La patronal asturiana pide un coste energético asumible para evitar «una situación dramática»

Al margen de que en el Principado «las empresas están haciendo ya todos los esfuerzos que pueden para ahorrar energía, primero por la subida de costes, pero también porque todos tenemos la conciencia de que es necesario», desde Fade recelan del 'café para todos' del plan de ahorro energético aprobado esta semana por el Gobierno central y exigen soluciones «adaptadas por tipo de empresa, de sector y de ubicación».

«No se puede poner en peligro la competitividad empresarial», insistió Calvo durante su participación en la jornada 'Seguridad, Sostenibilidad y Economía: El Trilema Energético', organizada por el Club Español de la Energía dentro del marco de la 44ª edición de los cursos de verano de La Granda. De ahí su reclamación de un suministro «garantizado y competitivo», con unos precios de la energía que sean «asumibles» por el sector empresarial. «Nuestra preocupación por el impacto de la transición energética de las empresas es una preocupación por el futuro mismo de Asturias», afirmó tras recordar que la industria es la base de la economía regional, con un 23% del PIB y un 13% del empleo.

Desplegó en su intervención una serie de peticiones con las que, cree, se facilitaría la compatibilidad del proceso de descarbonización con la supervivencia del tejido empresarial e industrial y su competitividad. Primero, «un mecanismo de control de los precios de CO2 que evite movimientos especulativos y garantice que los ingresos se destinen a la finalidad para la que fueron creados». En segundo lugar, «medidas que garanticen el suministro energético con precios similares a los del entorno». Tercero, «establecer un mecanismo de ajustes en frontera para tener éxito a nivel mundial y crear un mercado único verde en Europa» y cuarto, y no menos importante, «un calendario razonable de reducción de emisiones». Un calendario «que no nos ahogue», planteó.

Y en un par de ocasiones hizo referencia la presidenta de Fade al ejemplo de países como Francia y Alemania. Entre otras cuestiones, al asegurar que el éxito de a transición energética «está directamente vinculado al apoyo directo y sin fisura a la empresa asturiana y la industria, con medidas concretas y eficaces». De no hacerlo «estaríamos en una situación de desventaja competitiva», anotó.

Mirarse en el espejo de otros países para tener precios de la energía más competitivos fue también la reclamación del director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), Fernando Soto. Las electrointensivas, en las que el gasto en electricidad puede suponer hasta el 60% de los costes de producción, se encuentran con que en España el 90% de la energía se adquiere a precio de pool y «no se firman contratos a medio y largo plazo» con las compañías eléctricas «porque no hay ofertas competitivas». Como alternativas, Soto planteó que se consolide el 80% de la rebaja del peaje eléctrico, que se ofrezca a la industria electrointensiva la energía del RECORE o la máxima compensación del CO2 indirecto.

Benigno Pendás, presidente de los cursos de La Granda, fue determinante en el cierre de la jornada: «La política energética merece un pacto de Estado».