Jorge Julián Álvarez (Bayer), Miguel Rodrigo (IDAE), Rubén Hidalgo (CAPSA) Carmen Navarro (GECV), Carlos García (Faen) y Susana García. José Simal

La industria asturiana apuesta por la descarbonización para impulsar la competitividad

El consejero delegado de Bayer destaca en Avilés que la planta de Langreo es un «símbolo» para el sector, al unir sostenibilidad y productividad

Jueves, 30 de octubre 2025, 17:51

El proceso de descarbonización no solo es ya irreversible, sino que además supone una ventaja estratégica para las empresas en una economía en la ... que cada vez es más importante contar con una energía limpia y competitiva, basada en la colaboración y en la apuesta por la innovación y la tecnología. Esa es una de las conclusiones que pudieron extraerse de la jornada celebrada ayer por Bayer y Ethic en el Centro Niemeyer de Avilés bajo el nombre de ‘La revolución made in Europe: colaboración, innovación y descarbonización’, y que reunió a representantes de la administración y de toda la cadena de valor de la industria, no solo de Asturias, sino también de otras partes de España.

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«La descarbonización ofrece una ventaja competitiva en un mercado que valora cada vez más esa responsabilidad ambiental», afirmó el consejero delegado de Bayer, Jordi Sánchez, que hizo hincapié en que «proyectos como el de la planta de Langreo son una prueba tangible de cómo la sostenibilidad y el crecimiento económico pueden y deben ir de la mano». En su opinión, Europa atraviesa «un momento crucial» en el que se presentan «oportunidades sin precedentes para transformar nuestro futuro» que permitirán «reforzar nuestra autonomía estratégica y preservar el equilibrio natural».

No obstante, el Principado tiene algunas particularidades que hacen que el impacto de estos procesos sea mayor que en otras comunidades autónomas. Así lo señaló el director de la Fundación Asturiana de la Energía (Faen), Carlos García, que apuntó que el sector industrial en Asturias supone el 67% del consumo final de energía frente a otras comunidades como Madrid en la que apenas alcanza el 7%. «Aquí nos jugamos más que otras regiones», advirtió. En ese sentido, recalcó que «el proceso de descarbonización genera ventajas desde el punto de vista de tener recursos propios y no tener que depender de externos» y reconoció que Asturias cuenta con estrategias propias alineadas con España y la UE, pero reclamó que «hay que llevarlas a la realidad» e impulsar su ejecución, «porque si no las empresas se quedan en el limbo».

Por su parte, Rubén Hidalgo, director de Inversión Riesgo en CAPSA, aseguró que «la transformación de las industrias supone la oportunidad de generar nuevos vectores tecnológicos a su alrededor», como ocurre con iniciativas como centro de innovación de Carrio. No obstante, matizó que en el sector lácteo –que factura unos 2.000 millones de euros cada año en Asturias– «el primer reto no es la descarbonización, sino el relevo generacional» y, prosiguió, «el segundo consiste en transformar y modernizar el ecosistema agroganadero».

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Inversión a largo plazo

En esa misma línea, Carmen Navarro, directora del Grupo Español para el Crecimiento Verde (GECV), argumentó que «la electrificación y la descarbonización son una herramienta para salir fortalecidos de la serie de crisis que atraviesa Europa». Según su visión, este proceso supone «una oportunidad económica e industrial para la innovación y el liderazgo» y las empresas que avanzan en esa dirección «son más eficientes, reducen sus costes energéticos y son más competitivas», además de impulsar la innovación tecnológica y fomentar la creación de empleo en sectores estratégicos. «La descarbonización es una inversión en competitividad a largo plazo», concluyó Navarro.

En la mesa, moderada por Susana García, miembro del consejo ejecutivo de Fade, también participó el director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Miguel Rodrigo, que además de animar a las empresas a aprovechar las ayudas que se presentan en esta materia –para competir con las empresas europeas–, recordó que «vivimos en sociedades donde los consumidores y ciudadanos damos importancia a cómo consumimos». Por eso, continuó, «es importante que las empresas atiendan a esas necesidades, porque las próximas generaciones están más concienciadas».

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Durante el encuentro, Susana Solís y Jonás Fernández, eurodiputados del Partido Popular y del Partido Socialista, respectivamente, participaron en otra de las mesas y coincidieron a la hora de pedir mayor agilidad a la Unión Europea para poner en marcha las políticas industriales.

El consejero de Hacienda, Justicia y Asu ntos Europeos, Guillermo Peláez reivindicó que «la transición no puede convertirse en una excusa para la desindustrialización sin plan, la pérdida de empleo o la resignación de los territorios». Además, subrayó que «es fundamental mantener el tejido productivo y el empleo: no se trata de apagar chimeneas, sino de encender nuevas luces».

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