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Sánchez y los Mittal abordan el futuro de la siderurgia asturiana en una reunión «constructiva»
El presidente del Gobierno intentó convencer a los máximos accionistas de Arcelor de apostar por la electrificación de la acería de Avilés y de mantener el proyecto de la planta de DRI para Gijón
Dos años después de su último encuentro, también en la localidad suiza de Davos, el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, ha vuelto a ... reunirse con el presidente de Arcelor, Lakshmi Mittal, y con su hijo y consejero delegado de la multinacional, Aditya Mittal. La cita de este miércoles fue, en palabras del propio jefe del Ejecutivo, una «reunión constructiva» para abordar «la presencia y futuro de la compañía en España en el actual contexto geopolítico». Sobre el tapete, una cuestión básica: el devenir de las factorías de la compañía en Asturias. El grupo cuenta con más plantas en el país, pero es en el Principado donde agrupa el grueso de la actividad y también las instalaciones más amenazadas por el proceso de descarbonización.
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A ambos lados de la mesa, no hubo posiciones contrapuestas, pero sí distintas versiones de una situación en la que la economía asturiana puede ser la gran damnificada. Tras el anuncio de Arcelor de que suspende sus proyectos de plantas de reducción directa del mineral de hierro (DRI) en Europa, incluido el de Asturias, parte central de sus planes verdes, Sánchez intentó hacer ver a los empresarios angloindios el atractivo de España como destino de inversión, con una apuesta decidida por las renovables que, en principio, debería abaratar la factura eléctrica a medio plazo y también la del hidrógeno, que se plantea como el gran vector energético para una economía descarbonizada.
Tanto el Gobierno central como el asturiano han ido modificando sus prioridades en relación a Arcelor en Asturias a medida que pasaban los meses y la inversión en la planta de DRI se iba alejando. Ahora se intenta garantizar primero la electrificación de la acería de Avilés, con un horno similar al que ya se está construyendo en Gijón, para evitar la pérdida de capacidad productiva cuando ya solo esté disponible un horno alto. Esta obra se ve como un paso intermedio más factible para poder desbloquear después esa otra gran inversión que sería la factoría de DRI, que permitiría garantizar que España mantiene en su territorio una siderurgia integral. Con dos hornos eléctricos híbridos necesitados de hierro de reducción directa, se considera que para Arcelor sería mucho más rentable contar con producción 'in situ' de DRI y no importarlo. De paso, se iría ganando tiempo para el desarrollo del hidrógeno y de toda la tecnología asociada a las nuevas instalaciones.
Los Mittal, por su parte, llevan años advirtiendo de que la situación cada vez es más insostenible debido al sobrecoste que suponen las medidas ambientales del Viejo Continente, mientras que a su mercado entra acero extracomunitario que no debe hacer frente a esa factura añadida, por lo que juega en desigualdad de condiciones. Así, mientras la producción es cada vez más cara en Europa, la entrada masiva de estos productos siderúrgicos está desplomando los precios hasta hacer la actividad inviable. La debilidad de la demanda, con una grave crisis industrial en Alemania, agrava los problemas. A mayores, está previsto que, a partir del próximo año, la asignación de derechos de emisión gratuitos empiece a reducirse, mientras que el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), en fase de aplicación transitoria, se está demostrando inútil para repeler esa invasión de acero extracomunitario.
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«El camino hacia las cero emisiones debe ser económicamente viable», insiste Aditya Mittal. De ahí que reclamen un apoyo decidido para mantener la siderurgia. Entre otras cuestiones, esperan los pasos que pueda dar la Unión Europea en los próximos meses, tras la promesa de presentar un plan para el acero en los primeros 100 días de la nueva Comisión. Sin embargo, de momento, consideran que «los entornos político, energético y de mercado en Europa no han avanzado en una dirección favorable», a las puertas de tener que decidir sobre el cierre o mantenimiento de numerosos hornos altos, entre ellos, el 'A' de Gijón.
Medidas proteccionistas de EE UU
Todo ello, además, se verá afectado por las decisiones que pueda adoptar Donald Trump, ya investido, en relación al acero. En su anterior etapa en la Casa Blanca, los aranceles de hasta el 25% impuestos para este metal afectaron gravemente al mercado europeo, que se vio desbordado por productos procedentes de otros países que vieron frenado su acceso Estados Unidos y los desviaron a Europa. Joe Biden no llegó nunca a retirarlos, aunque hubo ciertos acuerdos sobre cuotas en las relaciones bilaterales.
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Esta es la quinta vez que Sánchez se ve con los Mittal en Davos, en esta ocasión acompañados también por el consejero delegado de la multinacional en Europa, Geert van Poelvoorde. Aunque el año pasado coincidieron también en esta cumbre, no hubo reunión, ante cierto hartazgo por ambas partes. El Gobierno estaba molesto por la falta de confirmación de la planta de DRI, tras apresurar en las negociaciones con la Unión Europea para poder disponer de la ayuda de 450 millones de euros que tiene concedida la obra; y Arcelor por la falta de avances sobre las condiciones para hacer viable el proyecto.
Ahora, todo apunta a que se abre una nueva etapa, buscando cómo avanzar en el plan verde asturiano, aunque sea de forma más modesta, pero con el objetivo de mantener la producción en Asturias y lograr la inversión de la planta de DRI a medio plazo.
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En este sentido, la ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, subrayó en Davos el papel «esencial» que desempeña un desarrollo rápido de infraestructuras de energía limpia a gran escala a la hora de maximizar «el equilibrio ganador entre sostenibilidad, crecimiento económico, seguridad energética y justicia social».
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