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Se avanza, pero no parece que España vaya a poder cumplir los ambiciosos objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que se ... encuentra en el ecuador del periodo de diez años para el que fue diseñado. Así lo concluye el trabajo publicado este lunes por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que dirige el asturiano Ángel de la Fuente. Según el análisis, elaborado por el doctor en Economía Diego Rodríguez, de la Universidad Complutense de Madrid y Fedea, la evolución de las emisiones totales de gases de efecto invernadero es consistente, en principio, con los objetivos fijados, pero el ritmo será difícil de mantener en los próximos años, cuando la carga se desplace a sectores más difíciles de descarbonizar.
Entre los debes, está el sector del transporte que, de momento, está avanzando «a un ritmo claramente inferior al necesario» y también hay desviaciones importantes en el desarrollo del hidrógeno o los consumos industriales.
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Así, el trabajo considera que va a resultar imposible doblar el peso actual de las energías renovables en el consumo final, si no aumenta en estos próximos años de forma decidida su participación en el transporte y se avanza más rápido en la electrificación de la economía.
Y, mientras la generación distribuida o la fotovoltaica avanzan a buen ritmo, el autor cree que «va a ser imposible acercarse al objetivo de despliegue de nueva capacidad eólica» por las dificultades en las tramitaciones. Por ello, ve fundamental reducir la burocracia, sobre todo, en cuestión de repontenciación de parques, y acelerar la convocatoria de una primera subasta de eólica flotante, que acumula grandes retrasos –en Asturias se detectaron tres áreas susceptibles de albergar aerogeneradores en el mar–.
Otro aspecto que considera «clave» es el del almacenamiento, que «va muy tarde». «Un obstáculo importante están siendo las barreras administrativas existentes, especialmente en el caso del bombeo hidráulico», explica, aunque en el Principado también existen grandes dificultades en lo que tiene que ver con las baterías 'stand-alone', cuyos proyectos suscitan un fuerte rechazo vecinal. Por otro lado, Diego Rodríguez llama la atención sobre el impacto favorable que tendrá el almacenamiento en la reducción de costes vinculados al mantenimiento de la seguridad de suministro, que se han visto incrementados tras el apagón.
Asimismo, plantea como un elemento imprescindible para el avance de la descarbonización lograr un mayor ritmo en el proceso de electrificación, a lo que debería contribuir la eliminación de los obstáculos existentes para el acceso y conexión de nueva demanda. Este es otro aspecto que preocupa en Asturias, sobre todo, después de trascender que a AZSA se le denegaron los 3 MW que solicitó para mejorar su actividad. Y tampoco parece que se vayan a cumplir los objetivos del PNIEC para el biogás y menos en cuanto al hidrógeno verde, cuyo objetivo «a estas alturas se ha revelado como completamente inalcanzable». Por ello, pide esfuerzos focalizados en el ámbito de la demanda industrial de hidrógeno para comenzar el despliegue de esta fuente de energía. La distancia entre lo que finalmente se logre y las metas fijadas dependerá de las transformaciones en algunas industrias clave, entre las que cita, precisamente, la siderurgia.
De hecho, cree que «con realismo, no cabría prever la entrada en funcionamiento de las primeras plantas comerciales antes de los últimos años de esta década» e incluso que habrá que esperar a la siguiente para que este vector tenga un papel relevante.
Por otro lado, en línea con lo que piden las electrointensivas y también con lo que aconseja la Comisión Europea, considera necesario avanzar en la revisión de la fiscalidad energética, un aspecto no tratado en el PNIEC. «Debe procederse con premura a la eliminación del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica, a la reducción del Impuesto Especial de la Electricidad y a la igualación de tipos de gravamen en el ámbito de los hidrocarburos líquidos», defiende el investigador de Fedea.
Y, además, entra en otra cuestión de actualidad, el futuro de las nucleares. Según el informe conviene modificar el calendario del apagón nuclear, en especial en lo relativo a los dos reactores de Almaraz, para cumplir los objetivos. Según Fedea, las circunstancias actuales lo justifican «por el interés general».
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