Enagás ve maduro en menos de 18 meses el proyecto para traer hidrógeno a Asturias

Sin citarlo, Arturo Gonzalo hace referencia a HyDeal, la iniciativa en la que Enagás se ha asociado con Arcelor y Fertiberia para generar hidrógeno verde en Castilla y León y canalizarlo después hasta Asturias para abastecer a las nuevas instalaciones descarbonizadas de la siderúrgica y también a una nueva planta de amoniaco que prevé construir la compañía española de fertilizantes en Avilés.

Más allá de los plazos o la financiación, dos de los principales problemas que se plantean, también está sobre la mesa el aspecto técnico de transportar este gas renovable a cientos de kilómetros, tanto por las presiones que requiere, como por las fugas y el efecto que tiene en los materiales. Sin embargo, Arturo Gonzalo asegura que «las conducciones de hidrógeno son una tecnología totalmente probada, con 5.000 kilómetros funcionando». De hecho, las primeras canalizaciones se construyeron en 1939 en Alemania y siguen funcionando. «No es realmente un problema», señala, aunque sí reconoce que existen retos relacionados con la economía del hidrógeno a gran escala.

El consejero delegado de Enagás también hace referencia en esa entrevista a la regasificadora de El Musel, cuya activación está prevista para el próximo mes, una vez que ya haya cumplimentado todas las tramitaciones y también haya asignado su capacidad logística. Según trasladó el propio Gonzalo en la presentación de los resultados del primer trimestre, el pasado mes de abril, la infraestructura asturiana ha despertado «un alto interés» entre los agentes del sector. Durante la primera fase del proceso de asignación de servicios, que era de prospección con un carácter no vinculante, la instalación recibió 16 ofertas de distintos operadores, que después debían confirmarse hasta que se determine quién usará la planta.

En la entrevista, Gonzalo ofrece más detalles sobre el funcionamiento que tendrá la infraestructura gijonesa que, aunque se plantea que tenga un uso eminentemente logístico, por el propio funcionamiento de este tipo de plantas estará conectada a la red. Es más, esa conexión no será tan residual como en principio se había apuntado y la instalación llegará a inyectar al sistema el 40% del gas que maneje. «El Musel va a ser una instalación un 40% regulada y un 60% no regulada», explica el consejero delegado de Enagás, que argumenta que el almacenamiento no es perfecto y una proporción importante debe ir a la red.

Según la resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por la que se establece su régimen económico, la planta de El Musel tendrá cuatro usos. El principal estará fuera del acceso regulado y pasa por hacer de la infraestructura una plataforma logística de apoyo a otros países europeos, mientras que los otros tres sí entran dentro del acceso regulado: el suministro de gas natural licuado (GNL) en la zona mediante camiones cisterna; el servicio de 'Boil-off Gas' (BOG), que implica la conexión de la planta a la red para evacuar la evaporación continua del GNL que se genera y que requerirá de un proceso de regasificación; y el de almacenamiento.

Por otro lado, Arturo Gonzalo también avanza que en un futuro se puede plantear preparar las plantas de regasificación para que sean compatibles con el amoniaco, uno de los derivados del hidrógeno que se prevén emplear para transportarlo en barco. «Es un reto que no hay que minusvalorar, porque hacen falta recursos, una alianza público-privada y señales a los fabricantes», asegura. Precisamente, ayer, Enagás anunció que se ha aliado con Hanseatic Energy Hub GmbH (HEH) para operar la futura terminal de GNL de Stade, en Alemania, que estará preparada para operar con amoniaco verde.