25 años de un gran restaurante
El RealBalneario de Salinas cumple su primer cuarto de siglo con la mirada puesta en rejuvenecerse sin perder el estilo que les caracteriza y siempre con Félix y Miguel Loya en el recuerdo
Miguel Llano
Jueves, 14 de abril 2016, 11:16
Miguel Loya quería hacer del Real Balneario de Salinas el restaurante más emblemático de Asturias.Había aprendido de su padre Félix Loya, «al que admiraba», en el Félix y, «con todo su apoyo», se lanzó a crear un restaurante que fuera ya no reconocido en la provincia, como era elFélix, sino reconocido «a nivel nacional».
«Con todo el bagaje acumulado», con «sus viajes a restaurantes de Francia,Inglaterra...», con todo lo que aprendió en esa «gran escuela que fue el Félix», Miguel Loya trató de crear enSalinas un restaurante donde la cocina, con platos heredados del restaurante de su padres, como su lubina al champán o el tocinillo de cielo, se juntara con «el mejor y más exclusivo producto, las mejores instalaciones, los mejores vinos y el mejor y más excelso servicio de sala».
No fue ni mucho menos un camino de rosas.Empezó la aventura junto a unos socios y al poco tiempo tuvo que hacer frente a una nueva inversión para comprar su parte. «De esos primeros años, recuerdo no ver a mi padre», cuenta el pequeño de los Loya, Isaac. Muy pronto, en el 93, la crisis, «con toda la inversión que se había hecho.Ese fue el momento más complicado para mi padre, el momento más duro en su carrera», explica el mediano de los tres hijos de Miguel Loya y Eva DelRío: Javier.
Después, en 2004, llegaría la estrella Michelin. Y, ahí, la consolidación de un proyecto que ayer mismo cumplió 25 años.
Los reconocimientos a lo largo de este primer cuarto de siglo han sido muchos: entre ellos, el Premio Nacional de Gastronomía a la familia Loya y la Caldereta de Don Calixto de ELCOMERCIO a la saga familiar, un premio que MiguelLoya dedicó a su madre, María Luisa Fernández, fallecida en 2011, e hizo extensivo a «todas las mujeres que se han pasado la vida en la cocina». También en nombre de su familia recogió el galardón de LA VOZ DE AVILÉS a la Iniciativa Empresarial... Y muchos más los que con cada visita se han llevado en forma de halagos a platos tan laureados como la mentada lubina al champán, el montadito de seta, foie y yema de huevo, sus platos de sardina, sus elaboraciones de virrey y salmonete o su más moderno bogavante a la parrilla sobre pasta fresca anaranjada.
Durante estos años el restaurante ha tenido una gran acogida entre todos los públicos.Desde la empresa, hasta las familias, pasando por supuesto por los gourmets que atraídos por la estrella Michelin y la idea de gran restaurante de sus propietarios, no han dejado de visitar el RealBalneario deSalinas durante los 25 años de su historia.También el Real Balneario de Salinas y su servicio de catering es un referente en las bodas en el Principado.
Fue, precisamente, en el RealBalneario de Salinas donde comenzaron a entregarse los premios con los que Yantar y EL COMERCIO premian a los mejores restauradores del ámbito regional y nacional.Las primeras páginas dedicadas a la gastronomía, allá por el año 1996, ya recogían al Real Balneario de Salinas y, en el primer suplemento, sus mesas mirando al mar y su excepcional gastronomía fueron las protagonistas.
Miguel Loya, fallecido en 2015, supo inculcar a sus hijos el gusto por lo gastronómico y hasta el mayor de ellos,Miguel Ángel Loya, abogado y socio de Garrigues, «es un gran gourmet», un «cocinero frustrado», aseguran sus hermanos.
Además del amor por la gastronomía y los viajes a conocer otros restaurantes punteros del mundo, «en los que vemos cosas y las traemos a nuestra forma de ser y pensar», MiguelLoya compartió con ellos su profundo amor por la música y el cine y hoy, explica su hijo,en «el Balneario sigue sonando la música que mi padre elegía»: comer en elBalneario los mejores productos del mar Cantábrico con unas de las mejores vistas de Asturias frente a los ojos se acompaña de jazz, de Frank Sinatra («del que era un enamorado»), de Nat King Cole...
Con el recuerdo vivo de uno de los grandes maestros de sala que ha dado España El Sabio de Salinas, que una vez apodara con acierto el crítico gastronómico José Manuel Vilabella el restaurante continúa su rumbo.De forma pausada, sin descuidar ni un sólo detalle, como siempre, explica Isaac Loya:«Con el tiempo me voy dando cuenta de que mi padre tenía razón en lo que decía. Pasamos por una época de mucha revolución en la cocina y corrimos el riesgo de volvernos locos.Pero en ese tira y afloja que teníamos mi padre y yo, conseguimos mantener la vigencia, sin renunciar a las cosas buenas que hemos sido siempre.A nuestra parte de tradición, de gusto por la sala, por el mejor producto, por los grandes vinos, en definitiva, por hacer disfrutar a quienes se sientan en nuestro restaurante».