Arcelor avanza con su plan verde alemán y ya tiene electrolizadores para generar hidrógeno

No obstante, también es clave saber que este equipamiento se encargó ya hace mucho tiempo, cuando la ruta basada en las plantas de DRI y los hornos eléctricos híbridos se antojaba más factible que ahora. De hecho, los electrolizadores suministrados por Plug Power llegan prácticamente con un año de retraso sobre el calendario previsto. Esto prueba también el cuello de botella que se da en el despliegue de este vector energético y que puede complicar los planes de la industria, aunque quisiera seguir adelante con ellos.

Además, no se contemplaba que ese hidrógeno fuera para la anunciada planta de DRI. Los electrolizadores se integran en el proyecto de investigación HyBit, que prevé que ese gas renovable se utilice principalmente para la producción y el procesamiento de arrabio. Una parte también se podría transportar para otros fines, como el de la movilidad. En esta iniciativa, que cuenta con ayudas millonarias por parte del Gobierno alemán y del estado de Bremen, participan dos compañías energéticas: SWE y EWE.

El director general de ArcelorMittal Flachstahl, Thomas Bünger, explicó que la empresa podrá empezar a utilizar hidrógeno en sus procesos tan pronto como finalice la puesta en servicio. De momento, se han entregado la mayoría de los componentes del proyecto y ahora tienen que ser ensamblados.

«Con la conversión prevista de la tecnología de producción en los próximos años, estamos impulsando decididamente la transformación, junto con nuestros socios, para hacer posible una producción de acero neutro en términos climáticos», añadió Bünger.

Realmente, HyBit es un proyecto de investigación a tamaño industrial que ya comenzó en septiembre de 2022 y se integra en la conocida como Estrategia del Hidrógeno en el Norte de Alemania. Esta considera que se puede construir todo un entramado económico en ese territorio ligado a este gas renovable, ya que «ofrece excelentes condiciones para una economía del hidrógeno a gran escala con la combinación de instalaciones portuarias y logísticas disponibles, parques eólicos terrestres y marinos instalados con acceso directo a depósitos de almacenamiento en cuevas y a la infraestructura de la red eléctrica y de gas europeas». No obstante, el punto de partida de todo ello es la factoría siderúrgica de Bremen. Según EWE, «la construcción de la planta de electrólisis con una potencia de 10 megavatios es la piedra angular de la producción de acero ecológico en el noroeste de Alemania».

En febrero, la Comisión Europea anunció que daba luz verde a que el Estado germano subvencione con 1.300 millones de euros los planes de descarbonización de la multinacional para esta factoría y la de Eisenhüttenstadt. Este sí de Bruselas llegó más de un año después de que se lo diera a 460 millones de apoyo al plan verde asturiano, pero la ayuda que ofrece Alemania prácticamente triplica la de España. De momento, ninguno de los dos tiene el visto bueno del comité de inversiones de Arcelor.

La acería de Gijón inicia hoy una parada que se prolongará hasta el próximo domingo. Se suma así a la interrupción de la actividad que ya comenzó el viernes en el tren de alambrón y que durará diez jornadas. Así, ambas instalaciones retomarán la producción el día 28. Arcelor justifica esta medida –que afecta a 460 trabajadores– por la escasa demanda en el mercado del acero y la elevada entrada en Europa de productos procedentes de países extracomunitarios, que rebajan los precios al no tener que cumplir con normas ambientales tan restrictivas como las que impone la UE. Una coyuntura que se ve agravada por los elevados costes de la energía en España en comparación con otros países del entorno. Las plantas asturianas padecen, con más intensidad, el impacto de la entrada de bobina laminada en caliente china, alambrón procedente del gigante asiático y de Turquía, y también desbastes rusos, los cuales afectan a la contratación de chapa gruesa.

Este parón en la planta gijonesa coincide con el envío, por parte de los consejeros delegados de las principales acereras europeas, de una carta abierta enviada a los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unión Europea para que se tomen medidas urgentes para salvar esta industria y el sustento de sus trabajadores, que se ven amenazados por las importaciones masivas baratas y con alto contenido de carbono.

Las factorías de Arcelor en Asturias también encaran otro acontecimiento relevante la próxima semana, como es la celebración de elecciones sindicales. Se desarrollarán entre el martes y el jueves, es decir, al mismo tiempo que las paradas de la acería gijonesa y el tren de alambrón, lo que ha provocado malestar en algunos sindicatos. Alrededor de 5.000 trabajadores de la siderúrgica elegirán a los 59 delegados que ejercerán como representantes de la plantilla. Hace cuatro años, UGT consiguió la mayoría de los apoyos, seguida de CC OO. La composición de los tres comités de empresa –Gijón, Avilés y Aboño– tiene aún más relevancia en esta ocasión, ya que el plan de descarbonización conllevará el recorte de unos mil empleos en las plantas de la multinacional en España yel grueso será en Asturias.