Javier Brey - Presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2)
«Asturias tiene la oportunidad de producir hidrógeno y fabricar sus tecnologías»«Las elecciones podrán parar alguna cuestión local, pero Bruselas es la que da unos plazos y esos temas no van a poder detenerse»
Javier Brey (Sevilla, 1974), presidente de la Asociación Española del Hidrógeno, ha vivido en su cargo una auténtica explosión de proyectos relacionados con este vector, ... que se ha convertido en la gran esperanza de la descarbonización de la industria y de la independencia energética del continente, sobre todo, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Ve en él una oportunidad clara para España, pero también para Asturias.
–Cada día conocemos prácticamente un proyecto nuevo de hidrógeno, ¿habrá una burbuja?
–La hoja de ruta del hidrógeno limpio plantea que instalemos en España 4 GW de electrolizadores para 2030 y, en este sentido, el censo que llevó a cabo la Asociación Española del Hidrógeno habla de 10GW. Solo saldrán adelante los mejores, pero eso no es una burbuja. Hay una concurrencia competitiva.
–¿Habrá suficiente financiación para su desarrollo?
–El PERTE anunciado en 2021 tiene un presupuesto de 16.500 millones de euros, 7.000 de dinero público, esto está haciendo que se desbloquee su puesta en marcha. Tengamos en cuenta que estamos entre el huevo y la gallina. ¿Qué va primero la producción o la demanda? Esta financiación romperá este círculo vicioso: facilita la fabricación de equipos, el despliegue de producción, su transporte y su uso. Se nos llena la boca hablando del gran potencial de España, pero hay que ponerlo en marcha.
–¿La tecnología está madura?
–Ya contamos con la posibilidad de construir grandes plantas de producción de hidrógeno, vehículos que funcionan con él o turbinas que lo usan para producir energía eléctrica... Lo que ha cambiado en los últimos dos o tres años no es tanto la parte tecnológica, sino que el interés es cada vez mayor. Además, Europa está animando a apostar fuerte por el hidrógeno para sustituir el gas natural ruso. Veremos los primeros proyectos a partir de 2024.
–¿Qué le parecen las iniciativas que se plantean para Asturias?
–Sus proyectos están orientados tanto a la parte de producción de hidrógeno como a la de fabricación de equipos. Tenemos la oportunidad no solo de quedarnos como el 'granero' del hidrógeno de Europa, sino que esas plantas se desarrollen y se construyan aquí. Predominan los valles o corredores, aquellos en los que se pone la producción junto al consumo. También destacan los relacionados con la movilidad y estaciones de servicio.
–En Asturias hay menos sol que en otras zonas. ¿Juega en nuestra contra?
–Asturias tiene proyectos de fabricación de tecnología. Tendría fábricas de equipos cerca de la demanda de hidrógeno, lo que facilita su despliegue. En esto juegan muchos más factores que las horas de sol o de viento, también la industria que se instale, la demanda...
–¿Qué papel tendrá El Musel?
–El norte de Europa va a tener que importar hidrógeno verde y el puerto de Gijón se postula como punto de entrada y de salida, un hub de hidrógeno a partir de 2030. Seguro que en el medio plazo podrá albergar regasificadoras de hidrógeno. Tendrá un importante papel logístico.
–En un principio se planteaba la producción cerca del consumo, pero ahora también una gigantesca red de hidroductos... ¿Qué va a primar?
–En el mundo hay más de 4.000 kilómetros de tuberías de hidrógeno sin ningún problema técnico, pero es una inversión grande. Esta infraestructura no se puede desplegar en un año, lleva tiempo y necesita un orden. No obstante, hoy en día, los proyectos donde se produce y se consume el hidrógeno cerca tienen bastante sentido, porque se ahorra el coste del transporte para que sean rentables lo antes posible. Si hablamos de una tubería de 10, 15, 20 kilómetros... no parece un problema, pero no sería lógico que necesiten un hidroducto de 1.000 kilómetros ya de entrada.
–HyDeal, el proyecto para producir hidrógeno para abastecer a Arcelor y Fertiberia, requiere unos 400 kilómetros en un plazo relativamente corto.
–El problema es quién paga la inversión, aunque que haya un proyecto piloto donde se prueben esas distancias tiene sentido. A corto plazo vamos a ver más proyectos donde la oferta esté cerca de la demanda.
–En Asturias tenemos una industria pesada muy presionada por la descarbonización. ¿Se podrán casar los plazos que maneja este sector con los del hidrógeno?
–Sí, pero los objetivos tienen que ser razonables. Los de la hoja del hidrógeno pasan por que un 25% del hidrógeno industrial tenga origen renovable para 2030; Europa plantea que sea el 50%.
–La producción de hidrógeno necesita agua y se plantea, sobre todo, en zonas afectadas por la sequía. ¿Habrá problemas?
–La economía del hidrógeno ahorra agua. Es muy eficiente. Con un metro cúbico producimos hidrógeno para mover un coche un año entero. Eso no quiere decir que si alguien va a hacer un proyecto no tenga que llevar a cabo el pertinente estudio ambiental. Habrá zonas en las que no se puedan hacer.
–¿Cuándo podrá ser económicamente competitivo?
–Los proyectos que se están realizando ahora en España manejan una horquilla de entre 3,5 y 5 euros por kilogramo. La estimación para 2030 es de entre 1 y 2 euros. El gas natural ha estado mucho tiempo a un equivalente de dos euros... Pero para llegar a ese precio hay que tener un suficiente despliegue, para ello están los fondos.
–¿Son la falta de regulación y la financiación los principales retos del sector?
–Sin duda. Quién puede producir el hidrógeno, vender, cómo vamos a exportar e importar, cómo asegurarse de que es verde... Todo eso hay que desarrollarlo. La otra pata es la de la financiación. Hay que arrancar la producción para hacer rodar la rueda y llegar a esos uno o dos euros por kilo. Y hacen falta cada vez más profesionales del hidrógeno. Tenemos que trabajar fuerte en formación que acompañe el despliegue. Es necesario que el hidrógeno penetre en el sistema educativo y tener profesionales en todos los niveles, no solo doctores, también graduados, FP...
–En pleno diseño de la regulación del hidrógeno se convocan elecciones. ¿Cómo afectarán?
–Gran parte de lo relacionado con el hidrógeno, como la regulación o la asignación de fondos, están coordinados por Bruselas. Habrá cuestiones de carácter local que puedan quedar más paradas, pero Bruselas da unos plazos y esos temas no van a poder detenerse.
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