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Los trabajadores avilesinos de Alcoa, concentrados ante el Ministerio de Industria el pasado 24 de junio. EFE

La venta de las plantas de Alcoa se atasca por la negativa de la plantilla a ratificar el acuerdo

Los trabajadores insisten en que no darán su visto bueno a la compra de Parter y la multinacional vuelve a amenazar con ejecutar el plan social

LAURA CASTRO

GIJÓN.

Jueves, 4 de julio 2019, 01:56

No hay avances. El tira y afloja entre la plantilla y Alcoa no cesa. Los trabajadores se mantienen firmes en su postura y no ratificarán el acuerdo de venta a Parter, máxime cuando desconocen los pormenores de este. Se niegan a asumir responsabilidad alguna en el proceso, pues entienden que fue la multinacional la que eligió de manera unilateral al grupo suizo y, como tal, debe responder por las posibles consecuencias del pacto. Alcoa, por su parte, tampoco cede ni un ápice en este punto e insiste en que la situación solo tiene dos salidas: o la plantilla ratifica el acuerdo con Parter o se ejecutará el plan social -con el que solo estarían garantizados 205 empleos, 114 en La Coruña y 91 en Avilés-.

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El proceso de venta sigue, por lo tanto, atascado, a la par que Alcoa continúa negociando con Parter para llegar a un acuerdo de venta definitivo. Ayer la multinacional aluminera se reunió con el grupo suizo para avanzar en esta línea, antes del encuentro que mantuvo también con la parte social y con representantes de los ministerios de Industria y Trabajo. Al cierre de esta edición, la segunda reunión no había finalizado y los trabajadores y la aluminera seguían enrocados en torno a la ratificación del acuerdo de venta con Parter.

Esta polémica ha tensado aún más las relaciones entre los comités de las dos plantas, según fuentes cercanas a la negociación. La división entre las plantillas comenzó a hacerse más notable con la llegada de las primeras ofertas no vinculantes, pues la mitad de ellas se centraban exclusivamente en la factoría de Avilés y el resto en ambas. Los ánimos se caldearon cuando los asturianos visitaron las plantas de Quantum en Alemania -uno de los inversores que inicialmente solo quería la planta asturiana y que ofrecía un proyecto más ambicioso, a juicio de los trabajadores- e insistieron en que no se descartara su propuesta.

La empresa no aplicará el plan social, como mínimo, hasta el próximo lunes

Ahora, en plena recta final del proceso, la tensión se recrudece. El comité de La Coruña se muestra partidario de ratificar la venta siempre que en el documento quede constancia de que con la venta se pone fin al ERE de extinción que actualmente está sobre la mesa. Los de Avilés, en cambio, son fieles a su postura y siguen negándose a ratificar. Únicamente estarían dispuestos a rubricar un documento de carácter meramente informativo, una especie de recibí.

La condición impuesta por la multinacional estadounidense no está recogida en el acuerdo del ERE que se firmó en enero y es algo en lo que se ampara la plantilla avilesina para mantener su rechazo. Y cuentan con el respaldo del Gobierno, pues el director general de Empleo, Ángel Allué, que asistió a la última reunión en nombre del Ministerio de Trabajo defendió que la plantilla no tiene por qué dar el visto bueno a la operación. Al igual que lo hizo la ministra de Industria, Reyes Maroto. No obstante, el secretario general de Industria, Raül Blanco, no se mostró tan tajante en esta cuestión y aseguró que confía en que los trabajadores «den por cerrado el acuerdo», aunque hay que ser «prudentemente optimistas».

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Más tiempo

La plantilla trata además de conseguir más tiempo para dejar atados algunos flecos pendientes y pide a Alcoa que aplace el ERE hasta el 31 de julio. Entre las cuestiones que quieren clarificar está la posibilidad de que Alcoa ejecute prejubilaciones, traslados y bajas voluntarias a la par que lleva a cabo la venta, un extremo al que la multinacional aluminera se niega. O Parter o plan social, pero no las dos cosas.

Por el momento, solo se firmó una prórroga hasta el próximo lunes debido a la suspensión de la venta por parte de Alcoa el pasado viernes, cuando la multinacional advirtió de que Parter no cumplía las garantías financieras. Presionada por Gobierno y sindicatos, Alcoa aceptó una prórroga de ocho días para encauzar la venta.

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