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Elecciones 10-N | Fin de una campaña con Asturias en segundo plano
El bloqueo institucional, la crisis de Cataluña y la exhumación de Franco polarizaron los discursos de los candidatos | Abascal, Casado y Sánchez hicieron, por este orden, escala en la región para pedir el voto, pero sin grandes promesas electorales
La campaña electoral más corta de la historia de la democracia llegó ayer a su fin sin que los problemas de Asturias lograran ningún tipo de protagonismo ni en los programas de los partidos ni en los discursos de los candidatos. La amenaza de un nuevo bloqueo institucional, la crisis territorial de Cataluña e, incluso, la exhumación de Francisco Franco polarizaron los mensajes de los aspirantes a ocupar un sitio en el Congreso y el Senado hasta el punto de que el Principado y sus retos quedaron relegados a un segundo plano.
No se escucharon grandes proyectos para Asturias más allá del compromiso de algunas fuerzas políticas de poner fin a la variante de Pajares -iniciada en 2004-, aunque la región sí estuvo presente en la agenda de los líderes nacionales. De hecho, Santiago Abascal (Vox), Pablo Casado (PP) y Pedro Sánchez (PSOE) hicieron escala por ese orden en Asturias durante la campaña electoral exprés -se estrenó una reforma legislativa acordada en 2016 para reducir a la mitad el tiempo de campaña en caso de repetición-. Y otros dos, Íñigo Errejón (Más País) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), visitaron el Principado los días previos. Solo faltó a la cita con esta comunidad el candidato de Ciudadanos a la Moncloa, Albert Rivera, precisamente la formación que según la encuesta de GAD3 para EL COMERCIO podría perder representación en el Congreso por Asturias en favor de PP-Foro. El último sondeo del CIS, por su parte, considera que sería Vox el partido que cedería su escaño al proyecto de Pablo Casado.
Los líderes nacionales mostraron con su presencia su compromiso con el Principado, si bien los problemas de esta región pasaron siempre de puntillas en sus mítines e, incluso, algunos de ellos ni tan siquiera los mencionaron. La parálisis institucional que sufre el país como consecuencia de la fallida investidura de Pedro Sánchez, que derivó en una repetición electoral, hizo que los candidatos afrontaran el 10-N como una consulta para salir del bloqueo, y no para elegir entre diferentes proyectos políticos.
«Voto útil»
De este modo, desde el PSOE se hicieron llamadas constantes a la movilización para conseguir un apoyo «más fuerte» que no les haga depender de otros y evitar el avance de «las tres derechas», mientras que los candidatos de la coalición PP-Foro apelaron al voto útil conservador insistiendo en las desventajas de dividir los apoyos del centro derecha y confiando en poder así dar un vuelco a los resultados de las elecciones del pasado mes de abril.
Unidas Podemos, por su parte, puso en valor una y otra vez su capacidad para evitar que el PSOE pacte con formaciones del centro derecha y, desde Ciudadanos, dijeron presentarse a estos comicios como la llave para el desbloqueo político. Vox, por su parte, se postula como la única «alternativa real» al Gobierno socialista.
Los candidatos al Congreso y al Senado por Asturias incidieron en estos argumentos durante la breve campaña y también defendieron sus proyectos económicos y de carácter social para tratar de diferenciarse de sus rivales políticos, aunque sin grandes guiños a Asturias. Así, a la vicesecretaria general y candidata del PSOE por Asturias, Adriana Lastra, se la escuchó en reiteradas ocasiones presumir de la labor realizada por el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez en los últimos meses para «recuperar y avanzar en el Estado de Bienestar», mientras que Paloma Gázquez, candidata de la coalición PP-Foro, insistió en la experiencia y capacidad de su formación a la hora de gestionar económicamente a un país.
Unidas Podemos, con Sofía Castañón como número uno por Asturias, hizo gala de la «sensibilidad» con los problemas sociales de su partido, al tiempo que Ignacio Prendes, cabeza de lista de Ciudadanos, presentó a la formación naranja como la impulsora de los grandes pactos nacionales. El candidato de Vox, José María Figaredo, hizo una campaña centrada en defender la unidad de España y en luchar contra el «adoctrinamiento ideológico» que, según esta fuerza política, se está llevando a cabo en las escuelas.
La crisis territorial y de convivencia Cataluña, de hecho, estuvo también muy presente no solo en los mensajes de Vox, sino también en los del resto de formaciones políticas. La sensación de inseguridad, los daños materiales y los heridos provocados por los disturbios en las calles de las principales ciudades de esta comunidad autónoma tras conocerse la sentencia del 'procés' se comieron literalmente la campaña electoral en todo el territorio español, y también en Asturias. Solo la exhumación de Francisco Franco consiguió girar el foco hacia el Valle de los Caídos y robar protagonismo durante unos días al conflicto catalán, con consecuencias aún sin medir para el PSOE, que fue acusado de hacer «electoralismo» con la memoria histórica.
Ayer, en la última jornada para pedir el voto, los candidatos asturianos echaron el resto ante la amenaza de que se repita nuevamente el bloqueo político y de que el hastío del electorado -estamos ante las cuartas elecciones nacionales en solo cuatro años- pueda provocar un incremento de la abstención con capacidad para condicionar, y mucho, el resultado final.