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Los españoles felicitan a Torres por su gol.
España sigue siendo la misma
FÚTBOL

España sigue siendo la misma

La posesión y la enorme superioridad ocultan que la Roja mantiene sus problemas para marcar

Rodrigo Errasti Mendiguren

Viernes, 30 de mayo 2014, 00:27

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Ficha técnica

  • 2 - España Reina; Azpilicueta, Piqué (Albiol, m.46), Javi Martínez, Alberto Moreno; Cazorla (Silva, m.62), Iturraspe, Xavi (Busquets, m.62); Mata (Iniesta, m.46), Pedro (Deulofeu, m.79); y Torres (Fábregas, m.62).

  • 0 - Bolivia Romel Quiñónez; Ronald Eguino, Ronald Raldes (Edward Zenteno, m.90), Luis Gutiérrez, Marvin Bejarano; Alejandro Chumacero (Damir Miranda, m.64), Gualberto Mojica (Rudi Cardozo, m.73), Diego Bejarano, Alejandro Meleán (Danny Bejarano, m.64); Marcelo Martins (Alcides Peña, m.82) y Juan Carlos Arce (Vicente Arze, m.73).

  • Goles 1-0, M.51

  • Árbitro Lorenc Jemini (Albania). Amonestó al boliviano Chumacero (m.41).

  • Incidencias Partido amistoso disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 35.000 espectadores, entre ellos una nutrida presencia de seguidores bolivianos. Terreno de juego en buenas condiciones. Antes del encuentro el Sevilla FC homenajeó en el césped al defensa internacional del Real Madrid Sergio Ramos, formando en la cantera sevillista y que debutó en Primera División con el equipo hispalense.

  • Se guardó un minuto de silencio por los fallecimientos del que fuera utillero de la selección española Damián y por el padre de Jorge Pérez, secretario general de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Los jugadores españoles portaron una pancarta con el lema 'Siempre con nosotros Damián'.

Una prueba que no resuelve ninguna duda. Esta España sigue siendo la misma. Esa que toca, manda, domina y cansa a su rival obligándole a recorrer kilómetros persiguiendo la pelota pero no termina de rubricar con goles su superioridad. En Sevilla, donde jugó su último partido antes de pensar en la reconquista mundial, completó contra una defensa cerrada un nuevo ensayo que confirma que, pese al cambio de nombres, poco ha variado en La Roja. En Sudáfrica fue campeona del mundo ganando por la mínima y en Brasil, menos el previsible duelo desigualado ante Australia, el asunto no se antoja muy distinto. Del Bosque dijo tener la lista muy clara antes del partido y que nada de lo que sucediera le iba a modificar su idea. En unas horas resolverá la duda y, viendo los problemas de cara a gol, se antoja necesario incluir a un goleador enrachado como Diego Costa.

En el arranque, con un 4-1-4-1 claro, el equipo recordaba a los tiempos de Luis Aragonés. El ancla era Iturraspe, que tuvo que ayudar en las coberturas al otro debutante, Alberto Moreno, y a Javi Martínez, otra vez central, porque la selección pensó en atacar desde el primer momento. El vizcaíno estuvo entonado en el centro, sin notar que era su estreno y podía estar apurando las últimas opciones de un billete para Brasil. El equipo arrancó con ímpetu, mucho más enchufado que en otros amistosos previos a un gran torneo. Quizá contagiada por el eléctrico Pedro, que en una internada por la banda dejó un centro medido para que Xavi lo dirigiese a la red de volea. Una pierna boliviana sobre la línea evitó que marcase en un duelo que le permitió mostrar una versión mejorada a la ofrecida a las órdenes de Martino. Uno que mantuvo su habitual nivel fue Azpilicueta, que mostró su candidatura para ser titular en el carril diestro y golpeó el palo tras una buena acción combinativa entre Pedro y Mata.

En corto, cuando España se asocia, genera más opciones. Incluso ante Bolivia, muy bien defensivamente, pero enclaustrada en su área. El rol de Cazorla como interior, a lo Iniesta, cuajó. Muchas interacciones, en un equipo que hace mejorar a futbolistas que han estado mohínos en sus clubes. Pese a la tremenda superioridad, Quiñónez evitó el gol en acciones a balón parado. Primero en una falta directa de Juan Mata que se colaba y después en un cabezazo de Javi Martínez tras un golpe franco. El colectivo sí funciona, pero le sigue faltando gol. Por eso Del Bosque quiere a Costa, con registros de Bota de Oro cuando ha estado en óptimo estado físico.

La posesión suele esconder el problema principal de España: le cuesta mucho hacer un gol. Estaba luchando contra ese mismo hándicap cuando el árbitro albanés echó una mano y señaló un penalti por empujón a Javi Martínez en una bola lateral colgada al área. Torres buscó el balón para, desde los once metros, enterrar sus miedos. Después se quedó solo ante el portero, el mismo al que había superado con un disparo centrado en la pena máxima, pero la mandó alta buscando una vaselina. En su vuelta -llevaba once meses sin jugar con la selección en su ausencia más larga desde que debutara con la selección-, cumplió con creces.

Movió el árbol Del Bosque. Entró Cesc para volver al falso 9 y al doble pivote de Busquets e Iturraspe con Silva por Xavi. Ayudado por el cansancio boliviano, el equipo rozó el segundo pero faltó tino en la definición a Pedro, Azpilicueta y Silva. Estuvieron cerca, pero no rubricaron. Sí lo hizo Iniesta, cuando el estadio coreaba su nombre viendo que la fiesta se terminaba y podía empezar el bostezo. Lo hizo con un golpeo de interior que se coló tras pegar en el poste, el mismo que en otro disparo de Busquets escupió una pelota que podía haber sido el 3-0.

En definitiva, una victoria que apenas sirve para prolongar la racha en el Pizjuán, donde La Roja, que se estrenará de blanco en el Mundial ante Holanda, no cae, y para coger algo de moral de cara al inminente viaje a Washington con los 23 elegidos para la reválida mundial. Todos pensaban en esa lista. Menos Del Bosque.

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