El primer anclaje del Mundial
Personalidades de la política asturiana y destacados representantes de la escalada a nivel nacional e internacional presidieron la apertura
IVÁN ÁLVAREZ
Martes, 9 de septiembre 2014, 00:20
En el Día de Asturias, Gijón expandió fronteras y mostró su cara más internacional para dar la bienvenida a los más de trescientos escaladores procedentes de cinco continentes que han llegado a la ciudad para participar en el mayor espectáculo de esta disciplina a nivel mundial. Fue una jornada que ejerció como festivo preludio de una semana de alta competición en el que el Palacio de Deportes acogerá a los mejores especialistas del planeta.
«La montaña es una seña de identidad de Asturias». Así señalaba Ana González, consejera de Educación, Cultura y Deporte, el vínculo de la región con este deporte. Un idilio en el que ahondó la alcaldesa Carmen Moriyón, que definió a Gijón como «una ciudad cosmopolita con la vista puesta en el mar, con la montaña en el horizonte como premio a brindar para generaciones futuras». El discurso de Joan Garrigós i Toro, presidente de la Federación Española de Escalada y Montaña, sirvió para refrendar la correcta elección de la sede y recordar el éxito de anteriores campeonatos de la disciplina celebrados en la ciudad.
El presidente de la Comisión de Atletas, Sean Mccoll, fue el encargado de inaugurar oficialmente el Mundial en una ceremonia en la que el público pudo deleitarse con la doble exhibición del asturiano Javi Alonso, subcampeón del mundo de Bike Trial, que dio muestras de su destreza sobre dos ruedas, mientras los participantes, a la espera de ver desfilar sus banderas, le observaban con una mezcla de admiración e incredulidad. Tras el intercambio de elogios y obsequios entre la alcaldesa y los representantes de la escalada, se procedió a difundir la cultura musical asturiana con el espectáculo de gaitas que sirvió de banda sonora para el desfile de los países participantes.
Uno a uno y por riguroso orden alfabético, los abanderados de cada nación pasaron por el escenario para recibir la ovación de los aficionados, atronadora cuando la delegación española, con el asturiano Juan Pipo como abanderado y el gijonés Manuel Suárez como acompañante, aparecieron en el centro de la escena. La salida de la delegación norteamericana, especialmente aplaudida, cerró el desfile antes del izado de banderas. Tras los acordes del himno asturiano, el grupo de danza vertical Sacude se llevó los últimos aplausos que hoy tendrán otros destinatarios.