Sindicatos y Arcelor buscan un acuerdo que evite el inicio de movilizaciones

Una vez resuelta la armonización de los salarios respecto al IPC, la discusión se centra ahora en el porcentaje añadido. No coinciden en la cantidad, les separa aproximadamente un 0,9% de diferencia, y tampoco en su carácter, pues los sindicatos quieren que sea un fijo, mientras que la empresa plantea un variable en función de la productividad. Y es aquí donde las conversaciones encallan hasta el punto de que ambas partes han acordado una nueva reunión 'in extremis' para el próximo martes, fecha límite para llegar a un consenso. «Intentaremos llegar a un acuerdo hasta el último minuto. Estamos tratando de evitar que se rompa la negociación», confirmaban ayer las fuentes consultadas por este diario.

Llevan casi ocho meses persiguiendo este objetivo, que todavía sigue lejos a pesar de que la reunión del martes se alargó hasta las 4 de la madrugada y se retomó, de nuevo, ayer a las 12.30 horas. Al cierre de esta edición todavía continuaba sin grandes cambios. La tensión aumenta y muestra de ello es que la sección de la Corriente Sindical de Izquierda decidió desmarcarse el miércoles de la plataforma sindical para el VII Acuerdo Marco en la que continúan UGT, CC OO y USO. «No estamos de acuerdo con la última propuesta ni con el rumbo que cogen las peticiones y la negociación», explicó la CSI.

Y todavía quedan otros flecos pendientes. Hasta ahora, la empresa había aceptado el recurso al contrato relevo para la industria manufacturera y se mostró en disposición de valorar un plus de sábado, cuya cantidad aún no se ha determinado. El encuentro de ayer tenía como objetivo limar estos asuntos pendientes a la par que se intentaba un acercamiento en torno a la subida salarial.

Los sindicatos ya habían advertido de que si no se lograba el acuerdo durante este mes de julio procederían a romper las negociaciones. Si esto sucede, convocarán asambleas para explicar la situación a la plantilla y plantearán movilizaciones.

Ni la parte social ni los sindicatos dudan sobre la difícil situación que atraviesan las plantas asturianas, pero sí difieren en la gravedad del asunto. Mientras Arcelor insiste en la necesidad de contener los costes, especialmente para este año que prevén más complicado debido a los recortes ejecutados en las factorías de Gijón y Avilés, la parte sindical recuerda que en los ejercicios anteriores el grupo obtuvo importantes beneficios que, consideran, deben llegar a los bolsillos de la plantilla.

Tampoco ha habido cambios sobre las mejoras sociales que los sindicatos trataban de negociar para los trabajadores de las plantas asturianas, por lo que los escollos en este apartado siguen siendo los mismos. La compensación por fraccionamiento de vacaciones, el sueldo de los eventuales y la eliminación de las jornadas a recuperar dificultan llegar a un acuerdo sobre los compromisos para Asturias.