Jaime Argüelles - Consejero delegado de Duro Felguera

«Esto no va solo de sobrevivir, aspiramos a que sea la mejor Duro Felguera de su historia»

–En los últimos días han intensificado la comunicación con los accionistas de cara a esa trascendental junta. ¿Temen que no haya quorum?

–Estamos totalmente confiados en que es una solución óptima para el futuro de la compañía y convencidos de que habrá quorum y voto positivo. Pero esta es una empresa que tiene un número enorme de accionistas, más de 14.000, por toda su historia de 165 años, y es lógico que hagamos una campaña de comunicar bien una operación que es clave para la compañía y promover que vengan a votar o deleguen su voto y haya, por tanto, un respaldo importante de los accionistas. Nos parece higiénico y necesario.

–¿Están convencidos de que lograrán pleno respaldo?

–Estamos absolutamente convencidos de que esto es una gran aportación a la compañía para su futuro y entendemos que va a tener un respaldo masivo.

–¿Por qué los accionistas deben creer que Grupo Prodi y Mota-Engil son los mejores socios posibles?

–Porque los números y los datos así lo evidencian. Hemos hecho un proceso competitivo muy profundo. Tras casi cien empresas contactadas, hemos hecho una lista larga de once y una corta de cuatro en un proceso muy profesional. Estos socios nos aportan los tres temas principales que estábamos buscando: generar más confianza con unos socios de referencia en los mercados financieros y en los de nuestros clientes, y lograr una liquidez y una solvencia que es importante para competir mejor en proyectos más grandes y tener una evolución holgada de tesorería.

–¿Y el tercero?

–Conseguir un socio industrial con vocación de permanencia que apueste por la compañía a largo plazo, con un plan de crecimiento y expansión que nos permita tener sinergias comerciales, tanto por sus áreas de negocio como por sus áreas geográficas. Eso nos va a servir para avanzar más rápido y más profundamente en nuestro plan de negocio.

–¿Y si saliera que no?

–Pues tenemos un problema.

–Porque podría darse la circunstancia.

–No la planteamos. Sería algo irracional y cuando en una compañía suceden cosas irracionales hay problemas. El 'plan B' no lo estamos valorando en la actualidad y solo estamos pensando en explicar bien esta operación, que tiene sus dificultades y complejidades.

–Pongamos que todo vaya según quieren y piensan que va a ir. ¿Cuáles serían los siguientes pasos?

–Recibir el resto de autorizaciones pendientes, como la inversión extranjera en España y la aprobación definitiva de la CNMV a la operación como corresponde a una empresa cotizada. En ese periodo, habría que desembolsar el préstamo y luego definitivamente, cuando esté la ampliación de capital, la capitalización del préstamo, la suscripción de los accionistas y la operación de ampliación. Así que, en pocas palabras, quedarían algunas autorizaciones, que contamos con ellas, pero los tiempos son esos.

–¿De qué fechas estamos hablando?

–No las tenemos totalmente en nuestras manos porque dependen también de otras entidades, pero entre junio-julio la ampliación de capital debería quedar definitiva.

–¿Cómo está Duro Felguera en estos momentos?

–La compañía ha dado la vuelta completamente. El nivel de riesgos y dificultades, todos los proyectos antiguos, litigios y riesgos que tenía se han reducido drásticamente. Por supuesto es una empresa viva y siempre hay temas que hay que seguir resolviendo. Pero tras haber tocado fondo, le hemos dado la vuelta y se muestra más atractiva al mercado. Queremos volver a ser la compañía referente que hemos sido durante años y vemos que tenemos todas las condiciones para pasar de la viabilidad a la supervivencia, a la normalización y la estabilidad para ya inmediatamente, tras la ampliación de capital, avanzar hacia el futuro, a la expansión.

–¿Proyectos más inmediatos?

–Tenemos en cartera más de 600 millones de contratación, en ejecución. Miramos con optimismo la evolución del mercado a pesar de la situación macroeconómica a nivel mundial. Después de la ralentización de las operaciones con la pandemia, y con la guerra de Ucrania, con un periodo largo donde las inversiones industriales no han sido al ritmo de lo habitual, ahora el mundo demanda esas inversiones industriales en varios campos y ahí vemos muchas oportunidades para Duro. Combinando negocios tradicionales con las nuevas tendencias del mercado, las que miran hacia la transición energética y la descarbonización, además de la transformación digital.

–El hidrógeno es uno de los sectores en los que se están posicionando. Han logrado ya ayudas, aún provisionales, a proyectos con el PERTE, en consorcios, aunque se han quedado fuera otros como el que planteaban con Hunosa.

–Tenemos varios proyectos en marcha relacionados con desarrollos para aumentar el nivel de conocimiento y la tecnología en aspectos que todavía tienen que desarrollarse, como por ejemplo el hidrógeno, donde aún hay que bajar mucho el coste de producción para hacerlo competitivo. Está el proyecto de energía undimotriz combinada con renovable en el puerto de Avilés; el proyecto de Hunosa, ALSA y Nortegas, que queremos llevar adelante, y estamos participando en varios proyectos a nivel nacional de clústeres y asociaciones para desarrollo de soluciones del hidrógeno. Este es uno de los vectores claves de crecimiento para nosotros, pero también lo son temas como el etanol, amoniaco, y variantes en ese ámbito de la descarbonización y transformación energética.

–¿Se estarán fabricando generadores eólicos flotantes en El Musel en 2025?

–Esperemos que sí.

–Igual los plazos son ya ajustados.

–Los plazos no solo dependen de nosotros. Por eso no es fácil para mí comprometer una fecha, pero lo que sí puedo comprometer es nuestro interés de hacerlo y esperar que todo avance a la mayor brevedad.

–El Musel ya ha dado su prioridad al proyecto.

–Para nosotros también es un proyecto prioritario.

–¿Cómo son las relaciones con los gobiernos del Principado y de España?

–Excelentes. Apoyan totalmente a esta compañía y gracias a ese apoyo Duro ha podido sobrevivir. Tenemos conversaciones habituales y un grado de entendimiento total.

–¿Han recuperado las entidades financieras la confianza en Duro Felguera?

–Pensamos que sí. Han tenido una etapa donde ha habido una pérdida de confianza en Duro. Apoyaron a la compañía, lo cual es de agradecer, y ahora entendemos que estamos cambiando hacia una perspectiva de mayor confianza y recuperar parte de esa pérdida. Creemos que están apreciando una nueva oportunidad en Duro para tener una relación normal donde haya una ganancia mutua en una colaboración muy cercana.

–¿Siente la presión de tener que mantener a flote un buque insignia de Asturias como Duro al que muchos han dado por muerto en los últimos años?

–Para mí fue un reto personal asumir este puesto en una empresa de mi tierra con muchas dificultades. Y por supuesto existe una gran presión porque he venido a solucionar definitivamente esta compañía, no para ponerle un parche, ni para hacerla sobrevivir. Hay una presión, efectivamente, pero sobre todo hay un compromiso personal con esta compañía, con los trabajadores y accionistas, con esta región y con el país. Porque una compañía histórica tan importante en la transformación industrial de Asturias, España y el mundo no puede desaparecer y por tanto hay que darle una solución definitiva. Cuando uno adquiere un compromiso es hasta el final, hasta conseguirlo y rematarlo. Y en eso estamos.

–¿Cuál ha sido el momento más duro?

–Es una ruta de trabajo que empezó hace tiempo, incluso antes de mi llegada. Se plantearon soluciones para poder sobrevivir y no tener una alternativa peor. En ese momento tomamos decisiones definitivas para que Duro pudiera pasar de una supervivencia a una fase de expansión. Hemos tenido que resolver muchas bolas de partido y eso no ha sido fácil. La resiliencia que ha demostrado la plantilla con esta situación es algo a valorar fuertemente.

–¿Y el ERE a 180 personas?

–Un ERE siempre es muy doloroso. Los trabajadores son el mejor valor que tiene la compañía, y han demostrado su compromiso muchas veces, evidentemente también con la aprobación del ERE, que era necesario para el futuro.

–¿De qué plantilla hablamos en estos momentos en Duro?

–Somos unas 1.200 personas y tenemos una plantilla flotante importante en función de los proyectos. Por ejemplo, ahora tenemos un proyecto en Holanda que arranca, la parada de una acería importante y vamos a tener allí más de 1.100 personas. Pero, en condiciones normales, deberíamos tener entre un tercio y el 50% de la plantilla desplazada en proyectos en obra.

–Dada la situación, ¿no es demasiado ambicioso el plan que presentaba en Madrid el pasado mes en el que habla de multiplicar la contratación por tres en 2028, de un ebitda 19 veces mayor y poner la compañía en 1.000 millones en cuatro años?

–Este plan para los números actuales puede parecer muy ambicioso, para la historia de Duro Felguera no lo es, y para el futuro es totalmente conseguible. Estoy absolutamente convencido de que lo vamos a conseguir y mi compromiso personal es poner esta compañía en mil millones en cuatro años. Es un objetivo retador.

–Los socios mexicanos no han estado exentos de polémicas en su país. ¿Puede esto lastrar la confianza en ellos?

–En este mundo que nosotros vivimos de los sectores de ingeniería y construcción siempre hay opiniones diferentes, pero pensamos que son socios muy fiables y que realmente han desarrollado negocios desde hace mucho años de una manera ejemplar. No comparto esa mala imagen que se dijo de ellos. Pienso firmemente que son muy sólidos y llevan haciendo muchos negocios industriales de una manera ejemplar.

–¿Se quedarán más allá de esos cuatro años que aparecen en el acuerdo?

–Ese ha sido un mínimo por marcar una referencia de confianza. El concepto industrial de esta inversión es fundamental. Están pensando en ser parte de esta compañía.

–Le veo muy positivo.

–Estoy muy positivo. Si no hubiera sido positivo no habría venido a Duro Felguera. Estoy convencido de que estamos haciendo un muy buen trabajo que ahora vamos a redondear con esta operación que cierra una hoja de ruta.

–¿No habrá ninguna zancadilla?

–No creo. Siempre hay barreras y dificultades. No es un camino de rosas, pero si las hemos ido solucionando pensamos que ahora tenemos una autopista con más carriles por delante.

–¿Cuál sería entonces el mensaje de Jaime Argüelles a la sociedad asturiana? ¿Podría ser algo así como 'vuelve Duro Felguera'?

–Diría: Duro Felguera está recuperando toda su fortaleza, y la vamos a superar. Esto no va solo de sobrevivir. Aspiramos a que sea la mejor Duro Felguera de su historia. No le veo techo. Y eso es bueno para todos, porque esta región y este país no se puede permitir no tener una Duro Felguera y eso ha sido el reto que me ha motivado desde el principio.

–¿Y Jaime Argüelles se ve en la Duro Felguera del futuro?

–Ese no ha sido nunca un tema a tratar. Hemos antepuesto siempre la compañía y luego venimos las personas. No me preocupa. Lo que me ocupa es conseguir una solución para Duro Felguera.