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Fernando Alonso, en el circuito de Paul Ricard. EP
Fernando Alonso saca músculo en el circuito de casa de Alpine
GP de Francia

Fernando Alonso saca músculo en el circuito de casa de Alpine

Ilusionante cuato puesto del asturiano para completar el mejor viernes de lo que va de año, con Ocon dos plazas por detrás y Verstappen como el más rápido

david sánchez de castro

Madrid

Viernes, 18 de junio 2021, 17:07

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No es fácil hacer predicciones sobre el rendimiento de Fernando Alonso y de Alpine en esta temporada de Fórmula 1. Paul Ricard se presentaba como un circuito en el que las prestaciones iban a ser más regulares para los monoplazas que no están acostumbrados a estar arriba, pero a excepción del dominio de Red Bull y Mercedes (Hamilton no apretó y entre Verstappen y Bottas solo hubo ocho milésimas), por detrás hubo una igualdad extrema. Y en esa macedonia de equipos, los monoplazas anglofranceses estuvieron en la zona alta.

Fernando Alonso consumó su mejor viernes dos semanas después de su mejor domingo desde que ha regresado a la Fórmula 1. El cuarto puesto con el que acabó la sesión de libres de la tarde le sabe a mucho, dado que no solo confirma que esos problemas con los neumáticos duros los está empezando a dejar atrás (dio un stint de más de 20 vueltas con ellos y en un ritmo muy constante), sino que las ligeras evoluciones del equipo (al final no ha sido la revolución prometida) han dado el rendimiento justo como para que aspirar al podio esté en manos de un fallo de los de arriba. El recién renovado Esteban Ocon se quedó a dos posiciones de Alonso, con lo que no se puede hablar sólo de una magnífica vuelta del asturiano: el A521 va bien en el mar de curvas de Paul Ricard.

«Nos hemos enfrentado a unas condiciones de pista complicadas, con rachas de viento y temperaturas altas, pero podemos estar bastante orgullosos con lo que hemos conseguido en los entrenamientos del viernes. Analizaremos los datos, pero por el momento creo que somos bastante competitivos aquí», resumía contento Alonso, que esta vez no ocultó su satisfacción. Si en los primeros libres se explicaba el sexto puesto final por haber usado solo neumáticos blandos, en los segundos sí alternó los tres tipos de ruedas aquí. Con todos ellos fue competitivo. No se gana nada por estar arriba en los libres, pero mucho menos se pierde.

Los peligrosos límites de la pista

Paul Ricard está diseñado de manera que sea prácticamente imposible que haya dos categorías que transcurran por el mismo trazado exacto si no se quiere. Su variedad de curvas es tal que se puede configurar de 247 maneras distintas con solo poner unos conos allí o unas barreras allá.

En la elegida por la Fórmula 1 se enfrentan al mismo problema que ha ocurrido en todos los circuitos permanentes este año: cómo controlar que los pilotos no ganen ventaja por salirse de pista para aprovechar el exterior de las curvas. Tanto en Mónaco como en Bakú esto penalizaba con un accidente, pero en el mar de curvas que es el circuito de Le Castellet es un factor muy a tener en cuenta. Para evitarlo, la FIA ha implementado dos soluciones.

La primera son unas barreras alargadas, parecidas a los reductores de velocidad que hay en cualquier calle de España. Los popularmente conocidos como 'guardias tumbados' y, en este caso, 'bananas'. La efectividad para que los pilotos no se suban a los pianos más de lo que deben es absoluta, porque estas barreras no solo les delimitan la frontera, sino que realmente les puede romper literalmente el coche. Varios, Bottas por ejemplo, lo comprobaron. Si los pilotos y los comisarios no llegan a un acuerdo (tendrán varias reuniones a lo largo del fin de semana antes de la carrera), se mantendrán en todas las curvas del circuito, incluida la número 2 que es la más peliaguda en este sentido.

El otro gran enemigo de los aficionados a las escapatorias de pista es el propio asfalto externo al circuito. El vistoso dibujo azul, blanco y rojo del exterior de la pista esconde una pista que es casi papel de lija. Cruzarlo con las ruedas bloqueadas significa destrozar los neumáticos y dejarlos en las lonas, literalmente. Le pasó a Carlos Sainz, que tuvo un viernes algo gris, cuando en los primeros libres se coló en una curva larga y dejó para el arrastre la rueda trasera derecha. No fue el único: Sebastian Vettel, podio en Bakú, o Mick Schumacher y Nikita Mazepin (estos más habituales en estas lides), también lo padecieron.

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