El Gobierno rechaza compensar a la gran industria asturiana en el estatuto de las electrointensivas

«Habrá gente que nos diga que no hemos reconocido al hiperelectrointensivo».Con esta frase, el secretario de Industria, Raúl Blanco, avanzaba ayer que el estatuto del consumidor electrointensivo no recogerá una de las principales reivindicaciones realizadas desde Asturias y que se incluía tanto en las alegaciones del Gobierno regional como de los sindicatos y Aege, la asociación de grandes consumidores en la que se integran Arcelor y Asturiana de Zinc, o la patronal siderúrgica Unesid. Se ayudará, por tanto, en España y en Asturias, «al más grande al más pequeño», lo que perjudica los intereses de la gran industria regional, la más afectada por la alta factura eléctrica y que lleva años reclamando un precio competitivo, estable y predecible.

Según defendió el responsable del Ministerio de Industria durante una webinar de la Federación Socialista Asturiana (FSA) sobre el sector en la región, el estatuto, «que está en su última fase», permitirá a las electrointensivas «tener la dotación mejor que nunca haya tenido». Sin embargo, la queja que vienen realizando las hiperelectrointensivas desde que se conoció el borrador es que el abanico de perceptores de ayudas se abrirá tanto que los mayores consumidores, aquellos que más sufren el impacto del coste de la electricidad, apenas recibirán compensaciones que reduzcan el diferencial en el precio de la luz que pagan con respecto a sus competidores de países como Francia y Alemania. «El café para todos en este caso no vale», explican gráficamente fuentes del sector.

El Ejecutivo ha venido demorando la aprobación del estatuto desde la promesa inicial, que era tenerlo en marcha antes de las elecciones de abril de 2019. El último plazo que ha dado es octubre. Blanco aseguró ayer que ya hay consenso dentro del Gobierno y que solo falta un paso para que pueda ir al Consejo de Ministros. También defendió que se llega con este estatuto al máximo que permite la normativa comunitaria y que se está haciendo una política en materia industrial «que nunca se había hecho». El problema, insiste la gran industria, es que se considerará como electrointensivas a empresas que antes carecían de ese reconocimiento, la mayoría en Cataluña, y el reparto del pastel dará para mucho menos. Desde la patronal siderúrgica Unesid, su director general, Andrés Barceló, llegó a decir en el Congreso que si el borrador sale adelante según está «vale más que lo dejen».

Horno alto

Precisamente, una de las principales afectadas, Arcelor, arrancará a finales de semana el segundo horno alto de Gijón, aunque de forma temporal, por la reparación de una de estas instalaciones en Bélgica. Su continuidad, sin embargo, está en cuestión por los malos resultados de la división de largos. Ayer, empresa y sindicatos volvieron a reunirse, en este caso para abordar la situación de alambrón, sin acercar posturas sobre el recorte de personal que quiere aplicar el grupo. CC OO celebró varias asambleas por esos ajustes en las que se decidió emprender movilizaciones si se realizan de forma unilateral.