La mayor inversión industrial de Asturias dará empleo tres años al menos a 3.000 personas

El nuevo plan industrial de Arcelor, que plantea sustituir la actividad de un sínter y un horno alto por una planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI), y reconvertir la acería de Gijón hacia una eléctrica supondrá, además, un enorme impulso para la actividad de auxiliares. Si bien es pronto para cuantificar la cifra exacta de trabajadores que podrían necesitarse en las tareas de montaje, se espera que las obras den empleo de forma estable al menos a 3.000 o 4.000 personas durante tres o cuatro años, en lo que será también un enorme reto de coordinación.

Como ejemplo, en varios meses entre 2019 y 2020, dos millares de operarios de auxiliares trabajaron a la vez en la remodelación del horno alto 'B', la reforma de la acería de Avilés y las nuevas baterías de cok de Gijón, pero ahora esa cifra será mucho mayor y más sostenida en el tiempo. Además, la actividad se concentrará únicamente en la factoría de Gijón.

Esta coordinación será aún más compleja porque se pretende mantener la actividad mientras se produzca la construcción de las nuevas instalaciones. Para ello, Arcelor ya busca la ubicación idónea para la nueva planta DRI, que sustituirá al horno alto 'A', cuya vida útil termina en 2024, tras 54 años de funcionamiento. Solo se procederá a apagar esta instalación para su desmantelamiento cuando la nueva planta DRI esté en marcha y la acería de Gijón cuente ya con el horno de arco eléctrico híbrido, que pueda funcionar con chatarra y con los prerreducidos del mineral de hierro, una especie de pellets que sustituirán al arrabio actual.

La idea, por tanto, es compatibilizar las obras con la actividad normal, aunque sí habrá un momento en el que se tenga que parar la producción en la acería gijonesa para hacer el cambio: cerrar los convertidores e instalar el horno eléctrico. Está previsto que las coladas se mantengan.

No obstante, de momento este plan industrial no tiene aún el rango de proyecto. Arcelor planea esa enorme inyección económica con cierto truco, con la idea de que la mitad de los fondos sean ayudas públicas. Sin ese respaldo económico no saldrá adelante. Para que pueda materializarse el consejero delegado de la firma, Aditya Mittal, firmó el martes con el Gobierno de España un memorándum de entendimiento que garantiza el apoyo total del Ejecutivo para lograr fondos europeos o, en caso de no conseguirlos, que la Administración central pueda habilitar algún tipo de mecanismo para aportárselos, siempre de acuerdo con la estricta legislación comunitaria, para que no sean consideradas una ayuda de Estado.

De nuevo la compañía tendrá que realizar una suerte de sudoku para que todas las piezas encajen en tiempo y forma, con la complejidad añadida de que dependerá de numerosos actores, no solo su compañía y las empresas adjudictarias del proyecto y sus subcontratas, sino también la financiación europea y que también tengan éxito otro tipo de colaboradores, imprescindibles para que se complete la descarbonización. Estos, como el consorcio HyDeal, también deberán abordar millonarias inversiones pendientes de fondos europeos, ya que será necesario que se pueda desarrollar la infraestructura necesaria para abastecer de hidrógeno verde a la planta DRI y de fuentes renovables tanto a la acería gijonesa como a la de Sestao, que recibirá prerreducidos de mineral de hierro de Asturias y que se plantea que sea la primera neutra en carbono del sector en todo el planeta. El objetivo final es lograr reducir las emisiones de Arcelor en España a la mitad para 2025, hasta 4,8 millones de toneladas menos, pero para ello tendrá que tener éxito también la instalación de grandes campos solares que abastecerán a los electrolizadores que producirán el hidrógeno verde para la factoría gijonesa. La multinacional ya negocia dentro de HyDeal con dos de sus integrantes, Enagás y DhammaEnergy/DH2, que este otro megaproyecto pueda llegar a buen puerto, una iniciativa que incluiría también una larga red de tuberías capaces de traer el gas renovable hasta la planta siderúrgica.

Y todo ello se plantea a contrarreloj, con la vista puesta en que en 2025 la planta DRI funcione con hidrógeno verde. Hasta entonces, ya que podría estar lista su construcción en 2024, o hasta que logre la cantidad suficiente, funcionará con gas natural, que aunque sí tiene emisiones, estas son mucho menores que las del cok. Incluso se plantea que el horno eléctrico híbrido de la acería de Gijón, preparado para transformar prerreducidos de hierro (DRI) y chatarra, también pueda abastecerse con arrabio de horno alto, en caso de necesidad.