EdP comienza las obras de transformación de la central térmica de Aboño a gas natural
La compañía señala que los trabajos para abandonar la quema de carbón en el grupo 2 han empezado «según los plazos previstos»
Tal y como estaba previsto, con la llegada del mes de marzo EdP ha comenzado las obras para la transformación de la central térmica de Aboño ... , en Gijón, a gas natural. Unos trabajos que se extenderán durante varios meses y con los que la multinacional portuguesa pondrá fin a la quema de carbón y, por tanto, reducirá drásticamente las emisiones de dióxido de carbono, dentro de los objetivos de descarbonización que tiene la compañía.
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Los preparativos –según ha confirmado la propia EdP a EL COMERCIO– comenzaron ya la noche del pasado 28 de febrero, cuando se procedió a arrancar el grupo 1 de Aboño, que hasta ahora solo tenía autorizado su funcionamiento durante un máximo de 500 horas anuales, para atender la demanda en casos de parada o avería. La Consejería de Transición Ecológica amplió ese límite el pasado mes de enero hasta las 2.000 horas durante este año para que EdP pueda sustituir la actividad del grupo 2 del complejo energético.
LAS CLAVES
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Grupo 1 Hasta que finalicen las obras de conversión –entre tres y cuatro meses– sustituirá la actividad del grupo 2 gracias a una autorización temporal del Principado. Cuando acaben, se desmantelará.
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Grupo 2 Los trabajos, que ya han arrancado, adaptarán la caldera para que emplee gas natural, gas de horno alto –procedente de la siderurga e hidrógeno verde.
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Descarbonización Con esta transformación, EdP dejará de emitir a la atmósfera unas 900.000 toneladas de dióxido de carbono anuales.
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Potencia El grupo 2 pasará de 565 MW a 494 MW, una reducción que apenas se notará, puesto que no habrá que alimentar las instalaciones necesarias para el uso de carbón.
Desde el Gobierno del Principado indican que esa autorización obedece a varios motivos. Uno de ellos es garantizar el suministro y la seguridad del sistema, puesto que la parada de ambos grupos a la vez implicaría la quema en antorcha de los gases siderúrgicos que actualmente nutren a la central, con la pérdida de su poder energético y un mayor impacto en la calidad del aire. Además, la medida también se justificaría en que las emisiones totales de la central no superarán los niveles asociados a las mejoras técnicas disponibles. No obstante, estas estarán reguladas por la autorización ambiental. Una vez finalicen los trabajos de reconversión, que se estima que durarán entre tres y cuatro meses, se acometerá el cierre y desmantelamiento del 1.
El presupuesto ronda los 40 millones de euros y las obras, que durarán varios meses, están adjudicadas a Duro Felguera
Un día más tarde del arranque del grupo 1, el 29 de febrero, se realizó la desconexión del 2, de modo que, tal como explica la compañía, «los trabajos han comenzado según los plazos previstos». Las obras que permitirán abandonar el carbón como combustible implicarán adaptar la caldera para que emplee gas natural, gas de horno alto –procedente de la industria siderúrgica– y pequeñas cantidades de hidrógeno verde.
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Misma potencia
Una vez finalicen los trabajos, el grupo pasará de la potencia actual de 565 MW a 494 MW. No obstante, esa pérdida no tendrá ningún impacto, puesto que tras las obras no será necesario alimentar los equipos utilizados para el uso de carbón, como molinos, cintas transportadoras o la desulfuradora. Esta situación llevará asociado el desmantelamiento de muchas instalaciones puesto que, desde entonces, solo operará con combustibles gaseosos. Eso significa que las instalaciones relacionadas con el carbón y con el gasóleo deberán quedarse fuera de servicio.
La transformación a gas natural implicará que la central dejará de emitir a la atmósfera unas 900.000 toneladas de dióxido de carbono (C02) anuales. Además, se evitarán 692 toneladas de dióxido de azufre (SO2), 1.876 de óxido de nitrógeno y 85 de partículas. Al mismo tiempo, también se dejarán de producir cenizas y escorias derivadas de la combustión del carbón, lo que supondrá un recorte de los residuos convencionales y una reducción del ruido. A ello hay que sumarle la rebaja de las emisiones y residuos correspondientes al grupo 1 una vez que este se desmantele.
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El presupuesto para llevar a cabo las obras de conversión del grupo 2 ronda los 40 millones de euros y están adjudicadas a Duro Felguera.
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