Alonso se adentra en el mar de arena
El piloto asturiano se estrena hoy en los raids en el Rally de Marruecos, que reúne a toda la élite de la especialidad
E. ALONSO
GIJÓN.
Viernes, 4 de octubre 2019, 01:38
El desierto del Sáhara es uno de los lugares más extremos del mundo. Un infierno dentro del propio infierno africano. Capaz de tragarse un ejército entero, es el elegido por el piloto Fernando Alonso para adentrarse entre las dunas, en uno de los espacios más áridos y estériles de la Tierra, y enfrentarse al fuego y al hielo, a lo impensable, a lo improbable.
El campeón asturiano siempre se ha propuesto superar las barreras que se va ha ido encontrando en su trayectoria automovilística. Se embarca ahora en el Rally de Marruecos, el original del continente, que arranca hoy, en busca de afianzar nuevos retos, como el Dakar, que se disputará en Arabia Saudí el próximo mes de enero, a los mandos de un vehículo campeón como el Toyota Hilux Overdrive. Fernando, desencantado con la Fórmula-1 dada la ausencia de volantes de garantías libres y satisfecho de su etapa en la competición de resistencia, quiere, no obstante, más victorias, más podios.
Decir Rally de Marruecos es referirse al rugido de motores atravesando el desierto, a los grandes cordones de dunas de Erg Chebbi, a los empedrados caminos que rodean Erfoud, la ciudad que servirá de base al campamento de esta aventura, en la que dormirán en jaimas algunos de sus grandes protagonistas, y a las numerosas 'trampas'. El trazado, con muchas novedades es su recorrido, no es uno más. Por muchas razones, aunque, en primer término, cabría destacar el enorme caudal de historia que tiene.
«Testeando y aprendiendo», escribía Fernando Alonso en sus redes sociales días atrás. En la foto adjunta, Marc Coma (su copiloto estrella y ganador de cinco Rally Dakar en la categoría de motos), Nasser Al Attiyah y Mathie Baumel, piloto y copiloto desde 2015. El primero, ganador de tres ediciones del Dakar. El segundo, de dos.
Si solo los mejores logran participar, solo los elegidos son capaces de alcanzar la gloria y entrar en la historia como ha hecho el asturiano Fernando Alonso allá por donde ha pasado. Porque más que romper moldes, los desmontó. Tiene motivos para recuperar la ilusión. Porque nunca ha pensado ni en retirarse al 100% ni en tomarse un año sabático. Son palabras que el bicampeón del mundo no maneja en su vocabulario. Ahora tiene ante sí otro muro: casi 2.506 kilómetros de recorrido, con 1.868 kilómetros cronometrados y con otros 540 de enlaces.
Con la mente en el Dakar
La idea, evidentemente, es adquirir experiencia de cara al Dakar 2020. Hasta ahora, se limita a dos días de rally en Sudáfrica, aunque no competía -«y fueron medios horribles»-, y a varias jornadas de entrenamiento de hasta 200 kilómetros, junto a Nasser Al-Attiyah y Giniel de Villiers -gran conocedor de la mecánica del Toyota Hilux Overdrive-, para completar un aprendizaje acelerado antes del inicio del Rally de Marruecos. Sobre la mesa, la idea es tomar contacto con el terreno, perfeccionar la conducción, profundizar en la mecánica y consolidar su coordinación con un copiloto de talla mundial como Marc Coma.
Nassel Al Attiyah, Carlos Sainz, Stephane Peterhansel, Nani Roma... Los mejores pilotos de la disciplina estarán presentes en la prueba africana y no se lo pondrán fácil a un Fernando Alonso que comprobará desde hoy su nivel y el de la élite de los raids tras estos meses de frenética preparación, de incidentes imprevistos como el vivido en la Lichtenburg 400.
Con unas gafas de motocross puestas, el asturiano iba recibiendo las instrucciones de Marc Coma cuando de repente su segundo parabrisas de la jornada -se había quedado sin el primero tras volcar- recibió el impacto de un pájaro. Consecuencia: el cristal roto y un puñado de kilómetros que tuvo que dar sin nada por delante, comiendo polvo y con el susto en el cuerpo.
La vigésima edición de la prueba marroquí comenzará hoy con una etapa prólogo, que dará paso a cinco jornadas de competición.
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