Asturias registra cerca de 42.000 bajas de afiliación en un mes a pesar de la reforma laboral
En julio se registraron también casi 43.000 altas por las contrataciones del verano y la mayor incorporación de fijos discontinuos
La reforma laboral ha disparado hasta el 83,3% la proporción de trabajadores indefinidos en Asturias en relación al total, unos 272.600, según la ... última Encuesta de Población Activa, la del segundo trimestre. Sin embargo, muchos de esos empleados siguen caminando en el alambre y están a años luz de alcanzar la ansiada estabilidad laboral. Por un lado, porque se ha disparado la cifra de fijos discontinuos, asalariados que solo trabajan por temporadas, como pueden ser los actuales meses estivales, pero además ha aparecido un nuevo fenómeno masivo: los ceses en los periodos de prueba, una artimaña utilizada en algunas empresas para convertir en temporal el contrato que no lo es, aunque con el agravante para el trabajador de que no da derecho a indemnización. A todos ellos habría que sumar también los contratos temporales propiamente dichos, que alcanzan al 16,7% de los trabajadores, alrededor de 54.500.
La prueba de esta situación se percibe claramente en el balance de cualquier mes de la afiliación. Solo en julio, según la Tesorería General de la Seguridad Social, en Asturias se registraron 43.820 altas y 41.969 bajas. En relación al mes anterior, con menos tirón laboral, se produjeron un 13,29% más de las primeras y un 8,22% más en comparación con el mismo periodo de 2023 –la cifra de cotizantes creció en esos doce meses en 3.303 personas en Asturias, un 1%–. Aunque lo llamativo realmente es lo que sucede, no con las incorporaciones, sino con los ceses: un 20,81% más en julio que en junio y un 19,72% en relación con el año anterior, casi 7.000 bajas más en el primer mes íntegro del verano que en 2023. Todo ello, cuando el Ministerio de Trabajo solo registró 19.561 contratos temporales, prácticamente la mitad de esas cifras de altas y bajas, y 7.799 indefinidos.
No hay estadísticas claras de la cifra de fijos discontinuos que existen y que no se contabilizan en el paro. Seguramente son la mayoría de los 18.086 ocupados que están inscritos como demandantes de un puesto de trabajo y que se suman a los 56.650 que sí conforman el paro registrado. De hecho, esta es una de las cuestiones que desde la oposición se insiste en reclamar al gabinete de la ministra Yolanda Díaz, que aclare el número de personas con contrato fijo discontinuo y que pueden no estar trabajando, pero que tampoco se computan como parados. Antes de la reforma laboral, en la mayoría de estos casos, se tiraba de contratos temporales y la relación laboral se extinguía con cada uno de ellos. Ahora se mantiene, pero eso no significa que se trabaje más tiempo.
A este aspecto hay que añadir el aumento de los ceses en periodo de prueba, que se han disparado más de un 1.000% desde antes de la entrada de la reforma laboral a nivel nacional. El ministerio ya ha dado la orden a la Inspección de Trabajo de que verifique que no se está utilizando este subterfugio, sobre todo en los casos en los que se excede la duración máxima del periodo de prueba mínimo que establece la legislación, pero que puede ampliarse mediante la negociación del convenio colectivo. Sin embargo, la Inspección no cuenta con suficiente personal para investigar todos los casos ni es sencillo demostrar que se está dando ese abuso, lo que implica que se trata más de una campaña disuasoria que de otra cosa.
Sin embargo la artimaña está ahí. De otra forma no se explica que en el primer semestre, en el ámbito nacional, el 73% de las bajas de afiliación que se han producido sean de asalariados indefinidos. Mientras, a pesar de la buena evolución del mercado laboral en la región, las incorporaciones indefinidas parecen haberse estancado e incluso disminuyen. Hasta julio se suscribieron 45.167 contratos de este tipo, un 4,8% menos que en el mismo periodo de 2023. Por contra, los temporales subieron un 1,65%, hasta 93.719.
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