Competencia desbloquea la puesta en marcha de la regasificadora de El Musel

Tanto en la resolución de Competencia como en la memoria justificativa de esta, a las que ha tenido acceso este periódico, el regulador recalca que este régimen retributivo es de carácter temporal, se prolonga hasta 2026, y evita «comprometer el uso de la planta» a muy largo plazo ante la situación de incertidumbre actual. Por tanto, dentro de tres años volverá a revisar la situación y a «valorar el modelo de acceso más apropiado y beneficioso para la seguridad de suministro».

Competencia propone, así, una retribución regulada para la planta de 25,3 millones de euros el primer año, de 24,2 el segundo y de 22,9 el tercero, y recalca que esta es inferior tanto a los 25,7 millones de euros que ha costado anualmente la instalación durante los años que ha estado hibernando, como a los 32,7 que solicitaba Enagás. Asimismo, exige este organismo establecer un sistema de supervisión de los ingresos obtenidos fuera del sistema regulado, ya que la actividad principal prevista para la planta tiene un régimen de acceso diferenciado del sistema español.

La CNMC da, además, el visto bueno a cuatro usos para la planta, a pesar de las alegaciones presentadas por Reganosa, que teme que la activación de la regasificadora asturiana afecte negativamente a la suya de Mugardos, en La Coruña. Sin embargo, el regulador desmonta uno tras otro sus argumentos.

Así, el primer y principal uso de la instalación gijonesa estará fuera del acceso regulado y consistirá en ofrecer un servicio logístico para abastecer la demanda internacional de gas natural licuado (GNL). Dentro de él, se podría ofrecer la totalidad de capacidad de la planta de El Musel por periodos anuales completos, preferentemente a un único usuario, o a varios usuarios, mediante productos de diferente duración.

El segundo servicio sería el conocido como 'Boil-off Gas' (BOG). Debido a la evaporación continua del GNL se genera una acumulación que incrementa la presión de los tanques y obliga a liberar ese excedente a la atmósfera o a quemarlo mediante una antorcha, con el problema medioambiental que supone, o bien a inyectar ese BOG a la red de transporte. Competencia da el visto bueno a esta última opción, que exigirá la conexión de la planta al entramado de gasoductos nacional y la regasificación de ese excedente. No obstante, Enagás se compromete a minimizar las cantidades, para lo que se incorporarán nuevos equipos en un plazo de entre tres meses y dos años, en particular, un intercambiador de calor y compresores de exportación a la red. Igualmente, a pesar de estas mejoras, la compañía calcula que seguirá teniendo que volcar entre 4 y 8 GWh/d de gas al sistema. Por tanto, la planta sí realizará un proceso de regasificación, aunque este no sea su cometido principal.

El tercer uso que tendrá la planta tendrá como objeto el consumo nacional. Plantea Enagás ofrecer un servicio de carga de cisternas dentro del acceso regulado, cubrir así «una necesidad existente en la cornisa cantábrica», aliviar el exceso de demanda que sufren otras plantas, mejorar la eficiencia de suministro de GNL en la región y dar cabida al incremento de suministro previsto en esta tipología. La CNMC coincide en que existe congestión en algunas regasificadoras, y cita sobre todo la de Bilbao, mientras que reconoce que la de Mugardos tiene capacidad ociosa. Sin embargo, cree que El Musel podría contribuir a paliar la situación, mientras que la gallega «probablemente por su ubicación, no es una opción atractiva».

Por último, dados los usos de la instalación, por la emisión de BOG, y de carga de cisternas de gas natural licuado, se requerirá un cuarto servicio, el de almacenamiento, que también entra en el régimen regulado, pero que se ajustará únicamente a las necesidades de carga de los camiones y de emisión de esa evaporación de GNL.