El carbón lidera la generación eléctrica regional, pese a que las renovables aportan un 14,9% más
La producción de energía desciende en Asturias un 31,17% en los ocho primeros meses del año, mientras que la demanda se reduce un 4,1%
PALOMA LAMADRID
GIJÓN.
Miércoles, 13 de diciembre 2023, 01:07
El carbón mantiene su liderazgo en la producción eléctrica de Asturias pese al cierre de casi la totalidad de las minas y de parte ... de las térmicas. En los ocho primeros meses del año, la generación con este combustible fósil alcanzó los 1,97 millones de MWh, con lo que se situó como la principal fuente energética en la región. No obstante es un 47,7% menos que en el mismo periodo de 2022. En el Principado quedan en activo las térmicas de La Pereda, propiedad de Hunosa, y Aboño y Soto de Ribera, de EdP. Aunque para esta última la empresa ya ha solicitado la autorización para el cierre del grupo 3, ha seguido aportando energía al 'mix' cuando el sistema lo requería.
No obstante, las tres abandonarán el carbón en el medio plazo. La fecha fijada es 2025, año en el que está previsto el cierre del grupo 1 de Aboño y el final de los trabajos de transformación del 2 para pasar a operar con gas natural. La central se reconvertirá para generar hidrógeno verde, mientras que Soto de Ribera será un espacio dedicado al almacenamiento energético mediante distintos métodos. También en 2025 es cuando Hunosa prevé que La Pereda deje de quemar carbón para utilizar biomasa y combustible sólido recuperado (CSR). Respecto a las térmicas ya clausuradas, las de Lada y Soto de la Barca -propiedad de Iberdrola y Naturgy, respectivamente-, continúan con los trabajos de desmantelamiento. De hecho, en la segunda, situada en Tineo, se iniciarán esta semana las demoliciones.
Baja el gas y la cogeneración
Así las cosas, el carbón no tiene futuro, pero es innegable que, en la actualidad, domina la producción energética regional. De modo que será necesario avanzar en el despliegue de fuentes renovables para poder atender la demanda y, además, en el almacenamiento de la energía limpia, para no estar a merced de la meteorología. Porque la segunda materia prima que más participó en la generación fue el gas, ya que los ciclos combinados aportaron al sistema 1,81 millones de MWh. Sin embargo, al igual que el carbón, supone un descenso respecto al pasado año, del 27,5%.
También registró una notable bajada la cogeneración, del 47%, que ha atravesado momentos muy complicados. Por suerte, el horizonte comienza a despejarse para las plantas que generan energía mediante este sistema, que permite obtener energía eléctrica y térmica de forma conjunta, gracias a la nueva metodología retributiva propuesta recientemente por el Gobierno central. En Asturias, cuentan con instalaciones de este tipo empresas lácteas como CAPSA e Ilas, la papelera Ence y Cementos de Tudela Veguín, entre otras. Más todavía cayó la producción eléctrica con residuos no renovables (-87,3%), mientras que la correspondiente a la turbinación por bombeo aumentó un 128,1%.
En suma, la generación de electricidad con fuentes contaminantes se redujo un 42%, hasta los 3,98 millones de MWh, según los datos recogidos por Red Eléctrica. A pesar de ello, la balanza se decanta claramente hacia la producción no renovable, que supone el 68,3%. El 31,7% restante procede de las energías limpias, cuya generación aumentó, no obstante, un 14,9% en los ocho primeros meses, hasta los 1,84 millones de MWh. Se debe, principalmente, al impulso de la hidráulica, que incrementó su actividad un 30,1%, hasta los 886.659 MWh. Mucho menor fue el aumento de la eólica y la solar fotovoltaica, cuya producción creció un 5,6% y un 5,1%, hasta los 806.944 y 468 MWh, respectivamente. El resto de renovables -biogás, biomasa, hidráulica marina y geotérmica-, en cambio, redujeron su participación al sistema al generar un 4,3% menos.
La producción eléctrica, en conjunto, disminuyó en Asturias. En concreto, un 31,17%, hasta quedarse en 5,93 millones de MWh. Es decir, que se situó por encima de la demanda, que se rebajó un 4,1% en comparación con el año anterior hasta los 5,72 millones de MWh. En esta reducción influyen notablemente los problemas que encara la industria, un sector que tiene un gran peso en el tejido productivo de la región y que, por sus características, consume ingentes cantidades de energía. Precisamente, los altos costes de la electricidad figuran entre las principales preocupaciones de la industria, hasta el punto de frenar inversiones. Por ejemplo, Arcelor pide al Gobierno precios estables, predecibles y competitivos para acometer la construcción de la planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) en Gijón, llamada a sustituir a un horno alto.
Senda descendente
La avería que sufrió a finales de marzo el horno alto 'A' de la siderúrgica también actuó en la caída de la demanda, ya que estuvo más de tres meses parado para llevar a cabo las tareas de reparación, lo que influyó en buena parte de las instalaciones de la empresa. En este contexto, la demanda en Asturias está muy lejos de la registrada antes de la pandemia y la crisis energética agudizada por la guerra de Ucrania, y sigue su senda descendente.
Según el histórico de datos de Red Eléctrica, entre enero y agosto de 2019, la demanda sumó 6,38 millones de MWh, frente a los 6,17 alcanzados en el mismo periodo de 2021. Menor aún fue la registrada en 2022, cuando se quedó en 5,97 millones de MWh y todavía más la anotada este año, con 5,72 millones de MWh.
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