Un mapa con más del doble de azul

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y lo cierto es que el mapa de Asturias ha cambiado, y mucho, desde las pasadas elecciones autonómicas. Una línea azul atraviesa la región por la mitad. Los populares han pasado de vencer en solo 16 concejos a imponerse en más del doble; han resultado victoriosos en 38 municipios. También dicen que Asturias es diferente y los resultados electorales, una vez más, lo corroboran. Mientras que el 28 de mayo una gran ola contra Pedro Sánchez daba la vuelta al mapa político del país y enfilaba a Alberto Núñez Feijóo hacia la Moncloa, el socialismo asturiano resistía contra viento y marea en uno de sus tradicionales feudos para revalidar a Adrián Barbón como presidente de la comunidad. Asturias siguió entonces en rojo.

Desde entonces han pasado menos de dos meses. A medida que se acercaban los comicios generales, en el resto del país la ola antisanchista perdía altura y el PSOE remontaba, hasta obtener el pasado domingo un resultado mucho mejor del que arrojaban las encuestas que le concede incluso una oportunidad de formar Gobierno. Y es ahora cuando Asturias tiñe buena parte de su geografía de azul. Los populares se han hecho con casi la mitad de los concejos -el PSOE aguanta en 40 municipios-, que le han servido para sumar más votos en la región y obtener más escaños.

Esta situación deja rarezas como la de Siero, donde 56 días separan la jornada en la que el socialista Ángel García arrasó en las municipales con una incontestable mayoría absoluta que le aseguró la Alcaldía, de anteayer, cuando 10.870 vecinos optaron por meter en la urna la papeleta del PP. Casi 800 más de los que votaron al PSOE. Dirán, con razón, que los comicios locales son punto y aparte. Pero es que en las autonómicas, los sierenses también votaron mayoritariamente a Barbón: 10.067 personas, frente a las 8.681 que confiaron en el popular Diego Canga.

Siero es el más poblado de los concejos que se han tornado azules en estas últimas semanas, seguido de Villaviciosa -curiosamente, también con alcalde socialista por mayoría absoluta-, Llanera, Llanes, Valdés, Gozón y Tineo. La lista de los que cambian de color la completan, empezando por el Occidente, San Tirso de Abres, Vegadeo, Pesoz, Salas, Pravia, Belmonte de Miranda, Yermes y Tameza, Las Regueras, Noreña, Sariego, Nava, Cabranes, Colunga, Caso, Cabrales, Peñamellera Alta y Ribadedeva. Cabe destacar que, de los anteriores, Salas y Peñamellera Alta solo cambian de tonalidad y pasan de respaldar a Foro en las autonómicas al PP en las generales.

No ha sido el de estos comicios un cambio en un único sentido, pero casi. Solo San Martín de Oscos y Ponga pasaron del azul popular al rojo socialista. El PSOE, a pesar de todo -solo 7.300 votos le separaron de los populares-, resistió en dos de las tres grandes ciudades. Aunque Gijón, la más poblada de la región, notó la embestida y pasó de sacarle casi 8.000 votos al PP en las autonómicas a poco más de 600 en la última cita electoral.

Si se compara con las generales del 2019, el vuelco es aún mayor: solo ocho concejos amanecieron azul después de aquel 10N: Villayón, Cangas del Narcea, Salas, Illas, Caravia, Cangas de Onís y las dos Peñamelleras.