«En el mundo empresarial asturiano hacen falta liderazgos claros y objetivos comunes»
«Esta Cámara incomoda porque proponemos cosas y empujamos mucho, pero hemos sido más generosos que lo han sido con nosotros»
Acaba de convertirse en CEO de Sanir, nueva compañía de transporte sanitario de Madrid, coparticipada por ALSA y Transinsa -su empresa-, con la que aspira ... a liderar el sector nacional. Carlos Paniceres (Priandi, Nava, 1969) reconoce que nunca se había planteado salir de Asturias, pero también que «Madrid es otra liga». Sobre ese reto empresarial habla durante dos horas el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, que no rehuye ninguna pregunta, ni sobre empresas, ni sobre política -«soy un animal político», confiesa-, ni sobre Asturias.
-¿Cómo y por qué surgió la idea de Sanir, con la que acaban de entrar en la sanidad madrileña?
-Surge de una conversación con Jacobo Cosmen en febrero de 2021, donde me transmite la idea de que ALSA ha decidido diversificar en el ámbito del transporte y quiere entrar en el sanitario. Me plantea hacer una 'joint venture', donde nosotros aportáramos la parte del 'know how' del negocio, nuestra experiencia de 30 años en ese sector y ellos, su liderazgo en el transporte. Y tras meses de negociaciones surge ALSA Transporte Sanitario, una empresa de ámbito industrial.
-Y se fijan en Madrid.
-Se decidió que era el sitio de crecimiento porque no tenía una empresa líder. Compramos Vitalia, una compañía pequeña que ya tenía una cartera de servicios privados y un pequeño contrato de transporte programado público y podría ser la plataforma sobre la cual empezáramos a construir el nuevo proyecto. Le cambiamos el nombre por el de Sanir, y ya llevamos un año de transformación y modernización de la empresa.
-Y con ella, en UTE con Serveo, se hacen con el transporte urgente de Madrid. No está mal para empezar.
-Este es un proyecto industrial a medio y largo. En este año hemos conseguido clientes importantes de referencia en Madrid, como Ifema, Quirón, el circuito del Jarama, Sanitas o Fraternidad Muprespa. La idea es empezar por convertirnos en esa empresa de referencia en Madrid y ver oportunidades de crecimiento fuera, pero de manera ordenada, consensuada y sostenible.
-¿No es muy ambicioso pensar ya en el liderazgo nacional? ¿Cuáles serán los siguientes pasos?
-Nosotros nunca nos habíamos planteado salir de Asturias, no tenemos tamaño, ni dimensión, ni capacidad. Pero una multinacional como ALSA es líder y cuando decide entrar en un sector aspiran a ser la empresa líder en España. El siguiente objetivo es el transporte programado de Madrid, que saldrá en unos meses, para consolidar el proyecto. Luego veremos concursos en otra zonas y si son viables y sostenibles. No queremos ganar cuota de mercado a cualquier precio, como los fondos de capital riesgo. Hay que ser ambiciosos, pero no alocados.
-Madrid empieza a ser ya como su segunda casa y ahora ya es empresario de aquí y de allí. ¿Dónde es más fácil trabajar?
-Soy usuario de tren todas las semanas. A ver si llega el AVE desde Oviedo a partir de noviembre. Compatibilizarlo todo no es fácil. Pero la capacidad de negocio que tiene Madrid no la tiene Asturias. Es otra liga. Eso sí, en el ámbito sanitario el Principado puede dar muchas lecciones en la capital.
-Qué va a decir usted...
-Hablo de cosas comparables. En Madrid el sistema del transporte sanitario es muy mejorable. El nivel de reclamaciones, en general, es de 400 o 500 en una mañana. En Transinsa, no recuerdo ningún año que se haya pasado de las 50. Allí hay que trabajar mucho con la Administración y concienciar. En Asturias vamos muy por delante porque hemos trabajado mucho las cosas y hemos ido construyendo el modelo y el sistema. Será un gran desafío, construir equipos y cambiar mentalidades.
Un antes y un después
-Habló antes del tren y de la alta velocidad. Tras la variante de Pajares, ¿cuál cree que es la obra prioritaria de Asturias?
-Primero, abrir la variante y los tramos que quedan por mejorar, el de León-La Robla y el de Pola de Lena-Gijón. Tras eso, para los que creemos en el área metropolitana queda pendiente lo que yo llamo la 'isocorona de 20 minutos': un ferrocarril que una en 20 minutos los cinco grandes núcleos urbanos: Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres y Langreo. Sería un elemento aglutinador para que esa área metropolitana, que tiene que ser un motor para Asturias, sea una realidad. No somos capaces de ponernos de acuerdo por localismos mal entendidos. Ese proyecto generaría un antes y un después. Como la variante.
-Pero la variante es otro nivel...
-La variante es un proyecto de Estado, con personas de todos los partidos que han hecho mucho porque sea una realidad. Es una obra de casi 5.000 millones, que es el presupuesto de Asturias para todo el año. Es una de las obras más importantes que se ha hecho en Europa y ha sido un esfuerzo de todos. Luego está la parte psicológica que los asturianos hemos tenido con la variante, de que llevamos muchos años hablando. Nos va a ayudar a abrir la mente. Espero estar en noviembre en el primer tren de Oviedo a Madrid y usarlo todas las semanas.
-El tramo ferroviario Palencia-León-Gijón forma parte de la red global de la UE. En 2021 se elevó su nivel de prioridad y ha sido reconocido como parte del Corredor Atlántico. Pero nadie, ni empresa, ni Administración, aprovecha la oportunidad que brinda eso para pedir ayudas europeas. ¿Le preocupa?
-En todo el debate del noroeste falta liderazgo empresarial, y lo dice un empresario. Me da envidia sana cuando veo lo que está pasando con el Corredor Mediterráneo, con las compañías importantes involucradas, como Boluda o Mercadona. Aquí creamos una plataforma del noroeste, donde en su momento estábamos todos, patronal y cámaras, y luego se rompió la unidad. En cualquier caso, nunca he visto una implicación de verdad de las grandes compañías o multinacionales de referencia en el noroeste, que serían las que tendrían que darle contenido a las infraestructuras. Hay que hacer un 'reset' y engancharse al vagón del Arco Atlántico con el liderazgo del País Vasco. Ahí veo más fuerza y potencia, otra velocidad y ambición. Asturias tiene que subirse a ese tren y que el presidente del Gobierno lo incluya en la agenda de España este semestre. Ver a la comisaria europea, que es portuguesa, para intentar crear esa macrorregión.
Tensión empresarial
-Ya que habla de unidad y que está tan de moda lo del diálogo y el consenso. ¿Por qué no se lo aplican los empresarios asturianos? Hay tensión entre Fade y las Cámaras.
-Ha sido el fracaso de un proyecto que empezamos tres personas, José Luis Álvarez Almeida, Belarmino Feito y yo en 2019. Se trató de crear una gran alianza para que el mundo empresarial cambiara de modelo y construir puentes. Se trabajó mucho en aquel proyecto con la idea de meternos en Fade y construir esa unidad (siendo vicepresidente de la patronal y presidente de la Cámara) y se incorporaron personas, como María Calvo. Hubo muchas reuniones para la unidad empresarial. Pero aquello se rompió.
-¿Por qué?
-Porque Belarmino Feito creía que las cosas había que hacerlas de otra manera, él era el presidente y tomó la decisión de prescindir de nosotros en un proyecto que habíamos empezado conjuntamente. Cada uno seguimos nuestro camino, él en Fade y yo, en la Cámara, y se generó un distanciamiento. Nosotros hemos dado un impulso muy importante a la entidad cameral, tanto que ya nadie se pregunta para qué sirve.
-También ha habido un intento para impulsar la unidad de las propias Cámaras, que parece haber fracasado, ¿no?
-Se trabajó en la Ley de Cámaras, que se impulsó desde aquí y también naufragó. Acabó en el dique seco. Primó más lo que separa de lo que une. Tenemos un problema en ese aspecto en Asturias: no tenemos la unidad empresarial que deberíamos tener.
-¿Y cómo se puede lograr?
-Como se construyen las cosas, hablando, sentándose, repartiendo las funciones que tiene cada uno. No siendo excluyentes, porque nosotros no lo somos, pero a nosotros se nos ha excluído, porque se entiende que el ámbito de la concertación lo es todo y hay mucho más allá. Ya lo decía cuando era vicepresidente de Fade. La concertación tiene que evolucionar y no convertirse en un trámite burocrático. Las Cámaras deben cambiar su rol y ponerse las pilas.
-Vamos, que piden ser los interlocutoras.
-Las Cámaras han de estar más presentes en los debates, influir más en los gobiernos locales y autonómico, que es nuestra forma de ser proactivos y buscar el interés general, que es lo que nos diferencia de otros. El mundo empresarial debería hacérselo mirar. Hacen falta ganas, liderazgos claros y objetivos en común. Pero a veces se pone más el acento en lo que nos separa, en cuotas de poder, en protagonismos...
-Me está hablando de lo que pasa entre las tres Cámaras, ¿no?
-Nosotros impulsamos aquella ley de Cámaras para crear un consejo regional con esa idea de sumar y evolucionar, muy alineado con esa área metropolitana como motor de Asturias. Pero hay mucha resistencia al cambio. Asturias tiene lo que yo llamo el 'establishment', que no deja evolucionar. Todo se critica, pero a la hora de cambiar las cosas todo son resistencias. Seamos valientes y abordemos de verdad qué papel tiene cada uno. Somos lo que somos y deberíamos trabajar más en la unidad empresarial y ver cómo podemos influir.
-Veamos, si reconoce tensiones con Fade y con las otras dos Cámaras, ¿el problema no será la Cámara de Oviedo? O, mejor dicho, ¿el problema no será usted?
-(Risas) No, yo no soy ningún problema. Hemos sido más generosos con todos de lo que han sido con nosotros. Representamos a 69 de los 78 municipios. Incomodamos seguramente porque proponemos muchas cosas y empujamos mucho. Somos tres Cámaras, pero cada una tiene un ángulo diferente, somos complementarias y hoy se respeta lo que opinamos, lo que molesta a alguna asociación. Podría haber una voz única si nos coordináramos.
-¿Y por qué no se fusionan? A lo mejor en una región como Asturias no hacen falta tres Cámaras.
-No tengo ningún miedo a la fusión y que haya una única Camara de Asturias. El intento de hacer ese consejo regional era un primer paso hacia esa ello. Tomaríamos la iniciativa desde el mundo empresarial y marcaríamos un camino al mundo político. Pero han de darse las circunstancias, se necesita un proceso, una confianza mutua e ir construyendo.
-Para Gijón el proyecto del consejo de cámaras no respetaba la independencia de cada entidad. Igual entendió que le querían restar protagonismo a la ciudad.
-Desde esta Cámara es ha trabajado y se sigue haciendo en proyectos que benefician a otros territorios que no son Oviedo. Impulsamos el de Exiom en Langreo; el de Quirón, en Gijón; estamos implicados en el de la fábrica de coches china para la Zalia, también miramos alguno para Avilés en Alu Ibérica... Pido que nos den la misma generosidad que Oviedo da a los demás. Necesitamos más liderazgo regional y menos localismos. ¿Cómo podemos estar hablando de una macrorregión con Portugal, Francia y todo el Cantábrico y no poder poner aquí el área metropolitana en marcha? Es una contradicción. Mano tendida para intentar reconstruir esa unidad empresarial real.
-¿Se ofrece Carlos Paniceres para encabezar ese liderazgo empresarial?
-Mi tiempo en las instituciones está a término. Me quedan tres años y no voy a meterme en otra aventura otros cuatro. Fade y las Cámaras son complementarias. No pasa por mi cabeza ser el protagonista de esa unión empresarial, pero sí propiciar esa unidad.
-Pensé que me iba a decir que está a término porque da el salto a la política.
-(Risas). Ese es otro de los bulos de Asturias. Se me ha atribuido de todo, en distintos partidos, a nivel local y regional. Incluso me dan ahora un papel en el futuro Gobierno. Mi tiempo en la política partidista terminó en 1993, cuando acabó el partido en el que estaba, el Centro Democrático y Social. Soy un animal político y me encanta, pero no está en mi cabeza, a día de hoy.
-¿Y a día de mañana?
-No lo descarto, pero ahora no siento que estoy en mi momento vital para meterme en política. Estoy con el proyecto empresarial.
-No hemos hablado de Asturex. Otra cuestión que les separa de Fade, que lo ve esencial.
-Las Cámaras tendrían que tener el protagonismo absoluto del ámbito del comercio internacional porque tienen la mayor red comercial del mundo. Y en Asturex tenemos una subrepresentación del 5% y Fade, más porcentaje que las tres cámaras juntas. Además se nos dijo que se iban a hacer las cosas de una manera y no se cumplió. Nos vimos ninguneados. Se nos faltó al respeto. No lo hemos abandonado, sino que no participamos en los órganos de gestión. No compartimos el modelo de Asturex, que tiene que tener mucha más colaboración público-privada y no ser otra empresa pública que es en lo que se ha convertido.
-Una última pregunta. ¿Hace falta una oficina económica y comercial en Madrid? Llegamos a tener hasta un edificio y se vio poco retorno.
-Nuestro ángulo es diferente. Esto no va de edificios, sino de actitudes, de funciones y de objetivos. En Madrid se mueven mucho las cosas y hay que ir allí y tener esa prolongación de la política de atracción de inversiones, hablando con los fondos de capital riesgo, con multinacionales. Nosotros nos comprometemos a implicarnos, pero si el proyecto se quiere convertir en otra cosa, esta Cámara se bajará del barco.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión