La subasta del Banco Europeo del Hidrógeno hace aguas tras retirarse casi la mitad de los proyectos
Tan solo ocho de las 15 iniciativas que fueron seleccionadas en la primera convocatoria en mayo –ninguna asturiana– continúan adelante
Aunque el hidrógeno verde genera grandes expectativas y cuenta con múltiples iniciativas en marcha a nivel regional, nacional e incluso europeo, su adopción como ... vector energético y su integración en la industria todavía se perciben distantes. Esto se debe principalmente a los altos costes de producción, a las dificultades de transporte y almacenamiento y a la limitada demanda por parte de usuarios finales. Por eso, pese a la esperanza de que se convierta en una de las principales fuentes de energía en el futuro, la realidad es que aún queda un largo camino por recorrer. Por eso la Comisión Europea decidió poner en marcha, a través del Banco Europeo del Hidrógeno (BEH), un programa de subastas con el objetivo de reducir el precio del hidrógeno y servir como catalizador para atraer inversiones.
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Sin embargo, tan solo ocho de los 15 proyectos seleccionados en la segunda convocatoria, que tuvo lugar en mayo de este año por importe de 992 millones de euros, siguen adelante. Las otras siete iniciativas, entre ellas cuatro españolas –aunque ninguna asturiana–, se han retirado antes de firmar los acuerdos de subvención, que incluían ofertas que oscilaban entre 0,20 y 0,60 euros por kilogramo de hidrógeno. Los promotores no presentaron la garantía de ejecución equivalente al 8 % de la subvención necesaria para continuar. Además, los proyectos que se han bajado del barco representan más del 80% de la nueva capacidad de electrolizadores planteada en esa segunda subasta, con un 1,88 GW de los 2,3 GW adjudicados.
Ahora, Bruselas deberá reasignar los fondos disponibles a proyectos de reserva que inicialmente quedaron excluidos tanto de la primera como de la segunda ronda planteadas por el BEH. Desde la Comisión Europea señalan que dicho procedimiento garantiza que las ayudas se mantengan vinculadas a proyectos viables, incluso cuando los elevados costes, los retrasos en la tramitación de permisos y las trabas financieras siguen frenando el esfuerzo de Europa por ampliar la capacidad de electrólisis.
El problema de costes que supone actualmente la producción de hidrógeno verde –multiplican hasta por siete los del gas natural– es una cuestión sobre la que los expertos han puesto el foco en varias ocasiones, sobre todo teniendo en cuenta que la reducción de esa brecha en el precio se está produciendo a un ritmo más lento del inicialmente esperado. De hecho, fuentes del sector apuntan a que algunas de las ofertas planteadas en la convocatoria de mayo contaban con un escenario de caída de los costes de producción de este vector energético que, por el momento, no se ha producido y, por ello, se han visto obligadas a retirarse de la puja.
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Desde el Clúster de Industrias Químicas y de Procesos del Principado de Asturias (IQPA) –en el que se integran compañías como ArcelorMittal, DuPont, Bayer, Fertiberia, Ence o Química del Nalón– advierten de que sin una evolución tecnológica que equilibre el coste de producción, los diferentes proyectos que están llevándose a cabo corren peligro, incluidos los asturianos. De hecho, precisamente ese fue uno de los factores que impidieron el desarrollo del plan de HyDeal, en el que participaban Arcelor, Fertiberia, Enagás y DH2 para producirlo en Castilla y León y canalizarlo hasta Asturias.
Asturias, a la espera
En el Principado, ninguna de las principales iniciativas de hidrógeno ha arrancado todavía. Ni siquiera la más madura, la que EdP proyecta en las instalaciones de la térmica de Aboño y que, en su fase más ambiciosa, prevé alcanzar una potencia de electrólisis de 500 MW. Tampoco ha iniciado por el momento su andadura el proyecto de HyMet para construir una planta de producción de metanol renovable –a partir de hidrógeno verde– en las inmediaciones de Aboño y del puerto de Gijón. Otra de las importantes iniciativas es la que Fertiberia quiere llevar a cabo –en alianza con EdP– para producir amoníaco verde. Este proyecto –adelantado en exclusiva por EL COMERCIO– requiere de una mayor producción de hidrógeno para desarrollar la factoría).
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Hunosa también tiene planes en torno a este vector energético. En concreto, la antigua instalación minera del pozo Fondón, en el distrito langreano de Sama, propiedad del grupo, albergará una planta de producción de hidrógeno verde con la puesta en marcha del proyecto Mine-to-H2, desarrollado por la hullera en colaboración con Hyrem, Alsa, Duro Felguera, Universidad de Oviedo y el instituto polaco Glowny Instytut Gornictwa (GIG). La instalación reutilizará el agua que vierte la antigua bocamina de carbón para la producción de hidrógeno a partir de energía renovable, generada parcialmente por una planta fotovoltaica instalada en el entorno del pozo Fondón.
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