La industria de defensa asturiana se prepara para el aluvión de licitaciones de los próximos meses
Santa Bárbara aspira a dos contratos de artillería autopropulsada que suman 3.000 millones y otro de lanzapuentes por 190 millones más
La industria de defensa está viviendo en Europa un momento de ebullición al calor del programa de rearme de la UE y del crecimiento del ... gasto militar de los estados miembros. España debe acometer un incremento de la inversión equivalente al 2% del Producto Interior Bruto en esta materia para cumplir con las exigencias marcadas por la OTAN y, para ello, el Ministerio de Industria aprobó hace unos meses los primeros nueve Programas Especiales de Modernización (PEM), por importe de 4.722 millones de euros. Será el Ministerio de Defensa quien determine a quién concede cada licitación.
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En ese escenario, Asturias está llamada a jugar un papel importante, especialmente en lo relacionado con las capacidades productivas de vehículos blindados. Dos de esos nueve programas tienen como objetivo la renovación de la artillería autopropulsada para sustituir los vetustos M-109. Serán 214 blindados, aunque se dividirán en dos licitaciones. Por un lado, el más cuantioso, de 1.821 millones de euros, incluye la fabricación de 128 vehículos autopropulsados a cadenas. El otro, de 1.181 millones, se corresponde con la construcción de 86 unidades autopropulsadas a ruedas.
En ambos casos, Santa Bárbara Sistemas (SBS) aspira a hacerse con los contratos, que suman 3.000 millones de euros, aunque tan solo se trata de una estimación inicial y lo más seguro es que el montante acabe siendo mayor. El que tendría un mayor impacto sería precisamente el primero, el de cadenas. En concreto, la filial española de General Dynamics ha ofrecido al Ministerio de Defensa el prototipo Némesis, diseñado en Trubia, planta que cuenta con capacidad suficiente para llevar a cabo todo el proceso de fabricación este blindado.
Desde la compañía prevén acometer un incremento de plantilla de unas 350 personas en caso de conseguir este contrato. «Es un programa en el que debemos apoyarnos en muchas más empresas. Estamos seguros de que el efecto tractor de Santa Bárbara Sistemas va a tener una repercusión muy positiva en todos los proveedores y en el tejido industrial», apuntó la semana pasada el jefe de planta de la fábrica de armas de Trubia, Raúl Marcos.
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Blindados lanzapuentes
Además, SBS aspira a otro de los contratos recogidos en el real decreto. En concreto, quiere hacerse con la licitación para fabricar 32 vehículos lanzapuentes sobre ruedas por 190 millones de euros. Un tipo de blindado que sirve como apoyo para otros vehículos, como los VCR 8x8 Dragón.
Estos últimos se fabrican actualmente en Trubia por Tess Defence –el consorcio liderado por Indra y en el que participan también SBS, Sapa y EM&E–, aunque está previsto que el ensamblaje final se realice en la nueva planta que Indra levantará en El Tallerón, una vez esté lista. Este programa fue adjudicado en 2020 por 2.100 millones de euros para la producción de 248 unidades, aunque finalmente ascendió hasta los 2.500 millones. Bajo el paraguas de Tess Defence también se desarrolla en Trubia el programa del Vehículo de Apoyo a Cadenas (VAC), del que se espera entregar a lo largo de 2026 las primeras unidades de las 394 encargadas por el Ministerio de Defensa por unos 2.000 millones de euros.
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Para Indra, aspirar a estos contratos parece prematuro, puesto que aún no ha transformado su nueva fábrica en Gijón. No obstante, los plazos que maneja la multinacional, anunciados este martes en Oviedo por su presidente, Ángel Escribano, incluyen cerrar los primeros contratos –nacionales o internacionales– antes de finales de año y comenzar así con la producción en un período de «entre seis y ocho meses». En esa misma línea, Escribano se mostró confiado en que la planta pueda estar en disposición de entregar los primeros vehículos en un plazo de entre 18 y 24 meses, en 2027.
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