La generación con carbón cae a mínimos a pesar del aumento del consumo por el frío

El peso del carbón en el mix energético -combinación de fuentes que utiliza un territorio para abastecerse- se ha convertido en algo casi residual. En la jornada de ayer solo supuso el 3,1% del total, mientras que un año atrás su aportación ascendía al 23%, según los datos recopilados por Red Eléctrica de España. Este combustible fósil fue el tercer recurso más utilizado en 2018 para producir energía en el país -solo por detrás de la nuclear y la eólica-, pese al anunciado fin de la minería y a la cercana fecha de defunción de buena parte de las térmicas. Pero la tendencia a lo largo de este año es muy distinta, influenciada por la deriva del mercado. Por un lado, los derechos de emisión de CO2 se han disparado, con un precio medio anual de 24,8 euros frente a los 15,88 del ejercicio anterior.

Esta circunstancia se une a la bajada del precio del gas, lo que ha provocado que los ciclos combinados -que producen energía con esta fuente- ganen un mayor peso en el mix. Mientras que en 2018 representaba el 10,1% de la generación, en lo que va de año ha crecido hasta el 21,5%. De modo que la notable caída de la producción con carbón -del 66,5% y a pesar del aumento del consumo por la llegada del frío-, se explica, al menos en parte, por este auge del gas. De hecho, basta con analizar las estadísticas de Red Eléctrica para comprobar que el descenso de la generación con este combustible fósil no supone un impulso para las renovables. Es más, su aportación al mix cae del 40,7% al 37,3% en la comparativa interanual. No obstante, en la primera mitad de noviembre, la eólica es la fuente energética más utilizada con gran diferencia respecto al resto. En concreto, la energía eléctrica generada gracias al viento supone un 38,9% (en octubre fue un 19,8%).

Esto se debe a las fuertes rachas registradas en estas dos semanas, que han permitido que se dispare la producción y, por tanto, se abarate el precio. Los ciclos combinados ocupan el segundo puesto, con un 16,2%; seguidos a escasa distancia de la nuclear, cuya aportación suma el 15,6%. Asimismo, las centrales de cogeneración contribuyen con un 11,1%. La energía hidráulica, por su parte, representa un 9,3% de la generación. La solar fotovoltaica (2,6%), el carbón (2,3%), el bombeo hidroeléctrico (0,9%), la solar térmica (0,6%), los residuos renovables (0,3%) y otras renovables (1,5%) completan el mix este mes. Ante este panorama, de las grandes eléctricas solo EdP tiene intención de continuar con la generación de carbón en Asturias, que mantendrá la actividad en su planta de Soto de Ribera -donde tiene un grupo de carbón de 361 MW, al que se suman dos de ciclo combinado- y en Aboño, aunque en este caso solo con uno de los grupos. De hecho, todo apunta a que serán estas centrales, junto a la de Los Barrios (Cádiz), propiedad de Viesgo, las únicas que sigan en activo.

La térmica gijonesa tiene una potencia instalada conjunta de 952 Mw, de los cuales 592 corresponden al grupo 2, cuya continuidad hasta 2030 ya ha garantizado EdP con cuantiosas inversiones. Esta central entra habitualmente en el sistema debido a que es multicombustible -quema gases de Arcelor- y necesaria para abastecer a la gran industria. Mientras que la de Soto se mantiene activa, sobre todo, gracias a sus ciclos combinados.