Un año en blanco en el apoyo de la Unión Europea al Plan del Acero
El 'informe Draghi' cumple doce meses sin que Bruselas haya dado ningún paso para la industria europea. El sector, que pide soluciones ante la falta de competitividad frente a China y EE UU, agoniza
Hace un año, en septiembre de 2024, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, presentó en Bruselas –junto a la presidenta de la ... Comisión Europea, Ursula von der Leyen– su informe 'Más competitividad, más productividad, más Europa', también conocido como 'informe Draghi'. En el documento, el también ex primer ministro italiano marcó una hoja de ruta para que la Unión Europea gane peso económico y político y apueste por la autonomía estratégica frente a la dependencia exterior. Entre otras cosas, el plan presentado urgía a los Veintisiete a invertir unos 800.000 millones al año para poder competir contra Estados Unidos y China. Todo ello para frenar la desindustrialización de los sectores más intensivos en energía, que sufren costes de la electricidad notablemente más elevados en el Viejo Continente respecto a otras regiones.
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Sin embargo, doce meses después de aquella presentación, ningún plan de calado ha entrado en funcionamiento. Bruselas continúa en fase de diagnósticos, de declaraciones y de elaboración de propuestas pero sin soluciones claras que permitan a la industria europea ganar competitividad en un contexto global. Precisamente este jueves, la Comisión de Economía del Comité Europeo de las Regiones aprobó el dictamen del Pacto sobre el Acero presentado por el consejero de Hacienda del Principado, Guillermo Peláez. Más allá de las medidas concretas planteadas, como mejorar el arancel ambiental o llevar a cabo una «reforma en profundidad» del sistema eléctrico para abaratar los precios, desde las regiones representadas se pidió a las instituciones europeas una «mayor celeridad» a la hora de implantarlas.
Uno de los sectores que más necesita esa concreción y esa rapidez es el siderúrgico. En esa línea, ya el pasado mes de mayo Arcelor apremió a la Comisión Europea y a los Estados miembros a agilizar la aplicación del Plan del Acero «para garantizar la recuperación de la cuota de mercado perdida debido al exceso de capacidad global y para mejorar la demanda y la competitividad en costes del acero con bajas emisiones de carbono».
La multinacional reconocía sentirse «alentada» por el plan, pero al mismo tiempo hacía hincapié en que este necesita ser respaldado para una rápida implementación. Hasta que no se adopten esas medidas, el gigante siderúrgico no se planteará acometer las inversiones en materia de descarbonización que mantiene paralizadas en el Viejo Continente, como la planta de reducción directa de mineral de hierro (DRI) proyectada en Gijón. De hecho, la semana pasada la multinacional calificó de «insostenible» la situación y advirtió de que ve difícil mantener su «configuración industrial» actual en Asturias.
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Ley de Industria
En España, la situación en el ámbito burocrático y legislativo no dista mucho de lo que ocurre en Europa. La Ley de Industria impulsada por el Gobierno se encuentra paralizada en la fase de enmiendas en el Congreso desde el pasado mes de febrero. En ese escenario, la patronal nacional del metal, Confemetal, ha mostrado en su último boletín su preocupación porque, aseguran, el bloqueo «merma las oportunidades de la industria y alimenta la incertidumbre en un momento crítico en el que el tejido productivo necesita estabilidad, reglas claras y visión estratégica». Desde la patronal tienen claro que «el tiempo de las declaraciones o los eslóganes políticos ya ha pasado» y que «Europa se juega su autonomía estratégica y España, su competitividad futura».
En mitad de esa oleada de llamadas de socorro de la industria, especialmente la siderúrgica, se produjo el pasado viernes un encuentro entre directores ejecutivos del sector y el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič en el que este se comprometió a presentar una medida comercial para defender la producción comunitaria en menos de un mes. Así lo trasladó la patronal Eurofer, en la que se integra Arcelor.
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Queda por ver si ese compromiso de Šefčovič implica que los engranajes de la UE comienzan a moverse o de verdad o si se convertirá, como ha ocurrido en otras ocasiones, en papel mojado. Por lo pronto, el balance que hace el propio Mario Draghi en el primer aniversario de su informe es demoledor: «Un año después, Europa se encuentra en una situación más difícil. Nuestro modelo de crecimiento se desvanece. Las vulnerabilidades aumentan».
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