Una playa «referente» en el país

Con silla de ruedas y sin ella. Con visión y sin ella. Con audición y sin ella. Todos, incluso los alérgicos al sol, tienen un hueco en la playa de Poniente. La «más accesible del país. Desde luego, el referente del Norte y uno de los de todo el país», según la concejala de Bienestar Social Eva Illán. Una frase que, asegura, «no es mía. Es lo que me han dicho desde la Confederación de Personas con Discapacidad (Cocemfe)». Y la portavoz en Asturias de esta entidad, Mónica Oviedo, estaba a su lado para confirmarlo. La playa de Poniente será este verano «la más accesible del país», porque ninguna persona, sea cual sea su discapacidad, se encontrará con barreras para tomar el sol o nadar.

Esta total accesibilidad llega con la finalización del edificio de servicios múltiples para discapacitados. Un dispositivo de 80 metros cuadrados ubicado junto a Talasoponiente y que ha costado 170.000 euros y dos años de obras. Su arquitecto, Mariano Guisasola, fue el encargado de explicar todos los detalles a la comitiva que ayer lo visitó. Encabezada por la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, contó con la presencia, entre otros, de Carmen Fernández Amado, miembro de la Federación de Ataxias de España.

El nuevo edificio «tendrá baños adaptados, duchas, taquillas y biblioteca», explicó Ilán, quien considera que es «una de las primeras actuaciones visibles del Plan de Accesibilidad Integral y no Discriminación».

Concurso para el personal

Un equipo, cuya contratación saldará a concurso público, se encargará de facilitar a los usuarios el uso de los diferentes dispositivos. Las sillas anfibias para los usuarios de silla de ruedas; los bastones neumáticos para quien utiliza muletas; los pictogramas para las personas con discapacidad intelectual y las guías para quien no tiene audición.

Y, sobre todo, uno de los elementos que convertirán a la de Poniente en «la más accesible de España», las audioguías para personas con problemas de visión. Son unas pulseras que indican al bañista «a qué distancia se encuentra de la orilla, la profundidad del agua» y le asegura «un baño tranquilo: tiene un botón para pulsar si se encuentra mal».

Además del edificio y los elementos de ayuda, la accesibilidad de Poniente se garantiza con la instalación de toda una serie de pasarelas que permitirán «acceder directamente al agua sin pisar la arena», aunque esta alfombra de madera no estará fija todo el año. «Durante el invierno se retirará, para evitar que desaparezca por las mareas y los temporales», señaló Eva Illán.

También faltan por instalar las pérgolas «para los alérgicos al sol». Según explicó la concejala, que también preside la Fundación Municipal de Servicios Sociales, «las alergias solares generan muchos problemas, por lo que hemos preparado una zona, cercana al agua, pero protegida del sol.

Una pérgola que estará rodeada de pequeñas isletas de madera «para que las personas con discapacidad puedan tomar el sol. Además, servirán de indicativo de lugar para las personas con discapacidad visual».

Aunque ayer fue presentado oficialmente, el dispositivo no estará completamente rematado hasta que comience la temporada de playas. Porque, señaló la concejala, «de momento, el equipo contratado trabajará durante la temporada de playa y en horario de mañana y tarde».

«Abierto a todos»

No obstante, aclaró, «si es necesario habrá más disponibilidad horaria», aunque el edificio está preparado para el uso «de forma autónoma». Los usuarios de silla de ruedas cuentan con «una grúa que les facilita actividades básicas». También insistió en que «no se trata de un edificio exclusivo para personas con discapacidad. Está abierto a todos». Es decir, que no hace falta tener alguna discapacidad para poder utilizar los baños, las duchas o las taquillas. «Como todas las obras accesibles, está enfocado para el uso de todos». En su opinión, «lo más importante de la accesibilidad es su perspectiva inclusiva».