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El Gobierno insta a Asturias a transformarse para seguir siendo un polo de generación energética

Administraciones públicas y privadas coinciden en la necesidad de detectar proyectos transformadores para este cambio de modelo

Jueves, 10 de septiembre 2020

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Atendiendo a los puntos de vista vertidos ayer durante la segunda sesión de las jornadas 'Asturias, ante los nuevos fondos europeos', organizadas por EL COMERCIO y Fade y patrocinadas por Banco Santander, el Principado sale desde una posición privilegiada en la carrera por los nuevos fondos de transición justa. Todas eran voces autorizadas, procedentes de la Administración regional, estatal, el empresariado y el Parlamento Europeo. «La cadena de valor de la industria asturiana aporta una puesta a punto para la transición energética mejor que en otros lugares», afirmó la directora del Instituto para la Transición Justa, Laura Martín. Este optimismo del Gobierno central fue respaldado desde el autonómico. El consejero de Industria, Enrique Fernández, señaló que «es justo que ahora se reconozca el esfuerzo importante que se ha hecho en estos años y que ha supuesto un desgarro importante en la región». De hecho, para Guillermo Ulacia, presidente de Femetal y vicepresidente de Fade, es ese bagaje el que nos permite, por ejemplo, «convertirnos en una referencia europea en economía circular y en nuevos modelos de negocio». A la espera de que las ayudas estén disponibles, la eurodiputada asturiana de Ciudadanos, Susana Solís, cree que «si se usa bien podrá convertir a la región en una potencia industrial y energética que cree empleos estables y de calidad». Ese salto de las palabras a los hechos era resumido por el director del diario EL COMERCIO, Marcelino Gutiérrez, como el «mayor desafío que afronta Asturias, con una paulatina reducción de las emisiones que abran paso a una nueva era industrial y una economía más sostenible».

El escenario de partida está ahí. Tan solo hace falta revisitar las cifras de las últimas décadas para comprobar que la generación de energía producida en Asturias ha liderado las clasificaciones de consumo a nivel nacional. ¿Y ahora, qué? Laura Martín cree que el Principado tiene «el reto de transformarse y mantener esa posición privilegiada, manteniendo su estatus de polo de generación energética», ayudada por los nuevos fondos. Estos, añadió, «van a ayudar a que Asturias mantenga ese músculo». Preguntada por cómo imagina esa «Asturias del futuro», Laura Martín espera que «mantenga su identidad» y que «esa descarbonización haga permanecer una industria potente, generada en las cuencas mineras», pero añadiendo la «puesta en valor de los recursos naturales». Es decir, que se transforme pero «sentando las bases de los nuevos instrumentos para los sistemas energéticos del futuro». Y aprovechó para poner sobre la pista de hacia donde se deben encaminar esos pasos: el hidrógeno, el almacenamiento y la eólica 'offshore'.

A pesar del aparente baño de optimismo, el debate también abordó dos de las inquietudes que traen consigo la aprobación de los fondos verdes. Una de las que más preocupa a los empresarios, por boca del presidente de Femetal, es «el riesgo a que se produzcan nuevas deslocalizaciones debido a las ayudas a empresas a nivel europeo». No se quedó ahí. Guillermo Ulacia pidió que se concrete «el ajuste en frontera» aunque, según su criterio, la clave está en que «se pongan en valor los nuevos productos industriales que cuentan con mayores garantías de sostenibilidad». Dicho de otra forma, que no se compita en precio sino en calidad.

El otro temor fue expresado por la eurodiputada de Ciudadanos: que «no se repitan los errores de crisis anteriores cuando España redujo sus presupuestos en I+D+I». Solís subrayó que «actualmente estamos sentando las bases para que las generaciones futuras puedan recoger los frutos de este esfuerzo».

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Quizá por ello, desde el Instituto de Transición Justa se hace mucho hincapié en que «la transición justa es más que una declaración de intenciones» y que, en ningún caso, es «un parche adicional» sino «una estrategia integrada». Laura Martín cree que la clave pasa ahora por «centrarnos en hacer el mejor uso de los fondos encontrando los proyectos transformadores que nos ayuden a liderar ese cambio». El consejero de Industria añadió que para ello es necesario que «tengan criterios de eficacia, eficiencia, sostenibilidad económica y social, así como un organismo de gobernanza que los ejecute correctamente».

A propósito de este debate, Guillermo Ulacia explicó que «Europa ha definido una estrategia industrial basada, entre otros, en un ecosistema para las intensivas en energía y otro para materiales básicos con refuerzo en I+D». Por ello, destacó, «las regiones que tengan el conocimiento y la iniciativa para desarrollar estos nuevos proyectos tecnológicos son los que van a tener más éxito».

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Susana Solís va más allá y cree, incluso, que dentro de una década las oportunidades para los jóvenes volverán a pasar por quedarse en su región. «Todo esto tiene que redundar en recuperar el talento y que muchos de los que nos hemos formado y peleado para conseguirlo se refleje en que las siguientes generaciones no tengan que abandonar el Principado nunca más». Un deseo compartido por la directora del Instituto de Transición Justa pero al que añade que, en toda esta estrategia, «no se puede dejar de lado la realidad y economía de los asturianos de hoy, con sus problemas y dificultades». Para afrontarlo, el presidente de Femetal, subrayó la importancia de que se cuente con la «cuádruple hélice», es decir, que además de la Administración, los centros tecnológicos y la universidad, también se priorice la participación de la sociedad civil asturiana en la toma de decisiones.

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