El cierre de Alcoa convierte a Arcelor y AZSA en las mayores electrointensivas del país en plena crisis de precios

La parada de dos años de la factoría de Alcoa en Lugo, cerrada hasta 2024, precisamente por considerar que su factura eléctrica hacía inviable la producción de aluminio, ha aupado a lo más alto del podio a las factorías asturianas. Se colocaron como líderes en consumo en un momento crítico, con el precio de la luz en cotas nunca vistas, impulsado por la elevada cotización del gas, derivada a su vez de las tensiones con Rusia, incluso previas a que invadiera Ucrania.

A pesar de lo que pudiera parecer, la moderación de las últimas semanas deja a las plantas asturianas aún en una situación de desventaja. Con la bajada del gas y la entrada masiva de renovables, el precio en el mercado se ha rebajado de forma importante y es menor que el de países como Francia o Alemania, pero el coste final para la industria española es muy superior. Según el último barómetro de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), en la que se integran Arcelor, AZSA y también Alcoa, se sitúa esta semana en 105,1 euros/MWh, frente a los 60,07 de Francia y los 80,28 de Alemania, que cuentan con tarifas especiales, ayudas y exenciones mayores. «Operamos en mercados globales, por lo que un precio eléctrico en niveles como los actuales supone un grave problema para nuestra competitividad», advirtió el jueves en la asamblea de Aege su presidente, José Antonio Jainaga.

El año pasado, tanto AZSA como Arcelor debieron adaptar sus producciones para intentar reducir el consumo de luz, que en el global de la industria electrointensiva cayó un 25%, y buscar alternativas de abastecimiento. La primera ya había firmado en julio de 2021 un contrato «histórico» con EdP para recibir el suministro de 237 GWh anuales procedentes de parques eólicos durante casi dos décadas, pero es insuficiente para las necesidades de la factoría de San Juan de Nieva. Arcelor, por su parte, reclama garantizar el abastecimiento de renovables a un precio competitivo y estable antes de abordar su plan de descarbonización, que la hará ser aún más electrointensiva.

Mientras, hasta 2024, todo apunta a que ambas mantendrán el trono del consumo de luz en España, pendientes de qué sucede con Alcoa, que prevé retomar la actividad entonces como pactó con la plantilla en diciembre de 2021. Antes aún de que comenzara la guerra en Ucrania, que disparó todavía más los costes, la aluminera ya veía inviable producir aluminio en España. Previamente, había cerrado las plantas de Avilés y La Coruña, pero el alza que ya se dejaba notar hace dos años puso la puntilla también a la factoría de San Ciprián. Los trabajadores aceptaron el cierre de dos años para dar tiempo a la multinacional a trabajar con energéticas para desarrollar proyectos de renovables y rebajar los costes. De momento, ya ha firmado un contrato con Greenalia. El problema es que la burocracia que exigen los proyectos y el cuello de botella de la Administración no dejan claro que lleguen a tiempo.

La reparación del horno alto empezará en los próximos días

Arcelor no ha concluido aún las labores de limpieza y vaciado del horno alto 'A', siniestrado en marzo, y que se alargarán algunos días más. Sin embargo, la compañía mantiene su previsión de arrancar la instalación a finales de junio. Baraja la fecha del día 29, aunque reconoce que podría retrasarse una semana. Así se lo trasladaron ayer a los sindicatos responsables de la compañía en una reunión en la que se mostraron optimistas y apuntaron que esperan que los trabajos de evaluación y las reparaciones comiencen en los próximos días, cuando finalice el vaciado. Entonces, llegará el momento de realizar unas obras que pasan por reforzar la estructura del horno y reponer el carbono dañado con las explosiones y el incendio.