El Principado rechaza el decreto que rige las ayudas por tener «un bajo descuento en la tarifa»
El texto no recoge las principales alegaciones que hicieron desde la comunidad el Ejecutivo regional, la patronal y los sindicatos
NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Miércoles, 16 de diciembre 2020, 01:31
Es una cuestión de intereses y, desde que se presentó el primer borrador del estatuto para las electrointensivas, ya se percibió que el documento ... no iba encaminado a favorecer a la gran industria básica, la más dependiente de la tarifa eléctrica y verdadero motor económico de Asturias. Por ello, no resulta extraño que el Principado, que presentó alegaciones al texto con Galicia y Cantabria, igual que la patronal y los sindicatos, reconociera ayer, poco después de la aprobación de la norma final, que su opinión «no es favorable» a la propuesta que realiza para rebajar el precio de la luz.
«No cabe duda de que la aprobación de una herramienta de política industrial es positiva, pero entendemos que hay que calibrarla y dotarla adecuadamente porque en su versión actual las empresas con mayores consumos de energía, como la gran industria asturiana, tienen un bajo descuento en su tarifa», subrayó el Ejecutivo regional a través de la Consejería de Industria.
El documento no recoge las grandes alegaciones de la comunidad. Entre ellas, destacaba la petición de un trato diferencial para las hiperelectrointensivas, como Arcelor, Asturiana de Zinc o las alumineras, es decir, ayudar más a aquellas plantas para las que el coste energético supone una cuestión, prácticamente, de vida o muerte, como se vio con Alcoa. De hecho, ayer, el secretario general de UGT en la planta gijonesa de la siderúrgica ya mostraba su desacuerdo con el estatuto. «Salir con un precio por encima de los demás, al final, perjudica a las instalaciones de Asturias», aseguró José Manuel García a Efe, que recordó que la diferencia de la tarifa eléctrica es de 20 euros por kilovatio respecto a Francia y de 30 con Alemania.
Además, también se reclamaba aumentar las compensaciones por los costes indirectos del CO2, potenciar el servicio de interrumpibilidad, ya enterrado por el Ejecutivo; mejorar la bonificación de los cargos de financiación de las renovables o incluir otras medidas, como la exención del 80% de los peajes de transporte, que ya disfrutan alemanes y franceses.
Estas reclamaciones chocan de lleno con la defensa que lleva haciendo el Gobierno en los últimos meses, que argumenta que el texto «es el único posible» y se ha ido todo lo lejos posible que permite la UE y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Desde la Asociación de empresas con gran consumo de energía (Aege) se defiende, sin embargo, que sí hay margen de maniobra porque de hecho Bruselas ha autorizado a otros países avanzar en medidas que aquí no se van a explorar o incrementar la cuantía de las ayudas.
La visión del documento, no obstante, no es igual para todos los sectores. Empresas con menor consumo energético, pero que ahora pasan a considerarse electrointensivas, valoran el estatuto del que podrán beneficiarse. La patronal papelera Aspapel, por ejemplo, aplaude su aprobación y aunque considera que las compensaciones que recoge no son la solución definitiva, cree que marca un punto de inflexión. De hecho, también ve positiva la caracterización recogida en el documento que determina qué industrias son electrointensivas y que rebaja a 1 GWh el consumo, lo que abre la puerta a que más empresas opten a beneficios en detrimento de la industria básica asturiana.
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