Renovar los deteriorados accesos del Acuario costará 60.000 euros

Cuando aún no ha cumplido ni diez años de actividad, los exteriores del Acuario de Poniente muestran un importante deterioro. Donde había una lámina de agua que invitaba a adentrarse en el mundo de los ríos y los mares, y que al mismo tiempo funcionaba como un espejo en el que, en determinadas condiciones de luz, se reflejaba la fachada del edificio, ahora solo queda un suelo de hormigón cubierto por decenas de piedras, que parece un homenaje a la desertización. Ni siquiera el bordillo de granito que marcaba los límites de este pequeño lago sigue en pie. Además, la tarima de madera del acceso principal y de la pasarela que cruza sobre el estanque está envejecida, con tablas deformadas, hundidas o levantadas. No parece la mejor tarjeta de presentación para un equipamiento que cada año recibe aproximadamente 100.000 visitantes y que la ciudad vende como una de sus principales atracciones turísticas.

Los técnicos municipales achacan buena parte de este deterioro a la ubicación del Acuario en un entorno marino, ambiente «de especial agresividad que afecta a la durabilidad de los materiales». En el caso de la rampa ubicada frente a la puerta principal añaden como posible causa de los desperfectos del entarimado «su uso para tránsito temporal de vehículos», pese a que en origen se concibió únicamente para uso peatonal, con un diseño plenamente accesible. Para revertir esta situación el Ayuntamiento acaba de sacar a concurso unas obras para la renovación de estos accesos, que supondrán una inversión aproximada de 60.000 euros. Los trabajos, una vez adjudicados, se ejecutarán en un plazo máximo de seis semanas.

Baldosas de granito

En la rampa principal, para ofrecer una solución que soporte mejor el paso de los años y permitir al mismo tiempo que este acceso pueda ser usado de forma esporádica por vehículos ligeros, la tarima de madera se sustituirá por baldosas de granito gris «de la misma tipología, apariencia visual y características petrográficas que la variedad utilizada en la calle Corrida». Su perfil se mantendrá invariable, alternando zonas horizontales con partes en rampa con una pendiente máxima no superior al 6%. Deberá tener además una ligera inclinación hacia el lado de la mar para facilitar la evacuación del agua de lluvia.

En la pasarela el entarimado se sustituirá por otro «de similares características», de madera reciclada y polímeros. La malla que sirve de soporte a estas tablas, actualmente de madera, se cambiará por otra de PVC. Además se incorporarán además elementos que mejoren la fijación de barandillas, elemento de seguridad que también se reparará aprovechando la actuación. Los trabajos incluyen además la colocación del bordillo de granito y la recuperación de las luminarias estropeadas.

Por otra parte, el Ayuntamiento sacó a licitación, por 16.335 euros, el servicio de mantenimiento, montaje, desmontaje y reparación de las duchas y lavapiés de las playas de Gijón, contrato que incluye también los mástiles y torretas de vigilancia.