Calderetas de don Calixto 2020 | Elio Fernández: «Cocinar es mi único hobby»

La Caldereta de don Calixto al Cocinero con Proyección es cada edición la categoría más meditada porque en su elección no hay que tener en cuenta únicamente los méritos conseguidos y el presente, como ocurre con las otras, sino que hay que adelantarse al futuro. Anticiparse fue precisamente lo que logró el cocinero Elio Fernández cuando se decidió a regresar a Asturias tras trabajar en Suiza, Madrid, Comunidad Valenciana y Pastrana (Guadalajara).

El responsable del restaurante Ferpel Gastronómico regresó a su casa de Ortiguera, en el concejo de Coaña, «sin querer, sin ni siquiera un plan», explicó mientras recogía el premio que le concedió este suplemento. Se metió de nuevo en el negocio familiar, el lugar donde aprendió a desenvolverse en antes de ingresar en la Escuela de Hostelería de Foz y «caí otra vez en sus brazos». Con los años dejó atrás el modelo de negocio que tenían sus padres de fuente en la mesa y menús contundentes de primero, segundo y postre, y optó por un restaurante gastronómico. Se adelantó así a los tiempos presentes en los que volver a la esencia, manifestada primeramente por el entorno rural, es la tendencia.

El Caldereta 2020 confesó que no fue fácil apostar por un proyecto tan particular en una zona en la que no se estilaba aquello. Tuvo que lidiar con quienes creían que lo minimalista implicaba quedarse con hambre y mantenerse con el apoyo de los eventos que celebra. «Nuestra historia han sido pasos adelante y atrás, pero al final conseguimos que funcione. El restaurante empezó a ser rentable hace tres años», apuntó.

Elio Fernández no cree que haya grandes secretos en su oficio, pero está convencido de que «la cocina de todo buen profesional se sustenta en lo tradicional. Hacer buenos guisos, buenos caldos es la base fundamental». También confía en las cualidades de los producto que trabaja y entiende que con los mar y montaña se consiguen mucho.

La cocina le está dando a este joven chef muchas cosas y, por lo pronto, todas buenas, pues aseguró no haber tenido que renunciar a nada para conseguir estar donde está. El responsable de Ferpel tiene claro que primero va su familia, de ahí la conciliación que exhibe, y confiesa que «la cocina es mi única afición» porque «me gusta estar en contacto constante con la gente». Su filosofía vital es la que implanta en un negocio que no para de crecer.