El Musel se convierte en un 'comodín' para Europa en plena escalada del precio del gas
El coste se ha disparado un 40% por la convocatoria de huelga en dos yacimientos australianos, mientras la UE anuncia el fin de la dependencia de Rusia
El inicio de la actividad comercial de la regasificadora de El Musel marca un hito, después de que la instalación haya permanecido en estado de ... hibernación más de una década, pero sobre todo supone un refuerzo al sistema gasista europeo, duramente impactado por las malas relaciones con Rusia derivadas de la guerra de Ucrania. La terminal, que inauguró el viernes su etapa comercial con la llegada del gasero 'Gaslog Warsaw', servirá de 'comodín' al continente.
Desde ahora prestará servicios logísticos de carácter no regulado de carga y descarga de gas natural licuado y como almacenamiento. Permitirá, por tanto, dotar de más flexibilidad y seguridad el abastecimiento en plena escalada de los precios del gas. Esta semana se ha disparado un 40% y ha superado por primera vez desde junio los 40 euros debido a las convocatorias de huelga en dos yacimientos de Australia. En un mercado global interconectado, se teme que el corte de suministro desde ese país afecte a todo el planeta.
Mientras, un año después de que los gobiernos europeos pusieran sobre la mesa distintos planes para reducir el consumo de gas de cara a garantizar el suministro en otoño e invierno, la Unión Europea ha anunciado el fin de su dependencia de los combustibles fósiles rusos. El martes, el portavoz comunitario Adalbert Jahnz aseguró que las importaciones de carbón han cesado y las de petróleo son solo una fracción de lo que eran antes de la guerra» y afirmó que el gas natural ruso también «está desapareciendo rápidamente» del mercado europeo.
Igualmente, la normalidad está lejos de alcanzarse. De ahí que los países del norte de Europa, mucho más dependientes del suministro definido por Moscú, se hayan apresurado a instalar regasificadoras de tipo flotante -Alemania cuenta con tres, Países Bajos con dos y Finlandia con una-. A ellas prestará servicio la planta gijonesa, que supone el 20% de la nueva capacidad del continente. Se trata de terminales de menor tamaño, pero mucho más rápidas de poner en servicio que las tradicionales, ya que son barcos especialmente adaptados para poder realizar el servicio de regasificación. Sin embargo, su poca capacidad es una desventaja, de ahí que la de Gijón vaya a ser una especie de «gasoducto virtual» para ellas, según explicó el director general de Infraestructuras de Enagás, el gijonés Claudio Rodríguez. Según resumió la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, la labor de la planta asturiana será la de convertirse en un depósito para servir a toda Europa. La instalación es operada por Endesa, que se impuso en el concurso abierto por Enagás a otras doce ofertas. Será esta compañía, la que gestione, en principio hasta finales de 2026, las operaciones de descarga, almacenamiento y carga de gas natural licuado (GNL). No obstante, la filial de la italiana Enel, reconoció que el mercado de gas es «muy dinámico y volátil» y que habrá que esperar a ver su comportamiento para plantearse unas expectativas a medio plazo.
De momento, «esta operación nos aporta gran flexibilidad en la gestión del GNL y capacidad de almacenamiento en un momento de gran incertidumbre en los mercados internacionales del gas», destacaron fuentes de la empresa.
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