conductor de la locura del club de La Calzada, no le gusta montar castillos en la arena. En su manual, todos los retos son iguales. Algunos, porque casi no se habla de ellos. Otros, porque se habla demasiado.
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–¿Le reconocen por la calle? Dicen que transmite tranquilidad.
–Más que antes, sí. Pero tampoco me considero una persona popular. Me considero sociable. Pero, si le pregunta a las jugadoras, a lo mejor no le dicen lo mismo (risas).
–¿Qué primer recuerdo tiene del hockey? Porque usted fue cocinero antes que fraile.
–La final de la Copa del Rey de 1980 que el Cibeles gana al Barcelona. Lo recuerdo bien porque, a partir de ese día, mi grupo de amigos de la pandilla salimos a la calle para jugar al hockey. Contactamos con Rufino Venceros, que quería hacer un equipo en Gijón. Y nos plantamos en La Algodonera.
–¿Se podría comparar aquel hockey con el actual?
–Sí. No deja de ser el mismo, pero es verdad que todo ha evolucionado mucho: instalaciones, materiales, normativa, juego...
–¿Cuál era su equipo de referencia entonces?
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–El Cibeles, el Barcelona...
–¿Por qué lo dejó?
–Estaba jugando en Gijón, pero me fui a estudiar INEF a León. Entrenaba lo que podía porque no había equipo. Después sufrí una lesión que me dejó un tiempo parado y perdí el ritmo. Luego me trasladé a La Coruña y volví a jugar allí un par de años. Pero ya tiré más a entrenar gente.
–¿Fue cuando se lanzó con otros jugadores a la puesta en marcha del Club Patín Gijón Solimar?
–Volví a Gijón para empezar mi vida laboral. Decidimos presentar un proyecto de escuelas deportivas municipales, pero, para poder hacerlo, había que tener un club. Esa fue la razón por la que creamos el Club Patín Gijón Solimar.
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–Que se ha convertido en un club familiar…
–No sé cómo son otros clubes, pero nosotros, desde el principio, intentamos que este fuera un lugar de encuentro, de compartir, de disfrutar las cosas. No solo un sitio para venir a jugar al hockey, que sería el elemento principal.
–¿Cuántos jugadores tiene la estructura del club?
–Federados, unos 200, más otros 60 en las escuelas de iniciación.
–El Telecable tiene equipos en todas las categorías, pero cuenta con un conjunto irrepetible: el sénior femenino.
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–Fue una apuesta en su momento del club, una decisión muy planificada y muy pensada. En aquel momento había una pelea importante para que dejaran a las chicas jugar al hockey y nosotros pensábamos que tenían que hacerlo. Luego tuvimos la suerte de que nos salió un grupo de jugadoras con muchas ganas y mucho talento.
–Era un momento en el que el hockey era un territorio de clubes catalanes.
–Estaba dominado históricamente por clubes y jugadores catalanes, pero en aquel momento se produjo un crecimiento del hockey femenino en todos los sitios. Nosotros fuimos los primeros que lo hicimos como una apuesta seria por el equipo, tratándolas como deportistas de competición, no como niñas que juegan a algo. Y eso nos hizo convertirnos un poco en la alternativa al dominio catalán. Desde que en 2002 Natasha estuvo por primera vez en la Selección Española hasta ahora, no ha habido una convocatoria en la que no hubiese una, dos o tres jugadoras asturianas de diez.
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–¿Nunca le tentaron para ficharlo desde Cataluña?
–Alguna vez, pero nunca fue nada serio. Yo estaba a gusto. Luego sí que me fui, con la experiencia en Colombia y en el País Vasco, porque veía que el club necesitaba crecer de otra manera.
–¿Cómo se 'cocina' una generación como esta?
–Yo siempre digo que el gran mérito ahora mismo del club es que llevamos 18 títulos en 18 años y, a día de hoy, seguimos siendo candidatos a ganar todo esta temporada. Nuestra fórmula es trabajar mucho, entrenar lo mejor posible no solo en tiempo, sino en calidad, ir creciendo con las jugadoras e intentar añadir siempre mejoras. Luego creo que hemos tenido también un poco de suerte de encontrarnos gente de Asturias y de nuestra cantera que son cracks mundiales.
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–Usted dice que las mejores jugadoras de Asturias tienen que jugar en el Telecable...
–Intentamos ser un club de cantera, pero es verdad que, cuando sale una jugadora con talento en Asturias, tenemos que tenerla controlada, que tenga la oportunidad de jugar sin salir del Principado.
–Sara Roces abandonará este verano el equipo. ¿El pez grande se come de nuevo al pequeño?
–Entendemos que quiera conocer otra Liga, otra experiencia, otra ciudad... Hay que saber recibir a la gente y también hay que saber dejarles ir. Forma parte del recorrido vital de una persona.
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–¿Cuántas jugadoras tienen a día de hoy ofertas para marcharse?
–Cualquier jugadora de nuestra plantilla tiene ofertas. Unas de más montante económico o de equipos más poderosos y otras, de menos. Pero, sí, ofertas tienen todas.
–¿Y cómo se combate eso?
–A Zubizarreta, en su día, le preguntaron cómo iba a retener a Messi y él contestó 'con cariño'. Es difícil decir 'no' cuando a una jugadora la llaman y le ofrecen unas cantidades superiores. Nuestra fortaleza está en que ellas saben que tenemos un proyecto serio.
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–Entiendo que no todas las jugadoras cobran un sueldo, ¿no?
–No, no. Estamos consiguiendo ya que todas perciban alguna ayuda mensual. Creo que el año que viene vamos a llegar con algunas a lo que sería el salario mínimo interprofesional.
–¿Cómo se convence a una jugadora para ficharla?
–Le digo que somos el Telecable. Es probablemente el equipo de hockey patines más reconocido del mundo. Nuestra principal baza es decirle 'el Telecable te quiere aquí'. Eso es para ellas un acicate.
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–Y a pesar de todas esas circunstancia, este equipo aspira a todo.
–Siempre hemos conseguido tener una plantilla competitiva. La forma de trabajar del club y los equipos hace que se haya ido pudiendo alimentar ese primer equipo siempre con cantera de calidad.
–¿Cómo afrontan este tramo definitivo de las competiciones?
–Solo esperamos que nos respeten las lesiones. Siempre vamos con la ilusión de ganar, de darlo todo y de representar a esta región que tenemos detrás. Nuestra ambición es ganarlo todo porque sentimos que somos un equipo capacitado para ganar a cualquier rival. Eso no quiere decir que vaya a ser nunca fácil.
–¿El siguiente paso serán unas instalaciones más óptimas?
–Hemos mejorado Mata Jove con esas 200 localidades más. Pero creo que, poco a poco, tenemos que pensar en una instalación más grande. Y también necesitamos alguna equipación más de hockey en la ciudad. Piense que tenemos 18 equipos de base con una sola pista para entrenar. La ciudad cada vez demanda más hockey tanto las niñas y los niños como los aficionados.
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