Barbón avisa: «Si hay desmovilización podemos tener una pesadilla con Vox»

El PSOE tocó a rebato. El presidente del Principado y candidato socialista, Adrián Barbón, utilizó los números para tensionar a los suyos y trabajarse el voto indeciso y moderado: «Lo que dicen todas las encuestas es que soy el preferido de los asturianos para presidir y vamos a ganar, pero dicho esto, hay un riesgo cierto de que se dé por hecho».

En los mítines se le acercan ciudadanos que le dicen «esto esta hecho, y les digo que no». «Pido la movilización de todas las personas que se identifiquen con el progreso de Asturias, necesitamos la concentración de ese voto pero también del de las personas moderadas», indicó.

«A la gente que quiere un gobierno estable les quiero decir que si hay desmovilización por dar por hecho el resultado el lunes después de las elecciones podemos tener una pesadilla, un gobierno mandatado y teledirigido por Vox, que quiere entrar en el Gobierno. Es una exigencia que ha puesto sobre la mesa».

Con ese marco el socialista insistió en dirigirse al centro ideológico: «La gente moderada tiene que concentrar su apoyo en quien garantiza la estabilidad». En el mismo sentido se refirió a los indecisos: «Hay que dirigirnos a ellos para pedirles el apoyo a la estabilidad política en Asturias en medio de un mundo de incertidumbres».

Los socialistas tratan así de presentarse como el partido de Asturias, una seña de estabilidad y aseguran que su meta es seguir con un gobierno monocolor. Esa estrategia, que busca seducir al votante de centro, tropieza con los intentos de Podemos e IU de presentarse como parte del futuro gobierno.

A la izquierda del PSOE se está jugando la carta de que esta vez su apoyo a Barbón solo será a cambio de consejerías, en un gobierno de coalición a imagen y semejanza del de Pedro Sánchez. La insistencia en esa hipótesis, aunque Podemos e IU pierdan apoyo respecto a 2019, está generando malestar entre los socialistas, donde entienden que los partidos a su izquierda «no hicieron los deberes» en la legislatura para crecer y ahora su insistencia en el gobierno de coalición da bazas a la derecha.

El presidente lanzó su alegato contra la desmovilización y a favor de la estabilidad en una visita a las instalaciones de Asturiana de Zinc (Azsa), acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. El candidato recordó que Asturias ha batido su récord de exportaciones, «con casi 6.200 millones aunque los pesimistas que intentan ganar votos magnificando los problemas digan lo contrario».

El compromiso electoral que lanzó es el de «duplicar en los próximos cuatro años el dinero que destina Asturex a internacionalización de empresas».

Por su parte el ministro Albares recordó que España presidirá durante el segundo semestre el Consejo de la UE y «uno de los objetivos principales será la reindustrialización de Europa, de España y de Asturias, para crear más empleo y que sea de calidad». El titular de Exteriores recordó cómo tras la invasión de Ucrania «el gas se convirtió en un arma que utiliza Rusia», motivo por el cual España diseñó una solución «que fue primero española, luego ibérica, y ahora es europea», en referencia al tope del gas que, insistió, ayuda a las industrias.

En ese semestre europeo el ministro recordó que Gijón acogerá los días 14 y 15 de noviembre un consejo de Vivienda y Desarrollo Urbano: «Gijón y Asturias serán el centro de Europa en una política muy importante».

Una delegación de trabajadores de CC OO aguardó a las puertas de la oficinas para quejarse ante el ministro y el presidente de no haber podido participar en su reunión con la dirección. El presidente Barbón les facilitó su correo electrónico para conocer sus reclamaciones y el ministro se comprometió a defenderlas ante la Unión Europa.