Las empresas asturianas advierten del «duro golpe» que les asesta la subida de tipos de interés
Temen que suponga un desincentivo a la inversión, lo que se suma al encarecimiento de la financiación de sus créditos
La subida de los tipos de interés tiene un impacto directo negativo en la economía de muchas familias, aquellas que cuentan con hipotecas o créditos ... a tipo variable, que ven cómo sus cuotas se disparan, pero las consecuencias no se quedan en el ámbito doméstico. La financiación de las empresas también se ve afectada por las decisiones de las autoridades monetarias de elevar el precio del dinero y las compañías ya se preparan para lo que está por venir. De hecho, la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) advierte de que «el repentino endurecimiento de las condiciones de financiación será un duro golpe para nuestro tejido productivo».
El efecto que se prevé tiene distintas ramificaciones. La directa es que, «tras un largo periodo pudiendo disponer de dinero barato», la financiación se encarece. La devolución de los créditos suscritos o de los que se soliciten a partir de ahora supone un desembolso mayor. Pero, además, se da la circunstancia de que el impacto no es homogéneo. Se verán más afectadas, precisamente, las compañías que estén más endeudadas y cuenten con un músculo financiero menor. «Tendrá un efecto asimétrico en nuestra región. La subida de tipos se cebará con aquellos sectores que más sufrieron durante la pandemia y que fiaron su viabilidad al crédito», alerta Fade, que ve la subida de los tipos de interés, «necesaria para contener la inflación», aunque reconoce que «impactará negativamente sobre las empresas asturianas».
«Las compañías ya lo están notando en todo el circulante», explican fuentes financieras que, sin embargo, aclaran que las consecuencias del alza de los tipos se notarán más a medida que pase el tiempo. Como ejemplo, los préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial habilitados durante la pandemia se revisan semestralmente.
El frenazo que supuso para la economía la irrupción del coronavirus derivó en que numerosas empresas acudieron a las líneas de avales del ICO para acceder a financiación bancaria, que ya toca devolver. De hecho, el 22,93% de las compañías asturianas recurrieron a este mecanismo para obtener liquidez, alrededor de 15.500 de las 67.500 que hay registradas en la región. En conjunto lograron avales por un importe de 1.948,8 millones de euros, lo que permitió movilizar 2.253,7 millones de financiación. Estas empresas irán viendo cómo se encarecen sus préstamos a medida que se revisen, a pesar de que la situación económica dista mucho de haber entrado en una etapa de normalidad. También otros suscritos, como las pólizas de crédito, que se suelen actualizar cada tres meses.
A pesar de la complicación que supondrá para muchas compañías y familias el encarecimiento de los créditos, la banca llama a la tranquilidad. Durante las últimas semanas, en las que las entidades han presentado resultados, sus directivos han defendido que la situación actual dista mucho de ser como la de la Gran Recesión, ni por el tipo de crisis, ni por la situación del país, ni por el riesgo asumido por los bancos en la concesión de créditos.
Y ahí se avanza otro de los posibles problemas que pueden derivar de esta subida de tipos. Aunque los bancos no esperan que la morosidad se dispare, las compañías temen que la coyuntura actual, en la que influyen muchos más aspectos que el aumento del precio del dinero, implique cierta restricción al crédito. «Se impondrá la prudencia por ambas partes», argumentan las mismas fuentes financieras, lo que puede derivar también en una posible retracción de la inversión.
Al contexto presente, marcado por la incertidumbre y los precios desbocados, se suma este encarecimiento del dinero que no favorece acometer nuevas inversiones. Ese es uno de los temores del sector de las ingenierías, que está viendo también cómo la lentitud de los fondos europeos retrasa la contratación. No obstante, esperan que más tarde o más temprano se desatasquen los proyectos, sobre todo, los relacionados con energías renovables, aunque ahora deberán ser financiados a un precio superior.
Contener la inflación
Y la escalada no ha tocado techo. Esta misma semana, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha confirmado que esperan seguir aumentando los tipos de interés en las próximas reuniones de política monetaria. «Desde julio hemos incrementado los tipos en 200 puntos básicos, la mayor subida en la historia del euro, pero aún no hemos terminado», aseguró en una entrevista publicada por el propio BCE. En su última reunión de política monetaria, su Consejo de Gobierno decidió elevarlos de nuevo un 0,75%, de forma que el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se situará en el 2%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 1,50% y la de facilidad de préstamo, el 2,25%. A pesar de la contracción que pueda suponer de la economía, el objetivo de la institución es claro: contener la inflación para que se sitúe en el 2% en el medio plazo. «Nuestro mandato es la estabilidad de precios, y tenemos que cumplir usando todas las herramientas que tenemos disponibles, eligiendo aquellas que sean más apropiadas y eficientes», justificó Lagarde.
De momento, la Reserva Federal americana les abre el camino y mete presión. El miércoles subió los tipos 0,75 más, hasta su nivel más alto desde finales de 2007. Así, el precio del dinero en EEUU escala hasta el rango comprendido entre el 3,75% y el 4%. El objetivo es que los tipos aún suban hasta situarse entre el 4,25% y el 4,5% en diciembre y que, incluso, puedan alcanzar el 5% en enero, lo que empuja al resto de autoridades monetarias, no solo la europea. El Banco de Inglaterra subió los tipos el jueves al 3%. La tensión sobre las economías familiares aumentará aún más.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión