Los trabajos de adecuación de un sínter de Arcelor condicionan la vida del horno alto 'A'
Arcelor estudia cómo organizar la producción teniendo en cuenta que la otra planta de sinterización no basta para abastecer a los dos hornos al 100%
E. C.
Gijón
Miércoles, 8 de enero 2025, 06:40
Arcelor recuperó ayer la producción en todas sus instalaciones con la reactivación del tren de carril tras un mes de parada por la ... debilidad del mercado. Pero ahora encara una año clave dentro de su estrategia de descarbonización, en el que tendrá que adoptar medidas de gran calado para intentar mantener la actividad y la viabilidad de las factorías asturianas. La siderúrgica insiste en que todavía no se ha tomado decisión alguna sobre el horno alto 'A', que estaba llamado a ser sustituido, junto al sínter 'B', por la planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) prevista para Gijón dentro del plan verde de la multinacional. Una inversión que está suspendida por la falta de competitividad que aprecia Arcelor para este tipo de instalaciones en el corto plazo.
Ante esta situación, cabe la posibilidad de que se intente extender en el tiempo la actividad del horno alto 'A' más allá de 2025 para que las factorías no tengan que recortar su producción prácticamente a la mitad, pero supondría una cuantiosa inversión para asegurar su mantenimiento. Podría prolongarse, al menos, hasta que finalice la construcción del horno eléctrico de la acería de Gijón, cuyo arranque se prevé para el primer trimestre de 2026. Aunque, incluso cuando ya esté funcionando, serán necesarios entre seis meses y un año para homologar su producción, que se destinará a los trenes de carril y alambrón.
Pero las obras de adecuación que la compañía necesita realizar en el sínter 'A' –que trata el mineral de hierro antes de ir al horno alto– complican las cosas. El caso es que existe el compromiso expreso de Arcelor con el Principado de detener el sínter 'B' antes de que acabe este año debido a sus problemas ambientales, que están incluso judicializados.
Por ello, la siderúrgica pretende acondicionar este año el sínter 'A' para que gane en eficiencia de cara a funcionar en solitario. Unos trabajos que se prolongarán durante unos 40 días, en los que solo estaría operativo el sínter 'B'. De ahí que la empresa baraje varias opciones para poder organizar la producción. Por un lado, tendría que importar pellets de mineral de hierro para producir el arrabio, porque solo un sínter no será suficiente para abastecer a los dos hornos altos al 100% de actividad. El problema es que esta materia prima tiene un elevado precio, lo que reduciría la competitividad de la cabecera asturiana, que también se verá amenazada a medida que se vayan retirando las asignaciones gratuitas de CO2.
Otra posibilidad es parar el horno alto 'A', opción que se ya se barajó durante 2024 por la caída de pedidos debido al deterioro del mercado. Bien sea por un tiempo concreto o ya definitivamente, puesto que su vida útil está próxima a finalizar. Según pudo saber este periódico, hay producción asegurada hasta mayo, por lo que su continuidad hasta entonces parece asegurada. A partir de ahí, teniendo en cuenta las obras que habría que acometer en el sínter 'A', se perfilan estos escenarios distintos. El objetivo de la dirección asturiana de Arcelor es elegir la vía más competitiva posible para presentarla ante el próximo comité europeo de la multinacional. Es el órgano encargado de dar el visto bueno, entre otras cosas, a las inversiones en las diferentes factorías.
Plan verde
La idea es conjugar los costes con la estrategia productiva más adecuada para que las factorías de la región no pierdan puestos frente a las de otros lugares de Europa. La decisión de aplazar la inversión en la planta de DRI ha alterado los planes iniciales de Arcelor, que presentó su plan de descarbonización en julio de 2021. Entonces se preveía que la función de estas instalaciones sustituyera a la del horno alto 'A' y el sínter 'B', pero esa planificación se ha visto alterada, y ahora la multinacional tiene que decidir qué camino tomar.
La entrada masiva de importaciones de acero 'sucio' procedente de fuera de la Unión Europa, a precios que los productores autóctonos no pueden igualar, y los altos costes de la energía –sumados al retraso en la producción de hidrógeno verde a escala industrial– no ayudan a que Arcelor apueste por realizar inversiones que ve arriesgadas. De ahí que gane enteros la opción de construir una acería eléctrica en Avilés antes que la planta de DRI.
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