Noelia A. Erausquin y Paloma Lamadrid, premios nacionales del Club Español de la Energía
Recogieron el galardón en la categoría de Infraestructuras Energéticas Sostenibles en un acto presidido por la ministra Teresa Ribera
E. C.
Miércoles, 17 de mayo 2023, 21:43
El año 2023 será el de «la aceleración» de la transición energética en España, frente a un «turbulento» 2022, con un sector que tiene un «futuro resplandeciente» por delante. Son palabras de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, durante el acto de entrega de los XXXIII Premios de la Energía de Enerclub. Los galardones, que reconocen la labor de los profesionales de los medios de comunicación para «acercar el mundo de la energía a la sociedad», han tenido en esta edición ganadoras de EL COMERCIO. Las redactoras del área de Economía Noelia A. Erausquin y Paloma Lamadrid resultaron galardonadas ex aequo en la categoría de Infraestructuras Energéticas Sostenibles, bajo el patrocinio de EDP. El fallo destaca el «seguimiento muy riguroso del desarrollo» de dichas infraestructuras en Asturias y el noroeste de la península, al tiempo que destaca la «relevancia» de la información regional en esta materia.
Junto a las periodistas asturianas también fueron premiados en el resto de categorías la expresidenta de Red Eléctrica de España, Paulina Beato, así como los también periodistas Luis Montoto, Sara Ledo, Antonio López, Alberto Sanz, Marcos Navarro, Ana Tuñas, Paula María Álvarez y Vicente Vallés.
El presidente de Enerclub y consejero delegado de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle, incidió en su intervención en la importancia de «acercar posturas y en el diálogo entre lo público y lo privado para aunar fuerzas» y abordar una transición energética «justa para todos». Consideró que la regulación será «clave» para atraer las inversiones y pidió «especial atención» en agilizar los trámites administrativos, simplificar barreras y facilitar permisos para «un desarrollo ágil y ordenado». Señaló asimismo la relevancia que tendrá la presidencia española del Consejo Europeo para construir «un marco favorable de presente y de futuro».
El acto se vio interrumpido por la irrupción de un grupo de activistas climáticos que pedían una transición «al servicio de las personas y no de las corporaciones».