La esquina del adiós
La emblemática tienda de Las Novedades cierra después de 52 años vendiendo telas y alfombras en la ciudad
P. ALVEAR
Domingo, 1 de febrero 2009, 03:50
Cuando Las Novedades abrió por primera vez sus puertas en la calle Fruela, Oviedo apuraba los últimos años de la década de los 20. La ciudad crecía rápidamente con la construcción de núcleos residenciales y se expandía ya hasta Buenavista. En este escenario, nacieron comercios que no sólo alimentaron las compras de los ovetenses, sino que sobrevivieron a la guerra y a varias generaciones.
52 años después, Las Novedades (especializada en alfombras y telas) cierra. Y la razón no es la crisis económica que azota a todos los bolsillos, sino la falta de sucesión. Javier Rojo y su mujer, Conchita García, ya han colgado el cartel de 'liquidación total por cierre' en el establecimiento situado entre Gil de Jaz y Ventura Rodríguez. Una esquina señera. Cuando vendan todas las existencias, zanjarán la historia del comercio.
Mientras tanto, desde la planta inferior del local (de más de 540 metros cuadrados), Javier Rojo recuerda cómo empezó la aventura comercial. «La inició mi abuela, María Melero, viuda de Francisco Rojo Cortés, cuando en 1927 adquirió una tienda en Fruela». Empezó a trabajar con telas y alfombras hasta que en 1935 pasó el testigo a «mi padre, Julio Rojo». Fue en 1935 «antes de que estallara la guerra». Quince años más tarde el comercio era «exclusivamente» de él. Con Javier Rojo tuvo un cambio esencial: el traslado a la esquina de Ventura Rodríguez, donde este mes de setiembre cumpliría cuatro décadas.
Un tiempo repleto de cambios: Las habituales enormes alfombras de tres por cuatro metros comenzaron a desaparecer a la par que los ovetenses pasaban a vivir en casas pequeñas. Las moquetas, 'boom' en ventas años atrás, quedaron desfasadas por el gusto por los parqués flotantes. En el textil también hubo que renovarse. «Multiplicamos la variedad de las telas. Antes sólo había lisas, y las importábamos de Inglaterra con dificultad. Ahora cualquier importador te trae un muestrario con piezas de todo el mundo».
Visto ya casi desde la lejanía, «ha sido un trabajo difícil, pero muy bonito. No nos ha faltado ilusión», explica García. El éxito, asegura, ha estado «en contar con exclusivas y tener grandes proveedores como Pepe Peñalver», pero «no podemos estar siempre aquí».